YOUR LOVE IS MY DRUG

LA PRIMERA

Peridot se voltea a la pared mientras la otra se desviste y entra a la ducha.

-y...-inicia lapis la plática.- ¿Tú has tenido pareja?

-no. Solo ocasionales.

-ocasionales... ¿promiscua?

-puta, en realidad.

-¿trabajaste de prostituta?

-con algo se inicia.-dice Peridot sin darle importancia.- si no, no hubiera triunfado.

-¿podría llegar a hacer algo cómo tú?

-eso espero.-dice en voz baja.-pero debes de iniciar por algo.

-y hablando de eso... ¿Quién me va a rentar?

-ah... pues, la chica que va a venir...pues piensa en tu servicio. No me ha asegurado nada, pero la única que si me dijo que le interesaba es Jaspe, es algo...particular y ella va a ser la primera.

-¿la primera, eh? -dice lapis en cierto tono sospechoso.- ¿Por qué tú no eres la primera?

-porque lo que me van a pagar es más de lo que ganaría en tres meses de vender toneladas de cocaína.

-bien...-dice no muy resignada lapis.-pero... nadie se va a enterar de un simple beso o faje.

-¿¡Que?!-Peridot pensaba en voltearse pero sabía que no sería buena idea.- lapis, para empezar yo no soy así. Y segundo, no lapis. ¿Qué parte de tu eres la secuestrada, no entiendes?

-esa donde te portas muy bien conmigo.

-no por mucho.-dice Peridot hilarante.-me odiaras después.

-eso dices.-insiste lapis.

-hagamos un trato lapis.-suspira algo irritada.- si cumples bien con la primera clienta, dejaré que me hagas lo que quieras, cuando quieras y como quieras.

-¿¡en serio?!-dice lapis emocionada.

-sí, como tú quieras y para lo que sea.

-vale, pero promesa en serio.

-claro que si.- resignada-todo lo que quieras.

-me parece justo.

Aunque lo no muy justo era que lapis tenía una idea algo loca, pensaba en lograr seducir a Peridot antes de que tuviera su primer cliente. ¿Acaso si tendría el síndrome de Estocolmo? Ella lo descartaba ya que Peridot para ser una secuestradora no era muy mala. Al principio sí, pero fue cambiando.

-bien. Y si empezamos ¿Ahora?- dice lapis muy picara.

-no.

-ok... ¿Qué pasaría si yo me tocara pero ahora con un fin placentero?

-perderías valor por que...- se da cuenta de lo que lapis estaba haciendo y para su mala suerte, lapis ya sabía lo que quería saber- no se te ocurra.

-¿Por qué no?- sierra la llave del agua.- pensar en ese momento en el cual tú y yo...

-lapis cállate, no funcionará.

-para ti quizá no.-se empieza a acariciar.- pero para mí...

-¡Lapis lazuli!-dice furiosa la rubia.

-para mí es lo mejor.- sale de la ducha, se seca y se pone la ropa interior.- ah... ah... ah... ah... si...

Lapis fingía sus gemidos, según ella para provocar ah Peridot, lo cual empezaba a tener cierto efecto. Peridot dudaba en voltear, ¿detenerla o seguir escuchando? Ambas opciones eran tentadoras.