Capítulo XII

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Había pasado así el día. Estaba ayudándolo a cerrar las percianas cuando me preguntó si mañana volvería y solo pensé "¿Por qué no?". Así que simplemente asentí con una sonrisa. Me fui del lugar mientras lo saludaba con mi mano. Caminé mientras la sonrisa de mi rostro desaparecía lentamente y, mientras subía las escaleras, mis pensamientos se volvieron muy fuertes...
Entré al cuarto y ahí estaba él. Inamovible frente a su computadora, nada podía afectarlo... al menos nada que no le importara, no yo. Suspiré y entré hasta sentarme con las piernas cruzadas ocultando mi rostro. L ni siquiera volteó a verme... Me quedé allí esperando que el tiempo pasará rápidamente... pero se volvió eterno... era un silencio demasiado ruidoso para mí. Me levanté y caminé de un lado a otro con mis pies descalzos apoyándolos cuidadosa y completamente en el suelo. Fue entonces cuando él volteó a verme. Me seguía con sus ojos, era similar a un gato siguiendo a su presa antes de atacar... entonces vi su rostro iluminarse. No pude evitar cesar mi caminar.
Instantáneamente, se movió -casi cayéndose- hacia la computadora y sus dedos y ojos se movían rápidamente entre la pantalla y el teclado. Me senté a su lado a ver que pasaba allí pero apenas podía entender que hacía... L dijo algunas cosas para sí y luego de unos segundos el agitado movimiento se detuvo. Él dejó caer sus brazos como agotado, pero allí en la pantalla aparecieron trece nombres... parece que en mi ausencia él había resuelto algo, parece que hoy al mediodía volvió a atacar y otra chica desapareció... pero él ya estaba cerca... no pude evitar decirle algo emocionada:

-Muy bien gomitas... parece que ya tienes un pastel, algo grande pero pastel al fin...

- ¿Dónde estabas?

-En el sillón - mentí - ¿por?

- Mentirosa...

- ¿Y tú que sabes si estuviste todo el día aquí?

- Si hubieras estado donde dices me hubieras visto salir... mentirosa. ¿Dónde estabas?

- Trabajando...

- ¿De qué?

- No es de tu incunvencia... - cambié el tema - Deberías dejar de ser gomitas... ya no es divertido... ya no te molesta.

- Algo que invento él no me molesta...

- inventamos con él -lo corregí. Bromeé - Deberías ser amargo...

- y tú engaños... pero deja de jugar con cosas de Watari y mías. No te metas...

- Se nota que no lo recuerdas bien... yo estaba allí cuando inventamos todas las claves... yo te puse gomitas...

- Da igual... no quiero hablar contigo.

- ¿Por qué?

- ¿Cómo se si no estas mintiendo, muffin? - Hablóen un tono engreído- ¿Sigo llamandote así? mentirosa... engaños...

- No tienes que ser tan rudo "gomitas" -resalté - ¿o prefieres amargo, siempre a la defensiva, verdadero mentiroso, - Continué mientras salía ya gritándole para dar un portazo - el mejor en herir mis sentimientos?!

Otra noche en el sillón...

A la mañana siguente me fui del lugar y llegué cuando ya había algunos clientes en el restaurante... saludé y me encontré con un John sonriente. Me quedé todo el día allí, ayudándolo. Fue un día bastante movido pero finalmente llegamos al cierre. Entré a la cocina con el dueño llevando unas cajas, las dejamos en una mesada y él golpeó sus manos como limpiandólas. Siguió quejándose del repartidor de verduras que siendo esta hora aún no había llegado... cuando volvimos al salón para llevar la última caja a la cocina el camión se paró allí. Le dije que yo llevaba las cosas y que el atendiera el pedido... luego de insistirle por un tiempo, aceptó. Llegué a la cocina y miré la puerta del depósito, John se veía ocupado... era mi oportunidad de bajar.

Insípido (Ilegal: Segunda Temporada) [Death Note] *Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora