Sentía sus pequeños besos descendiendo desde su cuello, hasta su oreja y luego por su mejilla, por una fuerza extraña, que claramente no entendía, volteó la cara para besarlo, sintió como él asaltaba su boca, instintivamente llevó una de sus manos hasta su cabello y lo pegó más contra él, se arrepentiría de eso luego, ahora no. Sintió como él descendía por su muslo hasta acariciarla por en el centro de su cuerpo por encima de su ropa interior, gimió en sus labios.
—Abre más las piernas, Amor—le susurró.
Amelia en ese momento sintió que se derretía, estaba más que mojada y deseosa de que la tocara en todas partes, sintió como él introdujo un dedo, justo donde lo quería, lo saco y lo volvió a entrar suavemente, hizo la misma acción al menos tres veces más, sus dedos recorrían su feminidad resbalosa, dejándola deseosa de ser poseída, lo próximo que sintió la hizo casi gritar, él con la mano libre buscó uno de sus senos y los acarició por encima del sweater, pero la cosa no se quedó ahí, Drew bajó su mano hasta su cintura, y empezó a acariciarla por debajo de la tela, encontró su pezón y lo apretó. Amelia balbuceó algo que él no pudo entender.
—Vamos nena, ya estas lista. —Le dijo mientras rompía el beso.
Ella se quedó confundida y excitada, él se paró de su asiento y le tendió una mano, ella confió y puso su pequeña mano en la de él, Drew hizo a un lado algunos alimentos, la tomó por la cintura y la sentó en la esquina de la mesa, —Me estas volviendo loco—le susurró al tiempo que le bajaba el panty, Amelia gimió con anticipación. Drew sacó un preservativo de su bolsillo y se lo colocó, la observó con las piernas abiertas, abiertas para él, gruñó y la tomó por cintura
—No cierres los ojos nena—le dijo mientras la penetraba lentamente, deleitándose en su interior. Amelia sentía sus mejillas arder, se arqueó mientras lo observaba, él la estaba follando y estaba completamente vestido, deseaba tocar su pecho, sus brazos, sentir su piel ¿Pero qué mierda estaba diciendo? Perdió rápidamente el hilo de sus pensamientos al sentir sus fuertes penetraciones, él se introdujo en ella hasta el fondo, y se quedó unos segundos quieto, Amelia lo observó confundida, él estaba sonriendo, sabrá Dios porque, continuó golpeando en su interior, de manera brusca, dos, tres, cuatro, cinco, seis golpes, no pudo aguantar más, se corrió mientras gritaba, Drew no se contuvo, golpeó dos veces más y la acompañó.
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It hurts |Drew Dirksen|
Teen FictionSer pobre no fue mi elección, Ver al hombre que me engendró endeudarse hasta los huesos para sacarme adelante tampoco. Que mi papá me vendiera al hombre más cruel que había existido.. Fue mi única salida. A veces me pregunto cómo hubiera sido todo s...