02//Un poco de bondad.

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Despertó sobresaltada con el corazón palpitándole demasiado rápido que llegaba a escuchar cada latido. Nuevamente había soñado con su hermana pequeña, atormentándose cada día no haber impedido la salvación de la menor. Se culpaba por no haber cumplido la promesa de mantener con vida a María y Lilly. La niña abandonó el mundo hace varias semanas pero el remordimiento seguía intacto, con sueños donde salían sus dos únicas familiares culpándole lo sucedido. No tuvo otro remedio que huir para no ser devorada por las hordas que se amontonaban a su alrededor, sin mirar atrás corrió todo lo que sus pies resistieron con tal de no ver como los caminantes se la zampaban.

Ya estaba amaneciendo dando la señal que tenía que abandonar el árbol donde se había hospedado para pasar la noche, bostezó sin ganas de movilizarse del lugar. Estaba cansada de llenarse las manos con sangre, de correr para sobrevivir, pasar hambre y estar sola. En cualquier momento se volvería loca, hablaba consigo mismo por la falta de compañía. Aunque tampoco correría el riesgo de entrar en algún grupo, no se arriesgaría como la última vez. Estaba tan desesperada que cayó en la boca del lobo, intentaron abusar de ella pero su mente era retorcida que no dudó en defenderse y acabar con la vida de tres personas más. No se culpaba por esas muertes, era su vida o la de ellos. Ya había sufrido demasiado como para lamentarse o arrepentirse. No era la misma chica, todo el mundo cambia en esa extrema circunstancia. Suspiró desenredando la cuerda que rodeaban sus muslos y el tronco, colocó la mochila tras su espalda y de un salto aterrizó en la hierba reseca. Era muy mala para orientarse, ni siquiera sabia donde se encontraba. Había perdido gran parte de sus cosas intentado perderse entre el bosque por culpa de otros seres vivos. Necesitaba con urgencia alimentarse con cualquier cosa, le daba igual tener que comer animales pero lo negativo es que no sabia casarlos.

No tenia ningún plan en mente así que siguió caminando sin mucho animo, la suerte parecía estar de su lado, de momento no asomaba ningún caminante. La poca fuerza que le quedaba no podía desperdiciarla peleando con uno de ellos, deseaba salir hacia la carretera pero era muy peligroso. Encontrar alguna cabaña o casa donde poder refugiarse por un par de días. Agarró con fuerza el cuchillo al escuchar varios gritos, miró en todas direcciones en busca del peligro. Se negaba rotundamente auxiliar a aquellos que gritaban, con la poca bondad que le quedaba se encamino para brindar ayuda. Escondida detrás de un árbol, vio a una pareja intentado luchar contra varios caminantes, lo que llamó su atención fue como protegían a un bebé. Si ella fuese su madre no hubiera dudado en socorrer a esa gente, no dudó en correr y clavar los cuchillos en las cabezas de unos cuántos.

—Gracias—murmuró una mujer de cabello canoso.

—No hay de qué—contestó cortante.

—Debemos irnos, ese bebé no es nuestra responsabilidad—se quejó el hombre de corta edad.

—No podéis abandonarla—bramó con rabia la morena.

—Lo siento...—dijo la misma mujer alejándose con su compañero.

—Hijos de puta—susurró dejándose caer al suelo.

Observó con detenimiento a la pequeña yacida en un viejo portabebés con un biberón a su lado. Sin darse cuenta estaba llorando al ver tal injusticia. Secó sus lágrimas con ira para poder coger a la niña entre sus brazos, era preciosa se decía. Era rubia, muy pálida, regordeta y con unos impactantes ojos verdosos.

—Eres tan tierna—la alagó riendo.

¿Hace cuánto que no reía? Ni ella misma se acordaba, dio un dulce beso sobre su frente cogiendo el biberón. No sabía realmente que estaba haciendo pero a pesar de ser tan fría no podía dejarla tirada. Todavía quedaba bondad y cariño en su retorcido corazón. La menor acarició su rostro intentando inspeccionar a la desconocida cosa que hizo reír a Lisbeth. Sus ojos se clavaron en la pulsera que llevaba en la muñeca.

The Walking Dead [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora