Insípido (Ilegal: Segunda Temporada) [Death Note] *Finalizada*

Capítulo XXIII

Luego de varios días, todo seguía siendo igual... solo que... con algunos cambios imperceptibles para el ojo inexperto.

Regresaba a la habitación donde se encontraba L, con una bandeja con algunas cosas para merendar. El caso que más nos preocupaba seguía sin avances, pero tampoco había ocurrido nada. Probablemente el crudo invierno no solo adormecía a los pájaros del parque sino que también adormecía a los criminales.

- Escucha, ya es suficiente. Estoy cansado de esta discusión infantil - escuché a L decir mientras abría la puerta de espaldas - Tienes que devolverme a L.

- Yo heredé a L - respondió la voz distorsionada que salía - Y hasta que yo no renuncie o muera, nadie más lo es.

- Escucha, N, no puedes heredar a L cuando el anterior no murió... cuando realmente no murió - No pude evitar sonreírme. L me miró y, entonces, apoyé la bandeja a un lado de L como si no hubiera pasado nada y luego me senté a su lado para continuar usando mi computadora. Me encontraba trabajando en los casos que él había rechazado, trabajo es trabajo aunque no sea interesante... y la justicia va a prevalecer... aunque necesita algo de ayuda. - Simplemente, deja de tomar los casos de L. Yo soy L. Aún soy L.

- Aún tienes a los otros dos, ya son suficientes casos para una persona...

- Pero no soy u... - se detuvo mientras me miraba, hice lo mismo - pero L soy yo, aún se refieren a mi cuando hablan de L.

- Te noto algo... caprichoso al respecto. Yo soy L de forma justa, te guste o no...

- Hola, N. Soy I - me interpuse entre L y el micrófono, para poder apretar el botón y hablar - Parece que L, el que debería serlo, no es el único actuando como un niño... Para que sepas, L - remarqué el nombre que usé - no está solo. También estoy tomando los casos... Y, para ser honesta, deberías devolverle a L a L... - me reí - por gracioso que parezca. ¿Estás diciendo que no eres capaz de crear tu propia reputación y llegar a ser el mejor? - miré a L, noté como una pizca de orgullo se reflejaba en su cara. - No sé, piénsalo... Un placer escucharte igualmente... espero que te encuentres bien. Adiós.

- Para ser honesto, - me respondió N luego de un silencio - no creo poder hacerlo... Pero acepto el desafío.

La pantalla negra desapareció y L me miró. Tomé una galleta mientras le sonreía.

- Podrías haber hecho eso antes...

- Creí que tú eras el cerebro...

- Muy graciosa.

- Ya había hablado con él de esto y no estaba convencido. Pero se ve que Wammy's es muy buena formando gente muy orgullosa... - Bebió un sorbo de su taza y comió un poco. Sinceramente, esperaba que me respondiera algo, aunque sea unas gracias por haber traído las cosas... Pero L es L, no lo cambiaría por nada... sin embargo, no pude evitar suspirar. - ¿Quieres algo más?

- No. - Siguió mirando la pantalla mientras la información en ella cambiaba rápidamente. Me quedé mirándolo. Creo que ya era un caso perdido, ¿cómo es posible que me guste tanto mirarlo? Volví a suspirar. Sus ojos se desviaron de la pantalla para verme pero la taza seguía en sus labios. Volvió su atención a la pantalla, hice lo mismo. Luego de un tiempo, habló otra vez. - ¿Podrías traer más té?

- Voy a pedirle a Gun que haga más. - Me levanté y me dirigí a la puerta. Pero en el trayecto no pude evitar pasar mi mano por su cabello. Antes de terminar de salir por la puerta, agregué burlona - ¿Quieres té de algún tipo en especial, señor desagradecido?

- No...

Su voz fue algo seca, creo que no le pareció muy gracioso... bueno, como siempre, metiendo la pata y arruinando los progresos que consigo con él. No creo que me odie realmente, sé que no. Es solo que él es así. No le gusta mucho expresarlo, no le gusta mucho el concepto de expresar en general. Pero sé que aprecia cada detalle... y los nota, los buenos y los malos... Nota mental: no enamorarse de un detallista con problemas para expresarse...

Regresé con un té hecho por mí, Gun se había esfumado... probablemente, trabajando. Extraño que toda su atención recaiga en mí y no en L... pero sé cuanta falta le hace... y sé cuánto le pesa Watari. Watari... Mi mente se llenó de recuerdos y no pude evitar mostrarme un tanto triste. Entré a la habitación, apoyé la taza y me senté en la computadora... cada palabra que leí, la olvidé. Ni siquiera pude entenderlas... me tiré hacia atrás apoyándome en mis manos con la mirada clavada en techo. Cerré los ojos y sentí algo caer en mí mano... otra mano... la mano de L... lo mire a la cara y, sin quitar sus ojos de la pantalla, dijo haciéndome sonreír:

- Gracias...