Capítulo X

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Puse mi mano en el picaporte y miré hacia atrás. L comenzó a caminar con sus manos en los bolsillos hasta quedar en cuclillas sobre el sillón. Suspiré y abrí. Abrí la boca y sin pensarlo hable dulcemente:

- Hola, ¿Qué estás haciendo aquí?

- Vivo aquí -señaló la puerta del frente mientas sonreía complacido - Es que ella te vió el otro día que viniste a tomar un café y me preguntó si te conocía... y bueno, hablando me dijo que vivías aquí. Estoy sorprendido... me alegro de que estés tan cerca -volvio a sonreírme- y... la verdad es que... estaba preocupado por tí. No te veo hace cuatro días, pensé que algo te había pasado...

- ¿Cuatro días? -murmuré- Asi que ese tiempo pasó... Creí que fueron solo dos. Oh... espera - Entré y me acerqué al sofá. Traté de tomar la campera pero L tenía uno de sus pies sobre la manga. Lo miré enojada y se movió si chistar. Volví a la puerta - Toma... muchas gracias por esto.

- No, no tienes que agradecerme por esto. Es lo mínimo que podía hacer por una damisela en apuros... - hizo una reverencia en chiste. Reí tímidamente y él hizo lo mismo. Se quedó con su mirada clavada en mi por unos segundos y vi como sus ojos pasaban a verse algo preocupados. De repente, pusó una de sus manos en mi mejilla y con una voz muy dulce que me dejó paralizada habló - ¿estás bien? No te veo bien...

- No, es qué - miré hacia L que tenía sus ojos fijos en la mano que me tocaba. Volví la mirada.- no duermo hace varios días, pero no te preocupes... es trabajo.

- No deberías hacer esas cosas...

- No te preocupes -interrumpí su sermón con una sonrisa- ahora me iré a dormir y otro día voy a tomar un café...

Cerré la puerta despidiéndome con la mano. Me apoyé contra la puerta y suspiré cansada. L se levantó del sofá y regresó a la habitación. Volví a suspirar mientras me empujaba para dirigirme a donde L estaba. Abrí la puerta y L estaba en la computadora otra vez. Me senté en la mía para intentar adelantar un poco más de un caso. El silencio reinaba el lugar hasta que L decidió acabar con él:

- ¿Quién era?

- El vecino...

- ¿Por qué tenías su abrigo?

- Deberías saberlo...

- ¿Por qué te trataba así?

- ¿Qué es lo que te sucede? ¿Por qué el repentino interés en mí?

- Has lo que quieras.

- ¿Desde cuándo necesitaba permiso para eso?

- Sigues comportándote como una niña...

- ¿Qué quieres decir con eso?

- ¿Por qué no mejor te vas a vivir con el vecino? Después de todo parece que le interesas...

- Ya quisieras que me vaya...

- Sí.

Sentí un nudo en la garganta e instantáneamente mis ojos se mojaron por completo. No quería hacer ruido para no mostrarle que lo había logrado. Pero... ese solloso traicionero no pudo evitar hacerse oír. Sé que se volteó y sé que estaba viendo mi respiración agitada a través de mi espalda. Sentía sus ojos clavados en la nuca. Con los dientes apretados me volteé repentinamente y allí estaba mirándome. Aún mas enojada, le grité:

-¡¿Qué?! ¡¿Ya estas feliz?!

- ¿Por qué lloraañs?

- Será porque te amo y me tratas de esta manera... idiota. -Comencé a llorar tanto que mi.vista estaba nublada- Me voya dormir. Puedes hacer lo que quieras pero da por hecho que si intentas hablarme no esperes respuesta alguna.

Sin que él dijera algo salí golpeando la puerta y me acosté en el sofá a llorar hasta que, finalmente, me quede dormida...

Insípido (Ilegal: Segunda Temporada) [Death Note] *Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora