Capítulo XXX

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Este capítulo podría resultar un tanto fuerte para algunos lectores. Contiene escenas explícitas.

También, quisiera disulparme por la eterna demora y agradezco muchísimo el apoyo. Planeo terminar de publicarla antes de terminar el mes para no volver a tardar tanto en actualizar. Quería disculparme nuevamente porque, para ser sincera, ni yo me seguiría leyendo luego de semejante tardanza. ¡Gracias! Espero que puedan seguir disfrutando de la historia hasta el final.
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Capítulo XXX

Abrí los ojos, y él ya me había atado. Tenía una soga marrón muy gruesa en las manos que ahora estaban atrapadas en mi espalda y otra igual en mis tobillos. También sentí como toda mi saliva se concentraba en aquella cosa de tela que tenía en la boca. Aún me dolia horrores la muñeca. Intenté inspeccionar mis alrededores como pude. Ya no me encontraba en la misma "caja"... En el tiempo que estuve fuera de este encierro milométrico, ¿qué fue lo que vi?

Todo fue tan rápido... Intenté librarme de él pero me ganó. La vi a ella, la última desaparecida. Quedé presionada contra el borde de un refrigerador con carnes. La víctima estaba en otro. Golpee con mi espalda y con las piernas... ¿Qué iba a descubrir? A juzgar por aquél olor nauseabundo que ya no estaba, por la temperatura que había subido y por toda esa carne que había desaparecido... probablemente, ahora yo estaba en su lugar. Aquí tenía un poco más de lugar. Agradezco que no estuviera conectado porque el frío iba a matarme... aunque admito que me ayudó a librarme del dolor de la nuca. Pero no quiero tener frío, no quiero estar fría...

No sé cuánto tiempo pasó pero escuché como abrían la puerta y se abrían los candados que me mantenía encerrada. La luz repentina me cegó. Sentí como tomaba por debajo de los brazos y me ponía de pie. Cuando recupere la visión, vi a la otra chica desmayada sobre una mesa que habia en el medio de aquel cuarto, que se interponía entre la puerta y yo. Giré mi cabeza hacía donde deberian estar las ventanas según el apartamento donde vivo con L, un gran panel tapaba la pared completa. Lo miré a él, llevaba puesto un delantal transparente de plástico bañado sangre. Volví a mirar hacia la mesa. La chica ya no tenía brazos ni piernas, estaba completamente desnuda y calva. La sangre se escurría hacia el piso hasta esconderse debajo de los refgerafores. Me levantó por las piernas para sacarme de allí y me arrojó al piso como si fuera una bolsa. Abrió el otro refrigerador y comenzó a guardar las bolsas de carne que mientras los movíade un lado a otro aún chorreaban sangre que caía sobre mí.

John se puso en cuclillas delante de mí. Fue en este momento que noté que lo único que llevaba puesto era una camiseta negra de tirantes y ropa interior, nada de lo que llevaba puesto era mío. Volví mi atención a él quien comenzó a tocarme la pierna. No lo hacia de una manera sexual, si no que apretaba por mis músculos y revisaba como era mi piel para poder examinar la calidad de sus productos nuevos supuse. Hizo lo mismo en ambas piernas, subió hasta mis muslos y revisó de la misma manera, apretando y presionando sus dedos. Llegó a mi estómago levantando la camiseta y, como mujer que sufre por como se ve, comenzó a apretarme y estirar la piel hasta en la espalda. Revisaba el grosor de la piel, algo asi como cuánto era carne y músculos y cuando grasa, que tan trabajado estaba el cuerpo, si tenía marcas que pudieran distinguirme o alguna infección en la piel o algo así que podría estropear su ganado. Estiró mis brazos atados hacía adelante, el dolor que provino de mi muñeca fue enorme, y siguió inspeccionando. Estirando mi piel, dando pequeños golpecitos y clavando sus dedos. Cuando terminó, los soltó precipitadamente haciendome esbozar una mueca de dolor. Puso sus dedos en mi pera, se veía complacido. Finalmente, me levanto la cara y me examinó por completo. Se paró cuando estuvo satisfecho con su examen y dijo:

- No te estreses. Vas a hacer que tu carne se vuelva dura... Tengo demasiado productos almacenados... me serviría más mantenerte fresca. -Tomó el cuchillo que estaba sobre la mesa- Sin embargo, podría aprovechar este desastre y limpiar todo una sola vez. Dame un segundo para terminar, y será tu turno. -Sonrió de lado y luego se volteó para seguir carneando a su víctima- ¿Sabes? Debajo de toda esa ropa, no creí que estuvieras así. Pero, después de tantas chicas deportistas, necesitaba algo de grasa... y tú estabas ahí, tan fácil... tan idiota. Te daría las gracias, pero, realmente, no sé que tanto me ayudarás.

Me quedé allí en el suelo y, agradezco, apenas podía ver su trabajo. Cada tanto, posiblemente cuando cortaba alguna vena u arteria más importante, veía alguna salpicadura de sangre mientras John hacía algunos ruidos como si se estuviera divirtiendo. Intenté inspeccionar mis alrededores. La puerta... la puerta del pestillo. El pestillo está afuera. Podría dejarlo aquí encerrado. Solo tengo que llegar antes que él. Solo cruzar el pasillo y golpear la puerta. L estaba allí. ¿Cuánto tiempo habría pasado desde que estaba aquí? ¿Ya estarían buscándome? L, solo tienes que cruzar el pasillo... ¿Cómo salir de aquí sin que me vea? No hay manera. Puedo volver a intentar pelear contra él... con piernas y brazos atados y amordazada... pero, podría funcionar. Tengo que recordar mi muñeca. Me desperté de mi trance cuando escuche una sierra encenderse y apagarse. Lo escuché murmurar: "¿Qué hora es?" y mirar el reloj que estaba debajo de capas de ropa. Continuó: "Sí, ya puedo hacer ruido". ¡Qué considerado de su parte!

Me bajé un poco por la pared hasta quedar como acostada sobre mi espalda baja, lo que significó llenarme aún más de sangre y causarme un dolor bastante fuerte en la muñeca hasta que logré acomodarme. Escuché la sierra cortar por lugares duros... huesos. Poco a poco, comencé a respirar cada vez más rápido. Mi respiración se volvía poco a poco más agitada. John seguía trabajando con su sierra tan ruidosa que no podía escucharme hasta que, cuando la apagó para cambiar de posición, sintió un ruido extraño. Miró hacia donde estaba, "No otra vez" dijo y arrojó los lentes que lo protegían al suelo y dejó la sierra en la mesa tirando otro elemento extraño. Se apresuró hacía mí. Fue mi momento, con ambas piernas, logré asestarle una patada en el esternón que lo desestabilizó y lo hizo caer golpeandose la cabeza con el borde de la mesa.

Me arrastré lo más rápido que pude hasta la puerta del pestillo, procurando que no se levantara. Logré abrir la puerta, mi muñeca lastimada sonó... eso no podía ser bueno. Ayudada por la puerta me puse de pie... pero él se levantó tocándose donde su cabeza habia impactado... no sabia si la sangre era suya o de la victima. Procuré seguir ignorando lo que había sobre la mesa. No sabía si podría resistirlo. No había más tiempo. En pánico, fui lo más rápido que pude hasta la puerta del pasillo... cerrada. Lo que no estaba cerrado, era el pestillo de la habitación y John salió algo confunso por el golpe. Comencé a golpear mi cuerpo contra la puerta lo más fuerte que pude. L debía escucharlo. Nada me importó, hasta golpee con la cabeza... L... Estaba llorando completamente desesperada y golpeando con todo lo que podía la puerta. John se arrastró por las paredes y la isla de la cocina hasta el baño y volvió con un pañuelo que, obviamente, acabo sobre mi nariz y la mordaza. Poco a poco, con cada bocanada de aire, iba perdiendo las fuerzas y el sueño se apoderaba de mí. Ya no podía luchar... esperaba soñar con L.

Insípido (Ilegal: Segunda Temporada) [Death Note] *Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora