Capítulo 26

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 Se recostó de su pecho, Amelia se sostuvo más fuerte de la mesa para no caerse pero fue inevitable, él era muy pesado, tuvo que tumbarse para soportarlo, Drew sonrió mientras se paraba, recogía su ropa interior y se lo pasaba, Amelia sentía que el momento era vergonzoso, bajó al piso mientras se la ponía. Drew desapareció de su vista con el condón en su mano, atinó que se dirigía a su habitación, ella se arregló la ropa, lo vio entrar a la cocina nuevamente. 

—Bien, creo que ahora podemos comer ¿No?

Ella asintió como boba, mientras se sentaba y comía despacio, para no botar nada, agradeció infinitamente el hecho de haber terminado, luego de lavar los platos, se pasó el resto del día en un pequeño balcón que había en la parte de atrás, la vista era hermosa, abajo había un pequeño parque que pertenecía a los residentes del edificio, habían varios niños corriendo y sus padres detrás de ellos, no sabía por qué pero la imagen le causó alegría, cuando entró nuevamente a la sala Drew seguía tecleando en la laptop y atendiendo una llamada.
Amelia se sentó en el mueble, ya era de noche, sinceramente tenía ganas de dormirse, Drew al parecer leyó su pensamiento. 

–Si quieres espérame en la cama, iré dentro de unas horas.

—Gracias, pero prefiero dormir en el sofá.

—Si, te llamo después—dijo mientras colgaba, se paraba y se le acercaba. — ¿En el sofá?
Ella asintió tímidamente

 — ¡Valla que eres necia! Te follé hace unas horas y no te gustaría dormir en mi cama.

—No soy necia—respondió encogiéndose de hombros.
—Bien, como quieras, tengo mucho trabajo para ocuparme de tus berrinches, en el pasillo a la derecha, hay un armario con sábanas, dijo mientras volvía a tomar su celular.
Ella Suspiró, no conocía a un Drew tierno, pero odiaba a este tan frió, su punto era una mierda, ¿Por qué no quería dormir con él? ¡Claro que sí quería! Su mente estaba hecha un lío, pero al final sabía la respuesta, No quería terminar con el corazón roto, dormir con él implicaba sentir su calor, había follado con él, eso era cierto, pero al final de cuentas ¿Qué era follar? Frotarse los cuerpos en un acto de placer que terminaba en unos diez minutos. ¿Era eso lo mismo a quedarse horas acurrucada en su pecho? Por supuesto que no.
Tomó una sábana y una almohada, y la llevó al sofá, luego tomó su pequeña mochila y fue al baño, se dio un baño y buscó una pijama que tenía, shorts y franela negra, cepilló su pelo y lo dejo suelto, mientras medio mundo dormía con el pelo amarrado, ella pertenecía al otro grupo que prefería llevarlo suelto a la hora de dormir, y amarrado en el día.
Caminó tratando de pasar desapercibida pero sentía la mirada de Drew quemándole en la espalda, y para colmo el sofá quedaba frente a donde él estaba sentado con la laptop, se acostó y cuando se acomodó y alzó al vista, él la estaba observando, sin pensarlo escondió todo su cuerpo debajo de las sabanas, Drew sonrió, a la hora de dormir se veía aún más hermosa, tenía un pelo hermoso, era una lástima que prefiriera llevarlo sujetado, se suponía que tenía que terminar de revisar unas estadísticas pero para ser franco, no se podía concentrar, su vista se desviaba solita hacia Amelia, ella al parecer estaba dormida, le daba la espalda, tenía todo su cuerpo cubierto exceptuando su pelo negro que caía en cascada por todo el sofá casi llegando al piso, ¿podía un hombro excitarse viendo el pelo de una mujer? Al parecer sí, porque en lo único que pensaba era en tocarlo, atraerla a sus labios y follarla toda la noche. Nunca se imaginó que una chiquilla de 18 años lo volvería loco.


It hurts |Drew Dirksen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora