The Walking Dead [Rick Grimes]

04//Problemas.

Estaban algo cansados tras recorrer varios kilómetros sin siquiera parar a descansar, debían aprovechar la luz del día. Casi todos hablaban entre ellos para amortiguar el tedioso silencio que les rodeaba. La morena era la mas callada, con la única que había entablado un acercamiento fue con Rosita y Tara pero por desgracia ellas se habían quedado en la cabaña. Por lo menos la hija de Rick le servía como medio de comunicación, parloteaba con la cría todo el tiempo aun así nunca obtuviera respuesta de la menor ella alegremente hablaba. Se preguntaba por qué el cazador era el mas distante y algo frío una especie de mezcla perfecta, mientras la joven estuvo sola era igual a él, tuvo la suerte de encontrar a Judith. Gracias a la niña pudo recuperar un poco la cordura sino no sabría que hubiera pasado. 

 —¿No sabes orientarte, no?—preguntó Daryl sorprendiendo a la morena. 

 —Claro que sé—mintió bufando—, estoy yendo a mi ritmo. 

 —Si vamos a tu ritmo jamás llegaremos—dijo burlesco.

 —¿Siempre eres así?—se atrevió a preguntar. 

Dixon frunció ligeramente el ceño algo confundido por su pregunta. 

 —Serio, frío, distante, no sé...—continuó al notar el silencio de su nuevo compañero. 

 —Es mi forma de ser.

Lisbeth se limitó a asentir sin hacer ninguna pregunta más, según lo describía Rosita decía que era un hombre de pocas palabras y la chica lo había comprobado, era cierto. Suspiró algo nerviosa, hace meses que no hacía trabajos en equipo se había acostumbrado a hacerlo todo sin ayuda de nadie. Le molestaba admitir que tenía miedo de fallar y defraudar a los demás por algún error en la expedición. Rasco la parte trasera de su cuello, totalmente frustrada y cohibida. No se sentía cómoda al estar rodeada de extraños, era lejana a esos nuevos seres, sentía que no encajaba con ellos y la hacía ponerse de mal humor. Quería desfogar su ira con alguna horda, no llevaba a Judith encima y claramente esa era una ventaja pero a la vez se sentía muy vacía, estaba acostumbrada a llevar a la cría colgando de sus hombros que le resultaba extraño estar así. 

—No hablas mucho, ¿no?—preguntó Maggie llegando a su lado. 

Negó con la cabeza fijando la mirada hacía la carretera poblada de casas y coches desparramados por todos los rincones. Agradeció interiormente al cazador por haberse mantenido con la boca cerrada y no quejarse delante del grupo por su mala orientación.

—Eso que dijiste... sobre Judith—siguió haciendo fruncir los labios de la joven—, que era como tu hija. Debió costarte mucho cuidarla.

Hizo todo lo posible por mantener el rostro serio y sin ningún tipo de emoción por nombrar a su pequeña.

—Sí—admitió—, la verdad que no me molesta lo que penséis de mi, no es mi hija yo no la parí ni nada por el estilo pero la amo como si fuese mía, ¿lo entiendes?

Odiaba mostrar su lado sensible y comportarse de una manera emocional delante de una mujer desconocida.

—No te juzgo, no tengo derecho de hacerlo. Rick esta profundamente agradecido contigo y si él confía en que puedes formar parte de nosotros yo también puedo hacerlo. La madre de Judith murió mientras daba a luz, yo misma estuve presente y fue muy duro vivir eso—explicó abrazándose a si misma—. Para Carl fue peor, él tuvo que dispararla y...

—Para—pidió con un nudo en la garganta.  

—Es muy duro perder gente, a tu familia—continuó Maggie intentando desahogarse con otra persona que no fuese Glenn—. Es difícil olvidar por qué los recuerdos te atormentan...