It hurts |Drew Dirksen|

Capítulo 23

Sin proponérselo se quedó dormida, no fue sino muy entrada la noche cuando se despertó, se levantó y fue a la cocina a cenar algo, realmente cuando nadie estaba la casa daba miedo, solo se escuchaba los ladridos de unos perros, al terminar salió un rato al jardín, era una noche fría, observó todo con desgano, la casa era hermosa y sus alrededores por igual, lástima que estaba en calidad de presa en ella.
-Hola, escuchó decir a alguien detrás de ella.
Al voltear se dio cuenta de que era Jake, -Hola, respondió con una tímida sonrisa.
- ¿Qué haces aquí? Me refiero, ¿No que todos se van los fines de semana?
Nirvana miró hacia otro lado. -Tu hermano y yo tenemos otros términos.
Él pareció comprender. -Lo siento entonces. Respondió mientras se alejaba.
Ella se quedó por más tiempo sentada en uno de los muros del jardín, observaba el cielo, particularmente estaba estrellado, se preguntó si su padre estaría bien en estos momentos, si había cenado, si tenía todo lo que necesitaba, un nudo se formó en su garganta, lo más probable es que ahora tuviera el pan de cada día en la mesa pero eso gracias a su separación. Llevó ambas manos a su cara y suspiró con frustración, se metió nuevamente a su habitación y se rindió a dormir.
Los rayos del sol empezaban a quemarla, abrió los ojos torpemente, se asió y optó por unos shorts y una blusa que le quedaba algo grande, miró su guardarropa, lo único que habían eran pantalones cortos, y aunque ella los amara, se cansaba de lo mismo, salió a la cocina, se escuchaban voces lejanas, preparó un sándwich, al terminar de comer, llevó los platos al fregadero, escuchó la voz de Justin detrás de ella.
- ¿Alguna otra restricción que necesite saber?
Justin sonrió a medias, -Alístate que nos vamos.
Ella se giró para observarla - ¿Nos vamos?
- ¿Quieres pasarte todo el fin de semana aquí sola?
- ¿Tengo otra opción?
-No.
-Está bien, respondió mientras buscaba sus cosas y volvía a la cocina. Lo siguió hasta un vehículo azul que había aparcado, realmente era lujoso. - ¿Es tu auto?
-Otro de ellos. Bonito ¿No?
-Sí. Respondió mientras se montaba en el asiento delantero y se ponía el cinturón de seguridad. - ¿Y tu esposa? Preguntó curiosa.
- ¿Sonia? Ella no es mi esposa.
- ¿No se enoja porque me lleves a alguna parte?
-Ella no está en la ciudad, respondió desinteresadamente mientras miraba al frente.
Se quedó observándolo unos minutos, él era realmente atractivo, su pelo rubio estaba debidamente cortado, tenía un aura de hombre malo y estricto que lo hacían ligeramente peligroso, pero aun así emanaba atracción sexual, no preguntó a donde iban, sospechaba los planes que él tenía para ella todo el fin de semana, y por primera vez estar en su cama no le pareció una mala idea.