Capítulo IV

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Caminé en dirección al lugar donde nuestro vecino trabajaba... para ser sincera siento curiosidad. Aunque sé que la curiosidad mató al gato, el gato murió sabiendo. Creo que todo va a estar bien. Llegué a la puerta de un lugar con unos enormes ventanales. Debajo de estos, unas flores. Aunque estuviéramos en invierno, algunas flores seguían allí. Bastante vivas, aunque pedían a gritos morir antes que resistir el frío. La puerta de madera con doble abertura le daba un toque pintoresco. Entré.

Había unas cuantas mesas de madera con sillas haciendo juego. La pared era color celeste casi blanco y el piso de una madera oscura. En el fondo, una barra con taburetes que daba a la cocina. Caminé entre las mesas hasta allí. Había algunas personas comiendo lo que la casa se especializaba, barbacoa. Otros estaban tomando algún café o té. Después de todo estábamos en la medio de los horarios normales de comida y hora del té.

Me senté en uno de los taburetes que estaba más cercano a la pared. De inmediato, un chico de pelo marrón oscuro y ojos haciendo juego se acercó con un menú. Era bastante alto y, a juzgar por el brazo que me dio el menú, hacia bastante ejercicio. Estaba vestido con un jean y tenía un delantal blanco. Me sonrió y habló con una tonada que me sonó extraña:

-Bienvenida, lamento la demora. El mesero acaba de salir a almorzar, yo soy el cocinero pero voy a atenderla. –Me mostró una sonrisa ladeada- Cuando sepa que quiere puede llamarme.

-Descuida... solo quiero un café.

-¿Café? Así que eres de las mías... - lo miré algo extrañada – Perdona, mis clientes habituales siempre discuten por cual es mejor, si café o té.

-Oh... ya veo. Personalmente, me gustan los dos... aunque ahora prefiero el café.

- Nunca podrás volver a decir lo mismo cuando pruebes el té y el café de aquí. Incluso, la comida...

- No deberías... - Apoyé mis brazos sobre la barra y lo miré divertida con una pequeña sonrisa – No deberías ser tan arrogante...

- ¿Arrogante? ¿Yo? Es que este restaurante, aunque sea nuevo, va a ser un éxito.

-Lo dudo... - se rió – al menos hasta que de mi veredicto lo dudo...

- Hablando de arrogancia...

- Agradece que te doy el beneficio de la duda... -Le sonreí y al ver el pequeño silencio, bromeé- Ya me podría haber ido por lo que tardan en este lugar en hacer un café...

- Lo lamento – Me sonrió mientras se movía a la máquina de café. - ¿Por qué viniste aquí?

- Solo curiosidad... me gusta ver las cosas nuevas.

- Ya veo – dijo mientras bajaba una palanca de la máquina - ¿Qué te parece?

-Por ahora no sé, el servicio es muy lento y distraído... – seguí bromeando – y arrogante...

- Que cruel es usted señorita critica. – Dijo bromeando mientras me alcanzaba un café en una taza con un diseño muy bonito de flores y un platito haciendo juego. Con el café me llego otra sonrisa tímida y habló – Espero su veredicto.

- Ahora veremos – Me llevé la taza a la boca sin dejar de mirarlo, la tomé con ambas manos ya que el calor se sentía agradable y, por los guantes, se concentraba aún más. Le di un sorbo- Bueno, debo admitir que te puedes permitir un poco esa arrogancia.

- Te lo dije... - Apoyó sus brazos frente a mí y se rió – Pareces una niña tomando así...

- No vine aquí a que el cocinero me regañe por estar abrigada por el frió...

- Bueno, en eso tienes un punto. Pero esta semana vendrán a reparar la calefacción y todo será mejor...

- Tengo curiosidad... por tu tono, noto que no eres de aquí... ¿Por qué abriste un restaurante?

- Tú tampoco eres de aquí... Londres, ¿no?

-Algo así...  ¿y tú?

- Yo soy de un pueblo muy pequeño al sur...de hecho, de la zona de grajas... a las afueras del pueblo.

- Ya veo... ¿Y por qué un restaurante?

- Bueno... 

Insípido (Ilegal: Segunda Temporada) [Death Note] *Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora