LOCA DE ENFERMA

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Lapis queda en absoluto silencio hasta llegar a la casa. Peridot baja primero y después baja a lapis. Entran y se van al cuarto donde lapis ha estado cautiva.

Peridot, después de la advertencia que lapis le había dicho, checa debajo de la cama y exactamente se encuentra con bolsas de frituras y una que otra botella vacía o solo con un poco de bebida energizante, obviamente no las iba a dejar ahí, así que las sacó .

-ahora que lo veo, no has comido nada desde hace tres días. ¿Cierto?

-sí- responde un poco triste.

-¿ahora qué te pasa?- Peridot nota la reacción de la joven- si quieres voy y te preparo algo...

-no, estoy bien. Gracias.

-no, no estás bien. ¿Qué te pasa? ¿Es por lo que dije? Según tú ya estabas consiente de lo que te podía pasar.

-posiblemente. Yo no quisiera estar tanto tiempo lejos de ti, aunque no me quieras, pero me siento protegida.

-de cierta manera lo estas, pero debes entender que el dinero mueve al mundo.

-claro, claro. Pero...

-no te preocupes tanto. No creo que alguien llegue al precio.-se va del cuarto a prepararle un poco de comer a lapis, un poco de cereal sería suficiente.

Peridot le entrega el plato y una cuchara. La peli azul estaba confundida aun, agarra el plato pero ni una cucharada, solo se quedaba viendo el plato, como si se fueran a responder sus dudas por medio del cereal.

-come.-ordena Peridot.- te va a hacer daño estar tanto tiempo sin comer.

-pero... no tengo hambre. Ahora no.

-bien, entonces cómo quieras. Pero eso sí, no me vayas a esconder la comida debajo de la cama otra vez.- se levanta y se dirige a su computadora, la prende y empieza nuevamente a escribir.

Lapis dudosa agarra la cuchara y empieza a comer poco a poco. No tenía algún pensamiento fijo, pero le hartaba la vocecilla dentro de su cabeza, su subconsciente a causa de la esquizofrenia. Lapis la calificaba como "azul" la subconsciente que le decía que toda su vida era un asco ¿Para qué seguir en su patética vida? Muchos caminos para acabar con ella, pero lapis sabe que estaría mal hacerle caso.

"¿Comer? ¿Para qué te sirve? Al fin y al cabo, terminaras flaca y fea. Hasta crees que esta tarada te va a dar de comer todos los días. Subestimas demasiado a esta inepta. ¿Por qué la quieres? O mejor dicho ¿Por qué tienes la estúpida idea de que ella te quiere? Sí solo eres una retrasada mental que nadie quiere ¿Dónde están tus amigos ahora, eh? ¡Tú familia! Esa bola de hipócritas que decían quererte mucho, los que se supone que han estado junto a ti todos estos años ¿Dónde están?" lapis escuchaba esa vocecilla, no la dejaba concentrarse y por la misma enfermedad, empezó a delirar poco a poco, otro ataque.

-no. No tienes la razón.-decía sin levantar la cabeza.-tú no puedes, no sabes. Ellos me han querido siempre, no sé donde estén, no saben dónde estoy, pero sé que están preocupados por mí.

Peridot deja la computadora y mira atentamente a la joven que empezaba a tener los delirios, no sabía exactamente qué hacer. Ahora que lo pensaba, Perla no le había dejado las pastillas ¿o sí? Rápidamente se asoma a la mesa de la sala pero su esperanza es nula, no hay ninguna caja, bolsa, tableta ni una píldora. Tenía que pensar rápido, sabía el nombre de la medicina, pero no podía dejar a lapis sola. Lapis. Rápidamente regresa a la habitación, la jovencilla está espantada, acurrucada en la esquina de la cama, abrazándose.

-¡Lapis! Quédate calmada.-trata Peridot de aligerar el ambiente.- no pasa nada, no le hagas caso.

-¡No! Tú eres la mala, tú no me quieres. ¡Vete! ¡Tú no me quieres!

-calmada. Lapis, soy yo. Lo que te diga, quien sea que te diga, no es cierto.

-¡Tú eres la mentirosa! ¡Tú me odias! ¡Me vas a abandonar! ¡Igual que todos los demás!

-no lapis. Yo...estaré contigo siempre. No te abandonaré.- Peridot trata de acercarse a lapis, pero la otra reacciona más violenta.

-¡NO ME TOQUES!

-lapis, cálmate. No te haré nada malo.- Peridot intenta acercarse otra vez, poco a poco.- yo no te abandonaré ¿me entiendes?

"es mentira. No le creas. Ella te va a dejar con otras personas, y te va a cambiar con algo con más valor que tú. Dinero."

-¡No me mientas! ¡Me vas a dejar!-empieza a llorar.-me vas a vender ¡me vas a vender cual maldita perra que soy!

-¡LAPIS!-dice en tono más alto para tratar de llamar la atención de la peli azul.- no voy a hacerte eso. Tú me preocupas, y no dejaría que te hicieran daño. No te dejaría por un tiempo prolongado.

-¡no te creo! ¡Mentirosa! Déjame.-hace la finta de patear-¡aléjate de mí!

Peridot se avienta contra lapis, tratando de mantenerla sometida. Lapis trata de luchar, patalea, se retuerce e incluso logra rasguñar a Peridot, pero ella ni se inmuta, solo trata de mantener quieta a lapis.

-escúchame, no te voy a dejar sola, tú me preocupas y...-hace una pausa.- te quiero.

-¡no te creo! ¡Demuéstrame!

Peridot dio un largo suspiro y le dio un beso a lapis. Por un momento lapis queda totalmente pasmada, no se lo esperaba. La vocecilla de su cabeza se disipó, por ese pequeño momento, regresó a la realidad, un milagro por estar concentrada en algo que es maravilloso para ella. Lapis empezó a abrir poco a poco la boca tratando de abrir con su lengua los labios de la rubia. Aunque a Peridot no le agradaba la idea, no dejaría que pasara a mayores, pero sí eso podía mantener tranquila a la otra chica se sacrificaría ¿Por ella? Posiblemente.

En los labios de Peridot se empezaban a relajar, el pequeño masaje que la lengua de la otra le estaba proporcionando la estaba embobando, por fin dejándole el paso para empezar lo que para lapis era el mayor placer que estaba recibiendo. Peridot se separa de la joven.

-¿ahora me crees?-pregunta Peridot.

-perdón.-fue lo único que contestó lapis.

-¿¡Qué?!

-perdón. Yo te obligué a hacer eso cuando tú no querías.

-pero...-Peridot sabe que es la verdad. Ella en realidad no quería.- yo... yo lo hice por iniciativa propia.

-no es cierto. Solo me querías mantener calmada y callada.

-sí eso hubiera querido, te hubiera puesto nuevamente cloroformo. Lapis, trato de preocuparme por ti.

-no claro que no. Sí te preocuparas por mí no me venderías.

-no te voy a vender. Solo será por unas horas. Y lo haré porque me preocupas. En cuanto junte una cantidad bastante grande...-suspira algo agobiada- te prometo que me reivindicaré y empezaremos una vida nueva en otro lugar.

-¿me lo prometes?

-te lo prometo.-Peridot dijo sin pensar ¿prometérselo? ¿Qué le pasaba por su cabeza? Nunca hace promesas y menos una que sabe que es imposible de cumplir. ¿Por qué apenas reaccionar?

-¿te puedo decir algo?-pregunta lapis inocentemente.

-lo que quieras.

-tu cabello parece triangulo, tu peinado parece triangulo.

-¿¡Que?!- Peridot se sienta a un lado de lazuli.- ¡Oh vamos! No hablas en serio.

-sip, parece un sexy dorito.

-¿acaso sigues delirando?

-no. Yo lapis, en plena facultad mental...bueno, más o menos. Declaro no estar alucinando.

-¿te acompleja mucho eso de tu enfermedad, verdad?

-no mucho. Pero...si me pone límites.

-¿límites?



YOUR LOVE IS MY DRUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora