Especial: La Nueva Selección

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Mientras camino por la habitación no puedo evitar sentirme nervioso. Hoy llegaron las chicas de la Selección. Mi Selección. Han pasado diez años desde que mis padres me dijeron que yo sería el futuro rey de Illéa, me puse demasiado nervioso. Era tan solo un niño que dejo los juegos y tuvo que dedicarse a los papeles y juntas con el parlamento y el consejo. La puerta de mi habitación se abre y veo a las gemelas entrar con una gran sonrisa. Pese a ser iguales físicamente, son muy diferentes en cuanto a su personalidad. Aimee es más refinada y encantadora, en cuanto a Emery, ella se pasa soltando todo el día impertinencias. Pero lo más sorprendente de todo, es que se llevan muy bien.

-¿Nervioso?-dice Aimee

-Yo lo estaría-dice Emery.

-Esto es tan emocionante-dice ambas al mismo tiempo.

-¿No deberían estar con mamá?-les digo

Emery sonríe y pone una expresión tan dulce e inocente que hace que se me enternezca el corazón.

-Mamá nos pidió que habláramos contigo, hermanito.

Mis hermanas se sientan en la cama y sonríen. Yo hago lo mismo, aunque aún me duele el semejante golpe que me dio Lady Diane. Tiene bastante fuerza para ser una chica, y no es que subestime a las mujeres, solo que las únicas chicas que me han golpeado-accidentalmente y a propósito-son mis hermanas, mi madre, mis primas y mi abuela, y ellas me han demostrado que las mujeres Schreave y Woodwork tienen una fuerza de otro mundo.

-Y de que quieren hablar-murmuro intrigado

Las gemelas se miran y sonríe de nuevo.

-Las chicas y nosotras te ayudaremos a elegir a tu esposa-de seguro vieron la pregunta en mis ojos, porque inmediatamente contestan-. Vamos Aaron. En tus dieciocho años de vida, las únicas mujeres con las que as convivido somos nosotras.

-Eso no es...

Si es verdad. Al parecer, mis tíos se pusieron de acuerdo para no tener un hijo. El único chico que, se podría decir es el más cercano a mí, es Nicholas Leger, hijo de Aspen y Lucy Leger. Lamentablemente se encuentra en un curso intensivo de literatura en Francia, por lo cual la única compañía varonil que tengo se ha ido.

-Sabemos que sabes cómo tratar a una dama-dice Emery

-Pero nosotras te ayudaremos con algunas ideas para tus citas-concluye Aimee.

Sopeso la opción y sonrió a modo de respuesta. Las gemelas me abrazan y se despiden de mí para poder irse a dormir. Mañana empieza todo.

***

-¿Como estas, hijo?-pregunta mi padre acomodándome unos cabello rebeldes.

-Bien, bien

Mi padre sonríe y me da unas palmaditas en el hombro.

-Estarás bien, sé que al principio será difícil-toma una pausa-. Pero ya te acostumbraras. El miedo va a desaparecer

-¿Tenias miedo?-pregunto asombrado-. Quiero decir, ¿Estabas asustado de que mamá no te escogiera.

-No estaba asustado, Aaron Maxon-sonríe-. Estaba aterrado.

Su comentario me saca una sonrisa. Me aliso el traje y tomo una respiración profunda al ver las puertas delante de mí.

-Se tú mismo, Aaron-me aconseja mi padre-. Eres el príncipe y el futuro rey, pero también eres un chico normal.

-Gracias, papá

Papa me sonríe y eso me da fuerzas. Tomo otra respiración y giro el pomo del gran salón y entro. Las treinta y cinco chicas se levantan de sus asientos y hacen una reverencia. Connie, la nueva institutriz me saluda y sonríe.

El Pretendiente (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora