Insípido (Ilegal: Segunda Temporada) [Death Note] *Finalizada*

Capítulo IX

Regresé a "casa", si es que le podia llamar así. Gun me abrió la puerta y su cara lo decia todo. El intentó preguntar que había pasado pero le dije que no lo hiciera. Puso una mano en mi hombro y me dió una sonrisa ladeada. Me quité la campera de John dejandola en el sofá, volteé y decidí abrir la puerta donde él se encontraba. Puse mi mano en eñ picaporte y abrí algo lento. Él estaba ahí sentado frente a su computadora... no se movió en lo más mínimo. Decidí sentarme en mi computadora y ponerme a trabajar...
Al cabo de unas horas, Gun trajo unas cosas para comer pero ninguno de nosotros se movió. El mayor dejó las cosas en el suelo cerca nuestro y se fue. Miré de reojo y vi su espalda, aun seguía inmóvil ahí mientras las teclas se escuchaban...
Otro rato largo pasó y Gun entró al lugar para llevarse las cosas que nadie había tocado. Su cara volvió a decirlo todo, definitivamente estaba preocupado. Me hubiera gustado haberle dicho algo pero simplemente no podía. Volví a verlo de reojo, inmóvil... incluso su hermoso cabello estaba quieto... aun se escuchaban las teclas del teclado en una incesante guerra por descubrir que había pasado en aquel caso, que supuse sería el de las chicas desaparecidas. Volví a mirar mi pantalla y seguí trabajando...

Creo que este ya es nuestro segundo día sin dormir ni movernos ni dejar de trabajar, incluso con todas estas enormes cantidades de café, sentía como en cualquier momento iba a caer rendida antr el sueño. Miré sobre mis hombros de reojo y allí seguía escribiendo y mirando pruebas sobre el mismo caso. Yo habia logrado terminar varios de los que tenía atrasados. Y, creo que por curiosidad, me puse a investigar algo sobre el caso de las chicas desaparecidas. Probablemente algo había pasado en internet... pero fue en vano, gente indignada, personas hablando de los derechos, nada interesante. Me levanté de mi lugar y me dirigí al living. Me senté en el único sofá que teníamos con la campera entre mis brazos, eramuy suave y daba una linda sensación hacer esto. Lancé un largo suspiro cuando escuché que golpeaban la puerta. Mi cabeza se movió en pánico cuando me di cuenta que solo tenia que ver quien era e ignorarlo. Insistieron más fuerte. En ese momento, L abrió la puerta y se quedó mirándome. Con aire de superioridad me levanté y, por la mirilla de la puerta, comprobé quien estaba ahí. John. Si, ese John, el del restaurante. ¿Cómo lo supo? Volvió a golpear la puerta. Volteé a ver a L atónita, él estaba mirando la campera que había dejado allí. Volví a ver por la mirilla y vi detrás de él a la señora que encontré en el parque aquella vez. Ambos hablaban y logré escuchar viniendo de él: "¿estás segura que ella vive aquí?". No sé porque pero sonreí al escuchar eso. Volví a ver a L, él seguía mirando el lugar... clavó su mirada en mí. Entonces, me decidí. Voy a abrir la puerta.