32//Amar.

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El resto del día en Alexandria parecía que nunca iba a terminar. Se escuchaban lamentos por todos los rincones pero gran parte eran opacados por la torrencial tormenta de fuera. Rick—el cual había estado ausente durante toda la semana intentando recuperarse—salió del baño para dirigirse al salón y ver a su hijo sollozar entre los brazos de la joven. Ambos estaban cubiertos de sangre, sentados en el sofá sin importar lo sucio que estaba tornando. Lisbeth tenía la mirada perdida, ni siquiera pensaba, solo mantenía los ojos abiertos casi ni pestañeaba. Él ya se había enterado de todo, luchó por ayudar a los demás cuando el árbol cayó sobre el muro y dejó la entrada a los caminantes, Noah y Carl le habían retenido todo lo posible, sin embargo, Noah quiso ayudar y se ofreció voluntario para salir. Había sido una mala idea, el pobre adolescente murió por Sasha, dio la vida por aquella mujer que estuvo con él desde siempre y para Sasha fue muy duro tener que verlo morir por su culpa. Enid aguantaba las lágrimas, miraba a Carl con intensidad, quería abrazarlo y asegurarse de que este bien, pero muy en el fondo sabía que la única que podía consolar al adolescente, era la morena. Se retiró lentamente, antes le susurró a Rick que iría con sus hijos, alguien debía cuidar a los pequeños. No se sabe cuanto tiempo estuvieron en silencio. Carl les informó que tomaría un baño, desapareció por el pasillo y luego se escuchó la puerta cerrarse.

Después de un rato, la joven se puso de pie y miró a Rick con los ojos humedecidos. No quería derrumbarse, le era imposible con él delante, sabía que podía desahogarse con él. Se dirigió hacia la radio que descansaba sobre el buro de la cocina, Rick fue tras ella y poco a poco fruncía el ceño. Una suave melodía comenzó a reproducir, era lenta y relajante. Rick ya sabía lo que iba a hacer, no era la primera vez que la veía hacer eso. En los últimos días la veía a escondidas, no quería abrumarla, prefería dejar que ella bailase entre el llanto sin que nadie la interrumpiera. La música combinaba el sonido de la guitarra y el violín, perfecto para los oídos de Lis. Cerró los ojos, movió las caderas con lentitud, a medida que aumentaba los pasos de baile dejaba que las lágrimas salieran a flote. Un sollozo igualaba a otro paso y así sucesivamente. Rick se limpió las mejillas, le dolía verla en ese estado. Lloraba al compás de ella, ambos seguían juntos esas hermosa melodía, relajaba el alma por completo. La morena sabía que Rick la estaba observando, sin abrir los ojos le ofreció una mano, él la miró dudoso pero no tardó y la entrelazó con la de ella.

—Baila conmigo—susurró, apoyando la cabeza en su hombro. Rick movió los pies torpemente mientras colocaba la mano izquierda sobre su espalda. Bailaban abrazados, en ese momento las palabras sobraban, lo único que importaba es que tenían la compañía del otro.

¿Cuánto tiempo más debían sufrir? ¿No era suficiente con que el mundo de haya ido al traste? ¿Cuánta gente que amaban debía morir para dejar de luchar? No solo fue la muerte de Noah, muchas personas con las que habían compartido varias conversaciones y hasta risas ya no estaban mas, ellos no iban a regresar jamás. Si eso les estaba afectando demasiado no querían imaginar si moría alguien importante en sus vida. Lis y Rick tenían el mismo pensamiento en mente. ¿Y si le pasa algo a Judith, Carl o Chris? Eso sería un completo infierno para ambos, algo tan doloroso que ni siquiera el llanto o gritar con euforia haría que el dolor en sus corazones les devolviera parte de la vida que ellos llevan. Es como si una capa de oscuridad se incrustara con fuerza en su corazón. ¿Quién podría soportar perder a un hijo? Para Lis y Rick eso no estaba en sus planes, proteger a sus tres hijos era los mas importante para seguir viviendo en aquel mundo. No se imaginaban vivir sin sus pequeños, no podrían tolerar que se los arrebatasen. Ahora la que debía poner mucho mas fuerza de voluntad era la morena, ella debía juntar el coraje por Rick, él no estaba en condiciones de luchar, le tocaba hacer el trabajo de ambos y no se quejaba. Tampoco es que se imaginara un mundo sin la presencia de Rick, juntos habían pasado muchas cosas, su amor había logrado opacar cada tristeza y obstáculo. Se amaban con locura, a pesar de todo, su amor seguía igual que el primer día, incluso mucho mayor. El amor era todo lo que el mundo necesitaba para seguir adelante. ¿De qué servía vivir sin amor? No quiere decir que debas tener pareja, simplemente amar a alguien, luchar por esa persona que tanto amas, hasta dar la vida por ella. La soledad no era buena, mucho menos las venganza y el rencor, el poder de amar en ocasiones es mucho mas poderoso que eso.

The Walking Dead [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora