It hurts |Drew Dirksen|

Capítulo 8

-Bien, entonces vámonos.
-Hija -le imploro su padre pero la mirada de odio que ella le lanzó le terminar de romper su corazón.
- ¡No me digas nada! No lo hagas por favor -dijo mientras se subía a la camioneta que estaba estacionada frente a su casa.
Ella rió amargamente mientras iba de camino, 'Maldito sea el destino del pobre' lloraría después, al menos algo bueno tenía toda esta mierda y era que no matarían a su papá... Sus lágrimas salieron, pero ella las limpió rápidamente. ¿Y ahora qué pasaría? Este hombre era el mismo demonio, su vida será más complicada ahora, al menos su papá no la violaba, pero según había escuchado, había un tipo que se llevaba a las chicas pobres, las utilizaba sexualmente y luego se la lleva a su casa a explotarlas, su mente encendió un bombillo...él cumplía con todas esas características, ahora estaba en pánico, si todas esas historias eran ciertas... No. No podía ser.
Una chica que había logrado trabajar para ese señor, había expresado algunas historias que ella nunca se había atrevido a creer por lo cruel del contenido. 'Él tiene dos hermanos, uno se llama Austin y el otro se llama Nate, si sabes lo que te conviene es mejor que trates de no acercárteles, por más hermosos que sean, son crueles, en sí el dueño de la fábrica no te lleva para él, siempre mira a las campesinas con repugnancia, él solo las lleva para diversión de sus hermanos y para que trabajen en la casa... No les pagan, simplemente le dan techo y comida; de la única manera que corres con suerte es que no le gustes a ninguno de ellos, sino será un infierno... Entran a las habitaciones en las noches y las violan, muchas idiotas piensan que acostándose con él lograran algo, pero no... Ellos solo las utilizan, hay otro señor que es el papa de todos, es más déspota que los otros, pero él no viola a nadie, no le interesan las campesinas trabajadoras, él al igual que su hijo mayor las miran con arrogancia y las humillan, cuando estuve en esa casa me fijé que el mayor de ellos, tenía una mujer en casa, era la serpiente más venenosa que algún día te podrías encontrar, si tienes el rostro muy bonito ella paga a las demás empleadas para que te desfiguren o te hagan algo, el señor no la quiere, porque se acuesta con muchas mujeres, pero ella es muy celosa y no le gusta que haya nadie más hermosa que ella, el ama de llaves está enamorada del señor de la casa, el padre. Y no permite que nadie le caiga bien, es horrible estar en esa casa todas son envidiosas hasta las mismas empleadas y cometen crueldades a las nuevas que llaman mucho la atención, yo logré salir porque la mama de ellos, se encariñó conmigo y antes de morir, le dijo a su esposo que me dejare ir, él accedió, no todas corrieron con la misma suerte que yo, no me imagino lo que las demás tienen que pasar, a veces al final mueren de vejez o por una enfermedad... Muchas ni resisten, no me gusta recordarlo, fue una etapa de mi vida que aun después de cinco años me duele'
Eso era 'esclavitud' pensó.
Amelia recordaba esas palabras, su piel se erizó mientras veía que el vehículo se paraba frente el almacén, los dos hombres que andaban con ella se bajaron y Drew le exigió que pasara al asiento delantero. Una vez solos, él emprendió marcha nuevamente, trataba de recordar su nombre pero se le había esfumado del cerebro.
- ¿Cómo es que te llamas?- Le preguntó mirando al frente.
-Amelia Blair.
Llevaba unos shorts, un abrigo largo y unos converse que aunque muy viejos, aguantaban algunas posturas más, Drew la venia observando por el rabillo del ojo, nunca en su vida, se había acostado con las sirvientas de su casa, aparte de bajo, era una situación desesperada, él tenía a su mujer en casa ¿para qué joder con otras mujeres de tan baja categorías? Sin embargo al mirar a esta niña, tenía el deseo de probarla, aunque sea una noche...No le podía quitar la mirada de sus esbeltas y doradas piernas desde el momento en que la vio, además la chica necesitaba una tunda para que respetara, era más que rebelde. Sin duda, él la enseñaría a respetar.