La Loba

7. Al Límite del Control

Stiles llevaba horas enterrado entre los manuscritos que Deaton le había entregado buscando signos o información acerca de la supuesta "toxicidad" de la que Derek había recuperado en su recuerdo. Si bien es cierto que Derek también había estado buscando información, su escasa paciencia y continuos bufidos malhumorados, habían hecho que Stiles le echara a patadas de la casa para que fuera a desfogarse golpeando árboles y persiguiendo cualquier animal salvaje.

Habían pasado ya dos horas desde que el lobo se hubiera ido y Stiles aún no tenía ni idea de lo que estaba buscando realmente, frustrado de no encontrar nada útil. Bueno, todo era útil, pero no para la situación en la que se encontraban en ese instante.

─He vuelto. ─anunció Derek. ─Estoy más tranquilo, puedo ayudarte.

─No, no... ─dijo levantándose Stiles de la mesa de la cocina. ─Estoy hasta el cuerno de leer porquerías sin sentido. ¿Jugamos a algo? Tengo todo tipo de juegos violentos y sangrientos para la Play. El lobo chasqueó la lengua y bajo la atenta mirada del humano, añadió:

─¿Y si vamos a tomar algo?

Pocos minutos después, ambos se subían en el deportivo del lobo para terminar en una taberna de mala muerte que estaba a las afueras de Beacon Hills. Comenzaron a parlotear de cosas sin sentido, hasta que Stiles se quedó callado, dándole vueltas al tema que tenía rondando por su cabeza junto con algo de la información residual que había quedado en su mente tras haber leído algunos de los manuscritos de Deaton.

─Te oigo pensar. ─farfulló Derek pasando distraídamente el dedo por el borde del vaso en el que tenía su bebida.

─Es que... no sé, me intento distraer... pero no dejo de dar vueltas a distintas teorías...

─Dispara. ─añadió el lobo con un asentimiento mirando hacia el humano. ─Tal vez yo pueda ayudar a desvelar teorías.

Stiles sonrió agradecido mirando al lobo. Vale, sí. Sabía de sobra que a Derek también le interesaba desengranar todos los detalles del problema del borrado de mente y también del enigma de La Loba.

─Pues... he pensado que... básicamente he pensado en qué sería tan gordo para que nos borraran los recuerdos... ¿Qué vimos en el pasado que obligó a tu madre para que nos lo tuviera que hacer olvidar? Y sobre todo... Estoy seguro de que, si estás recuperando esos recuerdos, es porque ella lo quiso así... así que... ¿por qué?

─Así que básicamente, en lo que piensas es en otros enigmas.

─Sí... y no. ─sonrió. ─Para obtener respuestas, a veces es fundamental hacerse las preguntas correctas.

─Vale... sigue.

─Pues el caso es que... la teoría que, desde mi punto de vista, tiene más sentido... es que hubo algo, que por el momento no recordamos, puso en peligro... ¿la manada? No sé, no sé... puede ser cualquier cosa. Y tu madre lo borró... vale... ¿pero por qué? ─dijo el humano antes de hacer una parada para mirar significativamente a su acompañante. ─¿Estás seguro de que tu madre no tenía nada oscuro que ocultar? Quiero decir... ¿estás seguro de que Talía era trigo limpio?

─Sí. ─afirmó Derek sin dudar, sin pestañear. ─Mi madre era una gran loba.

─Vale. ─asintió Stiles, quien ya sospechaba la respuesta de Derek. ─Pues entonces solo nos cabe una opción: Lo hizo por nuestro bien. Tanto el borrarnos la mente, como el que vayamos recuperando los recuerdos que eliminó... bueno, en realidad, tú vas recuperando la memoria.

─Todo estaba en su plan.

─Plan lo suficientemente bien hecho como para que siga en pie a pesar de ya no estar ella.