03// Presentaciones.

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La joven calló antes de contestar cualquier barbaridad a un pobre adolescente, no había pensado si la madre de Judith estuviera con vida. No, esa era su respuesta, habían mujeres pero ninguna se había acercado a reclamarla. Sintió un poco de pena por Carl pero cuidaría de la cría como si fuera su hija. Nadie era capaz de meterse en aquella conversación, ni siquiera el mismo Rick. Sabía que para su hijo era un tema delicado y no lo quería tocar, a él también le dolía. Lisbeth acurrucó entre sus brazos a la niña la cual dormía plácidamente entre ellos.

—Debemos buscar suministros, casi no nos quedan fuerzas para seguir caminando—intervino Glenn.

—Cuando escampe saldremos en grupo, de momento no hemos llamado la atención de los caminantes así que podríamos quedarnos aquí un par de días—contestó el sheriff.

La gran mayoría de ellos yacían sentados en el suelo por el cansancio, otros en el sofá y uno que otro de pie. La cama estaba siendo reservada para los menores.

—Yo...—llamó la atención Lisbeth—, tengo un par de latas de comida y un poco de agua.

Se maldecía por haber abierto la boca todo lo que le quedaba le hubiese servido para sobrevivir un par de semanas, aunque tampoco era tan mala. Todos estaban en silencio por lo que ella tomo la decisión de hurgar en su mochila y sacar el contenido.

—Los potes son de Judith y tenéis que dejar un poco de agua para ella—continuó esperando que se acerquen a coger alguna cosa.

—¿Por qué haces esto?—preguntó Rosita cogiendo una botella, la joven solo alzó los hombros restándole importancia.

Lentamente se acercaban a la cama con poca confianza, hasta el mismo Dixon cogió algo de ahí. Un poco más animados comieron con tranquilidad pensando que esa mujer había aparecido de milagro para echarles una ayuda. Con sumo cuidado acostó a la niña en la cama para luego arroparla con su chaqueta, suspiró estirando los brazos.

—Gracias—murmuró Rick a su lado.

—No hay de qué—dijo sin importancia.

—¿Dónde te refugiaste con Judith?—preguntó con curiosidad Tara.

—Es un centro comercial a unos cuántos kilómetros—informó intentado relacionarse con el grupo, solo lo hacía por la pequeña.

—¿Y que hacías sola por el bosque?—dijo Maggie con calma.

—La niña estuvo con fiebre unos días y... el llanto atrajo a las hordas, nos rodearon y no tuve otra opción así que huimos del lugar. Esta repleto pero aún hay comida.

Algunos sorprendidos por la respuesta de la mujer esperando que continuaran para escoger la posibilidad de volver al lugar y arrasar con todo lo que puedan. Lisbeth estaba demasiado cansada, cargar con Judith la agotaba por completo, se sentó al lado de la cama, intentando velar el sueño de la niña.

—¿Cómo pudiste sobrevivir tu sola y con la hija de Rick?—intentó razonar Carol de una manera brusca.

No entendía por qué la mujer de cabello corto le hablaba de esa forma, era una desconocida que había protegido con su propia vida a una niña abandonada en pleno apocalipsis.

—Matando gente—contestó sin más.

—No eres de confianza, ¿a cuántos humanos mataste?—volvió a atacar la mujer.

—¿Qué coño te pasa?—preguntó a la defensiva—, no es tu maldito problema a cuanta gente haya matado.

Rosita en compañía de Tara se acercaron hasta la joven, tomaron asiento a su lado intentando socializarla con los demás.

The Walking Dead [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora