Capítulo 5

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-Yo no puedo hacer eso - dijo ella arrodillada al lado de él.
-No tenemos otra opción - dijo llorando. -Esta es nuestra última noche, juntos, mañana al amanecer te vas con ellos.
Amanda intervino...-Vayan a cenar a mi casa, tenemos poco, pero sé que ustedes no tienen nada. - Le ofreció amablemente.
El resto de día Amelia se la paso llorando junto a su papá.
-Tenemos que buscar una salida.
-No la hay - dijo Michael amargamente. -Lo siento, no fuí un buen padre.
Ella lo abrasó. -No digas eso, tú hiciste lo mejor que pudiste... ¿Acaso Dios castiga a las personas porque son pobres? - Preguntó ella.
Su papa no pudo responder a esa pregunta, no creía en Dios, ya no. La cena en la casa de su amigo, fue muy triste, saber que Michael iba a morir al otro día, no alegró a nadie, todos estaban llorando mientras él se despedía de sus amigos... Omar llamó a Amelia a un lugar aparte
-Yo te puedo ayudar con el dinero - le dijo tristemente.
-No, sé que has estado ahorrando para ir a la universidad. No sería justo - le dijo mientras le acariciaba el pelo.
- ¿Algún día nos casaremos? - Le preguntó inocentemente.
-No creo que viva hasta que llegue el día de nuestra boda, además yo nunca he tenido un novio, y tú eres mi mejor amigo... No estoy enamorada de ti.
-Pero yo estoy enamorado de ti y eso basta.
Ella rió tristemente...-No creo que eso baste, mañana temprano vengo ¿sí? Quiero estar a solas con mi papá. - dijo mientras se retiraba de la casa de Omar.
Su papa no dormía, estaba sentado esperando la hora de su ejecución, Amelia estaba sentada a su lado, ninguno hablaba.
-Te quiero mucho papá - le dijo ella rompiendo el silencio...-No quiero que te mueras, no así, no por tratar de sacarme adelante, no por querer darme un futuro, no por trabajar arduas horas y que el dinero no te alcance, así no. - Dijo con lágrimas en los ojos. - ¿Por qué Dios...?
- ¡Dios no existe Amelia! No para los pobres y miserable como nosotros.
-No digas eso, el padre Alberto dice...
-El padre Alberto tiene el pan de cada día y se beneficia de la ofrenda, Dios está con él, con nosotros no.
Ella no aceptaba esa idea, sabía que Dios estaba en alguna parte. Él debía estar escuchándolos, e iba a ayudarlos, alguien llamó a la puerta. Michael tomó un cuchillo y le indicó a Amelia que escapara pero ella se rehusó. Ella misma abrió la puerta y se quedó de hielo ante la imagen en frente... ¡Era Drew Dirksen! ¿Venia él a matarlos?
Con toda su arrogancia, Drew con dos guardaespaldas entraron a la casa, él se quedó perplejo al ver en las condiciones en las que vivían esas personas, se quiso sentar pero miró todo con repugnancia y no pasó en su cabeza ni un atisbo de compasión
-Quiero hablar contigo, Michael -dijo secamente.
Amelia se acercó a él y estaba lista para decirle unas cuantas cosas cuando él levantó su mano, haciendo una señal de silencio
-Te vengo a saldar tus deudas.
Michael miró a Amelia confundido pero ella pudo apreciar la esperanza que había en su mirada, lamentablemente ella no podía tener ese sentimiento, algo se traía entre manos ese hombre.
-Quisiera hablar a solas contigo - le dijo a Michael

It hurts |Drew Dirksen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora