Insípido (Ilegal: Segunda Temporada) [Death Note] *Finalizada*

Capítulo V

- Ya veo... ¿Y por qué un restaurante?

- Bueno... yo tengo tres hermanos y como yo soy el menor mi madre me "entrenó" – bromeó – para ser el que cocine en la familia. Me enseñó muchos trucos y me dio varios consejos que hacen que esta comida sea la mejor... Aunque, aun no puedes dar tu veredicto...

- Tienes razón – Dije casi terminando el café – pero no sé si quiera volver... con este servicio...

-Eso fue tu culpa por mantenerme ocupado...

-¿Es mi culpa que no hagas tu trabajo? – lancé una risa irónica mientras terminaba mi bebida. – Estas son las razones por las que no vendría otra vez...

- ¡Solo bromeo!

- No lo sé... -seguí molestándolo. Miré un reloj que había en la pared... debía regresar, ya deben estar preocupados... al menos, eso me gustaría. – Ya debería irme... ¿Cuánto debo pagarte?

- Te regalo el café si vienes algún otro día a comer...

- Creo que... - Aparté mi mirada. Lo pensé, ciertamente no estaba segura de si podría volver...  pero me gustaría. Volví a verlo y puso una sonrisa tonta... - Está bien... Algún día en la próxima semana vendré a comer algo... y espero que seas tú quien lo cocine y no esté aquí perdiendo el tiempo.

- Entonces, ¿La próxima semana? – Extendió su mano derecha - ¿Tenemos un trato?

- Trato – la tomé – pero... quiero advertirte que mi paladar es muy exigente...

- No te preocupes... traeré de todo lo mejor para mostrarte que tan bueno soy.

- Ya lo veremos – reí mientras me dirigía a la salida. A mitad de camino, voltee a verlo. Tenía su mirada clavada en mi - ¿Cuál es tu nombre?

- John Greene, y ¿Cuál es el tuyo?

Lo saludé con mi mano desde la puerta ignorando su pregunta. Caminé rápidamente mientras el sol desaparecía detrás de los edificios. Bastante lindo ¿no? Demasiado... debe ser así con todo lo que se mueva. Bueno, una de las cualidades de un vendedor es su carisma, ¿no? Y ese restaurante... con ese aspecto realmente necesita carisma... una muy buena...

Subí rápidamente las escaleras sin cruzarme con nadie y golpee la puerta del departamento. Gun abrió y me dejó entrar. Me acompañó hasta el cuarto. Allí estaba L, en la posición en la que lo había dejado. Incluso con el sonido de la puerta, él no se movió sino hasta medio minuto después. Me miró a la cara y regresó a su computadora. Rompí el silencio diciendo:

- ¿Quieres algo?

- Pídele a Gun que traiga dos tazas de café...

- Yo no quiero, así que solo le diré una...

- ¿En qué momento dije que alguna fuera para ti?

Evitando cualquier tipo de discusión con él, le dije a Gun lo que pidió. El mayor se retiró y yo me acosté boca arriba en el suelo. L no volteo a verme en ningún momento. Miré el techo por un tiempo en silencio hasta que Gun regresó con el café. Dejó uno a mi lado y otro al de L, le di las gracias y se retiró. Me levante con un suspiro de molestia y moví "mi" taza hasta la otra. Lo hice con mucho cuidado ya que aún llevaba guantes. Regresé a mi lugar.