Celeste Newsome

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—De acuerdo...—dice Emery mordiendo su lápiz—. Tenemos que encontrar un lugar que sea cómodo, pero a la vez romántico del jardín

—¿Qué te parece la fuente?—propone Aimee

—No es mala idea.

Mis hermanas me ayudan a organizar lo que tengo preparado para Diane. Las gemelas pueden llegar a ser muy útiles cuando se lo propone y además les pagas. Tomo de mi mesa de noche el libro que estoy leyendo. Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. Después de que Gregory Illéa se encargara de nuestra sociedad, también se encargó de escoger los libros que permanecerían entre nosotros, los demás fueron quemados. Afortunadamente, en la biblioteca del palacio se encuentran pocos libros de la literatura contemporánea. En fin... desde que tome este libro he quedado completamente enganchado, odio al señor Darcy, pero hay veces en las que Elizabeth me saca canas verdes. Unos suaves golpes en mi puerta me indican que tengo visitas. Me levanto de la cama y camino hacia la puerta, en cuanto la abro, mi mirada azul entra en contacto con la mirada verde azulada de Nicholas y la mirada verde de Corbin. Los chicos tiran de mí en un abrazo para después hacer nuestro típico saludo. Un pequeño grito ahogado interrumpe nuestro encuentro. Emery se levanta y se alisa el vestido azul pálido para después sonreir.

—H-hola, Nick—saluda Emery nerviosa.

—Hola, Mery

En este palacio, para nadie es un secreto que Emery está loca por el hijo de los Leger. Recuerdo una vez en la que rechazo al hijo de la reina Caterina solo por él, hasta le escribió una canción y todo, algo que no pasa todos los días ya que Emery saca su lado romántico y cursi en momentos de verdadera tensión. Tampoco es un secreto que mi querido amigo está cayendo perdidamente enamorado de alguien, y ese alguien es precisamente mi hermana. Aimee se levanta también y saluda a Nick, quien le sonríe abiertamente y se sonroja. Sí. La chica de la cual esta perdidamente enamorado es Aimee y no Emery, no lo entiendo, ya que son idénticas. Miro el reloj y veo que faltan dos horas para mi cita con Diane. Decido dar una vuelta con los chicos.

POV Diane.

Miro ansiosa desde al balcón a las demás chicas. Ella ha decidido hacer una mini fiesta debido a que no fueron eliminadas. No fui invitada. Al parecer los rumores corren rápidamente por el palacio de la familia Real, mi cita con Aaron es Vox Populi entre las Seleccionadas, y a ninguna le hace gracia que sea la primera en pasar tiempo a solas con el príncipe heredero. Falta dos horas para mi cita, por lo cual decido bajar a dar un pequeño paseo por el palacio. Mientras camino, quedo impresionada por los grandes y pequeños detalles que hay en él. La decoración es muy elegante y desenfadada a la vez, lo cual le da un cierto aire de comodidad, algo que no he sentido en mucho tiempo. Me detengo en frente de una gran puerta y la abro para encontrarme con un centenar de libros. La biblioteca. Comienzo a dar vueltas por el maravilloso lugar y me desplomo en un asiento de piel rojo para comenzar a leer. Estoy a punto de terminar el libro cuando me doy cuenta de que falta una hora para la esperada cita. Dejo el libro en la estantería y me dirijo hacia la puerta cuando unos retratos me llaman la atención. Una rubia un castaño. Una castaña un rubio. Un rubio una pelirroja. Una castaña un rubio.

—Los reyes de Illéa—dice una voz suave.

Doy un brinco en cuanto veo al antiguo rey Maxon de pie junto a mí. Paso mi mirada de él, hacia el retrato de él y su esposa, America Schreave. Pese a que ya ha pasado mucho tiempo, sigue igual de guapo y atractivo. Me ofrece una sonrisa encantadora y se acerca más a mí.

—¿Eres una seleccionada?—pregunta mientras pasa los dedos por su retrato

—S-sí, Señor

El señor Schreave hace una mueca antes de sonreir. Llama a alguien y sonríe de nuevo.

El Pretendiente (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora