Ainsa era preciosa. Llena de gente preparada para recorrer la infinidad de montañas que la rodeaban.
-Se supone que la entrada estaba en la torre, ¿no? -dijo Buse.
-En efecto, en la parte más alta de esta, y eso no es precisamente muy abajo -respondió Fin.
Yo ya había subido a esa torre. El pasillo de las escaleras debía estar hecho para espaguetis bajos, porque era muy estrecho y muy bajo. Para llegar a ella tendríamos que pasar entre un montón de gente, ya que habíamos encontrado sitio para aparcar en medio de la plaza.
-La gente nos mira un poco raro -observó Zoe. Y razón no le faltaba. En Ainsa no debía ser demasiado común ver a cinco chicos vestidos de negro y armados, porque nos miraban bastante mal.
-Deberíamos darnos prisa -dijo Fin mientras nos empujaba entre en montón de gente apelotonada delante de un hombre que tocaba la guitarra en la calle.
Costaba no separarse del grupo, por suerte como yo también conocía el camino no tuve problemas en encontrar a Fin antes de llegar a la torre.
Estábamos en una calle estrecha desde la que ya podíamos ver la torre cuando escuché un susurro detrás nuestro. Todos nos paramos en seco y nos giramos a tiempo para ver como un león saltaba encima nuestro, pero antes de que llegara a rozarnos una figura naranja grande lo golpeó en un costado, estrellándolo contra la pared.
-¿Un tigre? -preguntó Buse, confundida.
Entonces comprendí lo que ocurría.
-No -respondí-, una tigresa.
Saque mis facas y me uní a la pelea junto a dos zorros, pero el león era demasiado fuerte. Nos lanzó por los aires estrellándonos contra la pared, y todo se volvió borroso.
Notaba la sangre palpitando en mis oídos, veía a mis compañeros luchando y siendo derribados.
No era demasiado agradable.-¡Tala! ¡Tala! -escuché gritar a una voz amortiguada.
Dos caras iguales aparecieron delante de mí.
¿Estaba viendo doble?Una de las figuras cogió mi rostro entre las manos y logró que volviera a enfocar la vista.
-¿Michael? -pregunté aún aturdida por el golpe.
-No, yo soy Nathan -respondió.
-¿Te has cortado el pelo? -pregunté, todavía un poco aturdida.
Entonces se echó hacia atrás, dejándome ver también a su hermano gemelo, y algo más (y no me refiero al hecho de que su hermano también se hubieran cortado el pelo, y, por cierto, les quedaba bastante bien).
Un chico muy grande y rubio estaba sobre Oliver, apretándole una espada contra el cuello.
Reaccioné rápido. Me levanté y corrí hacia ellos. Me pareció escuchar a Mishell gritándome que iba desarmada, pero yo estaba decidida a actuar.
Poco a poco fui dejando de ver en color, todo estaba en blanco y negro, mi cabeza estaba más cerca del suelo, me sentía más fuerte y más... poderosa.
Ya no era humana.
Era una loba.
Salté sobre el chico rubio haciendo que chocara contra la pared. Él se transformó en un león otra vez y me devolvió el ataque. Me mordió una pierna o... pata, lo que hizo que yo retrocediera el tiempo justo para que se curara, para volver a lanzarme al ataque.
Mishell se unió a mí con los gemelos y al final logramos dejarlo inconsciente y bastante herido.
Al quedar inconsciente volvió a ser humano, y concentrándome un poco yo también.
ESTÁS LEYENDO
Cazadora Solitaria [CS#1]
AdventureSoy Tala. Por si mi vida no era ya lo bastante rara cuidando las "adorables mascotas" de una bruja con la que hice un trato con ocho años, esperad a ver lo que el destino tenía planeado para mí cuando cumplí los dieciséis. Si ser una cazadora nunca...