Drrw estaba sentado en la oficina, mientras daba vueltas en su silla giratoria, ella lo estaba volviendo loco, cerró los ojos, recordaba la noche anterior, sentirla profundamente enterrada en él, sonrió...
- ¿Me estas escuchando? - Le preguntó Micaela. -No, no lo haces. ¿Por qué nunca atendiste a los inversionistas? ¿Sabes lo que estás perdiendo? ¡¿Lo sabes?!
-No me grites -le dijo Drew en voz alta, -Por si no lo recuerdas, ellos son a los que tuve que cancelar ayer, porque a ti se te ocurrió la brillante idea de caerte a golpes con Ame.
- ¿Ame? ¿Quién es Ame?
-Amelia -corrigió Drew.
- ¡Hasta sobre nombre le tienes! ¡Carajos, estoy harta de ella! ¡Harta!
- ¡Y yo estoy cansado de ti! Entiende que si las cosas entre nosotros no funcionan es tu maldita culpa, te la pasas gritando todo el maldito día, no te quiero ver más, esto acabó, me cansé de tu gritadera, de tu majadería.
- ¡Tú no me puedes dejar! ¡Yo soy una pieza importante en la compañía!
- ¡Vete al diablo! - Le gritó él mientras salía de la oficina.
- ¡Eres un hijo de puta! -Le gritó corriendo detrás de él. Lo alcanzó en el ascensor.
Drew respiró hondo mientras la escuchaba insultarlo en todas las maneras e idiomas posibles, ¿Qué estaba pensando cuando se metió con ella? Sí, era cierto, ella era bonita, e inteligente, muy inteligente y le convenía mucho a la compañía, pero él no hipotecaría su felicidad, su tranquilidad por la compañía. No, no lo haría.
Con ella sentía que se ahogaba, que se asfixiaba que estaba en un túnel y no podía alcanzar la luz, ella no estaba bien de la cabeza, se había obsesionado con él y los había llevado a ambos a la mierda que tenían llamada relación, y luego después de toda su histeria estaba la lloradera, justamente como lo estaba haciendo ahora, los segundos en el ascensor se le hacían eternos, ella gritaba y lloraba, y él sentía que iba a explotar, una vez fue violento con ella y la había golpeado y luego la había follado, se había sentido mal por eso luego de unas horas de haberlo pensado, pero ella no. Ella quería que él siguiera golpeándola y luego la follara, ella era una loca, amaba el sadomasoquismo. Ella estaba enferma.
Si ella seguía gritando la iba a golpear, pero se estaba contendiendo, no quería empezar con esa tendencia, con ese comportamiento, aunque ella lo sacara de sus casillas.
-Me duele la cabeza -le dijo lentamente. - ¿No lo ves? No podemos seguir juntos, no puedo contigo.
- ¡Cobarde! ¡Eso es lo que eres! -Le gritaba mientras él aceleraba y se iba lejos, lejos de ella, lejos de todos.
-Por favor, préstame tu celular una vez más - le rogaba Amelia a Luciana- Mira sé que no tengo como pagarte, tengo unos ahorros, me los traje de mi casa, pero es muy poquito, si te los doy oficialmente no tendré ni un centavo.
Luciana la observó
-Bien, tenía saldo para llamar a mi mamá, pero úsalo tú.
-Ame -la llamó luciana
-Sigo diciendo que cuando me dices Ame, siento que llamas a un perro y no a mí.
-Es un lindo apodo.
-No para mí -respondió ella mientras tomaba el celular y se iba al jardín. Marcó el numero varias veces, pero nadie atendía... algo no iba bien, lo sentía, tocó su pecho, esperaba que se estuviera equivocando, todo estaba bien, todo estaba bien repitió varias veces, intentó una última vez y escuchó la voz de Amanda.
- ¡Amanda! Soy yo, Amelia... ¿Qué pasa? ¿Por qué nadie atendía? Quiero hablar con papá, ¿él está bien?
Silencio.
-Amanda, casi no tengo saldo, ¿Podrías decirle a Mi papá que llamé?
-Lo siento cielo, pero no puedo.
- ¿Por qué?
-Amor, ¿Por qué no regresas?
-No puedo regresar, pero... Bueno hablaré con Drew, quiero verlos, extraño mucho a mi papá.
-Amelia...
- ¿Qué pasa? - Preguntó asustada- Espera... Se volvió a meter en más líos, ¿Es eso? - Preguntó a punto de llorar.
-No cielo, no es eso.
-Amelia, a Michael lo asesinaron anoche, no se sabe quién fue... Yo no te puedo decir mucho por teléfono ¿Podrías venir?
ESTÁS LEYENDO
It hurts |Drew Dirksen|
Teen FictionSer pobre no fue mi elección, Ver al hombre que me engendró endeudarse hasta los huesos para sacarme adelante tampoco. Que mi papá me vendiera al hombre más cruel que había existido.. Fue mi única salida. A veces me pregunto cómo hubiera sido todo s...