The Walking Dead [Rick Grimes]

49//Lucha.

Lis volteó la cabeza al no escuchar ninguna queja por parte de Denise. Como ambas iban en los asientos traseros ella pudo acercarse a la doctora con miedo.

—¿Denise?—preguntó sin ser capaz de aceptar lo que estaba pasando.

Jesús miró por el espejo retrovisor y aceleró lo más que pudo. Lis acercó su cara al pecho de la mujer para comprobar que seguía respirando. No hay latido, pensó aterrorizada.

—Vamos, dime algo—suplicó con los ojos llenos de lágrimas—. Respira, vamos. Tienes que hacerlo.

Comenzó a reanimarla con sus manos y a gritar como una verdadera loca. Jesús sabia que aún así siguiera intentando revivirla no lo conseguiría por lo tanto frenó el vehículo. Daryl bajó de la moto al ver el coche parar, se acercó casi corriendo y preguntó que estaba pasando.

—¡Denise, por favor!—volvió a suplicar ella entre el llanto—no nos dejes.

Daryl lo sabia y Jesús también, solo que Lisbeth no quería aceptarlo. Denise había muerto en sus brazos y rodeada de gente que realmente la quería. Había sido una muerte injusta, solo por no acatar ordenes de Negan.

Daryl sabia que si no alejaba a Lisbeth de allí probablemente la reciente fallecida pudiera transformarse en un caminante y morderla. Y el cazador no estaba dispuesta a perderla a ella también. La sacó a rastras del vehículo y dejó que ella llorara sobre su hombro, no lo abrazaba, solo gritaba llena de rabia y tristeza. Jesús le hizo una señal a Daryl, se encargaría de clavarle un cuchillo a Denise en la cabeza para que no se convirtiera en un monstruo.

Daryl se alejó con Lis. Tras unos minutos que parecían ser horas, la morena había llorado lo suficiente y decidió que era hora de parar. Se limpió la cara con el dorso de su mano y se paró firme.

—¿Cómo se lo explico a Tara cuando vuelva?—preguntó aguantando el nudo en su garganta. 

—No lo sé—soltó Daryl, derrotado.

Él tenia un gran cariño a Denise. Como todos en Alexandria.

—¿Por qué Negan es tan hijo de puta? ¡Él tiene que morir y pagar por todo lo que nos a hecho!

—Estoy de acuerdo contigo—murmuró Jesús—podemos hacerle un funeral decente a ella en Hilltop, lo merece.

Lis le sonrió llena de agradecimiento. Entró al vehículo como un alma en pena y dejó que la cabeza de su amiga descansara sobre sus piernas.

—Lo siento mucho—susurro Lis acariciándole el pelo.

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Las grandes puertas de Hilltop se abrieron para recibirlos. Maggie enseguida se les acercó para ver como les había ido. Ya era de noche cuando hicieron presencia en el lugar. Daryl abrió la puerta del coche y ayudó a salir a Lis.

Vio con una enorme tristeza a Maggie y negó con la cabeza, dejando que lágrimas nuevas resbalaran por sus mejillas.

—¿Por qué?—susurró Maggie sin dar crédito.

—Negan—fue lo único que pudo decir la morena.

—¿Cómo? ¿Los siguió o algo?

Sasha y Enid se les unieron. Lis necesitaba un abrazo de uno de sus hijos, los tres estaban en Alexandria y se maldecia por ello.

—Negan y sus hombres ya se habían hecho con el lugar—explicó Jesús—nos pilló por sorpresa. Solo que no entiendo como dispararon a Denise.

Todas las miradas se posaron en Lis. Ella se encogió de hombros y se llevó una mano a su cabeza, le dolía.

—Le dije que no había nadie aparte de nosotras—resumió aguantando las ganas de llorar intensamente—nos aseguramos de que Jesús y Daryl se habían escondido. Entonces el ordenó que yo fuera con él y le dije que no, que nosotras nos íbamos. No dimos ni tres pasos y Denise cayó al suelo. Todo pasó rápido—susurró—sin tan solo hubiera ido con él y ver que demonios quería, Denise no estaría muerta.