Frambuesa y pistacho
A la mañana siguiente, Derek se despertó acostado sobre un solo hombro, con su pecho pegado a la espalda de Stiles, que dormía aún plácidamente. Intentó moverse, pues uno de sus brazos estaba completamente dormido, pero Stiles gruñó ante el movimiento y el inminente cambio de postura, así que decidió aguantarse el dolor del brazo hasta que el chico se despertara.
Escuchó atentamente el pulso del muchacho: relajado, tranquilo... seguro. Y súbitamente se fijó en tres lunares alineados que tenía en la nuca. Lunares... Si tuviera que describir a Stiles en una sola palabra, sería esa: lunares.
Poco a poco, comenzó a escuchar cómo despertaba el muchacho, pues sus latidos se volvían cada vez más fuertes. Unos minutos después, Stiles se revolvió en la cama y se quedó frente a frente a un Derek, que aprovechó para quitar el brazo de debajo de la almohada.
─No sé cómo me las apaño... pero siempre termino siendo la cuchara pequeña. ─murmuró el muchacho aún sin abrir los ojos.
Derek expulsó aire por la nariz, intentando contener la risa pero imposible de contenerse, a lo que Stiles abrió los ojos lentamente, siendo consciente por primera vez de la cercanía en la que estaban, quedándose sin aliento.
─Tu padre llegó hace unas horas. ─dijo el lobo sacando del shock al muchacho, que se alejó un poco, disimuladamente.
─¿Te vio?
─No. Tan solo abrió un poco la puerta para ver si estabas... si me hubiera visto, su pulso habría variado un poco, ¿no crees?
─Cierto. ─dijo bostezando. ─¿Y qué hora es?
─Once de la mañana.
─Ajám... ─murmuró el muchacho, conteniendo un nuevo bostezo, girándose para quedar frente al techo. ─¿Te apetece desayunar? ¿Tostadas?
Los dos bajaron en silencio hasta la cocina para no despertar al sheriff, ya que había llegado, por lo que dijo Derek, hacía un par de horas nada más y no lo querían despertar. Stiles se dirigió a uno de los armaritos y comenzó a sacar rebanadas de pan que metía ágilmente en la tostadora mientras el lobo lo miraba desde uno de los extremos de la cocina. Cuando el muchacho se dio la vuelta para preguntarle de qué quería su mermelada, el lobo estaba mirando para él con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
─Si no te conociera, pensaría que estás planificando mi muerte. ─bufó Stiles enseñando dos botes distintos de mermelada.
─Fresa. ─escogió Derek sin hacer alusión al comentario del humano.
─Fresa, pues. ─dijo volviendo a darse la vuelta, posando el bote rosa sobre la encimera y agachándose para coger un par de platos.
─No tienes novio. ─dijo sin previo aviso el lobo, que ahora estaba justo a su espalda.
─¿Qué? ─preguntó levantándose Stiles con una risa. Derek abrió los labios para repetirlo, pero el muchacho lo interrumpió. ─Sí, sí... te he oído. Pero me ha hecho gracia. ─dijo observando cómo el lobo asentía. Se volvió a girar y sacó el pan ya tostado para empezar a untar mantequilla. ─Y no, no tengo novio. ─terminó con un bufido gracioso.
─¿Por qué? ─preguntó el lobo, haciendo que Stiles lo mirara, por un segundo, con una ceja alzada, para volverse y seguir preparando el desayuno.
─Pues... No sé, no me llama la atención nadie. Y en la carrera solo hay imbéciles. ─terminó diciendo con una risa, Stiles. ─En la cafetera hay café, coge una taza y sírvete tú mismo. ─indicó señalando con la mirada la cafetera que había en una esquina de la encimera.

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La Loba
Fanfiction¿Dónde está La Loba? Eso es lo que todos se preguntaban. Tras lo acontecido en México, la pelea de la manada de Beacon Hills contra Kate Argent y Peter Hale, Derek Hale desaparece junto con el clan de Las Calaveras para averiguar dónde está la tan i...