La razón principal

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Encontré a John tirado en su cama, botando una pelota de goma en el techo y a Michael recostado en el alfeizar cómo un perrito abandonado que miraba el cielo, cómo si eso le fuera a librar del aburrimiento.

-¿Qué os pasa?¿Os enteráis que vais a estar dos meses sin internet y ya os deprimís?.-pregunté burlonamente, sabía que John iba a morir sin nada tecnológico o sin poder hablar con sus amigos, y el pequeño, bueno, el niño sólo se dedicaba a imitar a su hermano.

-Te parecerá muy gracioso, ¿no?, cómo a ti te recargan los datos cada mes y a mi no me han dejado traer el móvil pues vas a reírte de mi desgracia.-dijo John tirándome la pelota, la cuál esquivé y me reí de su torpeza.

-Puedo dejarte mi móvil si quieres.-contesté sentándome junto a él, este bufó y se dio la vuelta para que no pudiese verle la cara.

-No quiero tu móvil.-siguió boca abajo.

-Oh, ya sé porqué.-él giró la cabeza para mirarme con indiferencia y vi el asombroso parecido que tenía con mi padre, era cómo su clon en diminuto.-Es porque no tengo guardada a esa amiga tuya...¿Cómo se llamaba?¿Catherine?

-¡Cállate!¡No es por eso!-chilló rojo de furia o quizás vergüenza mientras me golpeaba con la almohada.

-He quedado con Cathy, ¡Ai calla, estoy hablando con Cathy!, va a venir Cathy...-dije imitando su voz mientras me reía, tenía que sobar mi barriga para que no me doliese, aunque era complicado protegerme de sus ataques y reír intentando no caer de la cama al mismo tiempo.- Sabes...tengo el número de Cathy, suelo hablar mucho con ella sobre vuestra "relación".

-¡¿Qué?!¡Mentira!¡Enséñamelo!.-exclamó apartando el cojín de mi cara y comenzando a rebuscar en mis bolsillos, consiguió el móvil y se lo arrebaté, lo que dio comienzo a una lucha por el objeto, que volaba de mano en mano.

No tardó mucho en pasar lo que tenía que pasar, Michael se unió a la batalla, los tres tropezamos entre nosotros y el teléfono salió volando por la ventana, cayendo en el techo del porche. Los tres nos miramos y fuimos corriendo hacia la ventana, desde la cuál veíamos cómo el móvil luchaba por caer al suelo o quedarse en equilibrio en la esquina.

El más pequeño trajo un bate y el otro se quejó diciendo que ese era su favorito, por lo que tuvo que buscar otro.

-John, tu bate, tu culpa, ¡Ve a por él!.-añadí empujándole para que saliese, se echó hacia atrás y me dio un codazo.-¡Ni que fuera la primera vez que sales por la ventana!¡Ve de una vez!

-Cuando salía por la ventana era para bajar, ¡No para ir a la esquinita a coger algo que no es mío!.-me replicó encarándome, aunque le empuje más fuerte consiguiendo que cayese en el techo. El móvil se movió un poco por el impacto cortándonos la respiración a Michael y a mí, por suerte se mantuvo en equilibrio.

John se acercó a él y lo apartó un poco de la esquina con el bate, no se molestó en cogerlo, sólo lo alejó un poco de la caída y se sentó en el techo orgulloso de sí mismo.

-Desde aquí se ven muy bien las estrellas, sentaos conmigo.-el menor y yo nos sonreímos, salimos y nos recostemos junto a él, olvidando el aparato en la esquina.

Los dos hermanos se miraron, para luego mirarme con la misma expresión, siempre supe que tenían un rollo extraño cómo el que teníamos mamá y yo.

-Sabes Wen, pensábamos que te habías vuelto aburrida y que habías cambiado mucho.-me dijo John algo entristecido mientas miraba al cielo, yo me quedé boquiabierta al oír lo que mi hermano pensaba de mí.

-¿Porqué dices eso John?.-pregunté con curiosidad, hasta el momento nunca había reparado en lo que mis hermanos opinasen al respecto de mi actitud.

¿Dónde está Peter Pan?[#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora