Por ti

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Toqué la puerta del despacho de la directora con energía, escuchando un "adelante" del interior, por lo que abrí la puerta para toparme con dos gatos anaranjados.Ambos eran clones identicos de Campanilla, salvo por su actitud hacia mí, ya que se tiraban a jugar en vez de ignorarme.

-Buenos días Amanda.-dije agachandome para acariciar a los gatos, mientras le sonreía y veía cómo ella no había cambiado, y su única diferencia podría ser las arrugas algo más pronunciadas.

-¡Wendy!¡Cómo has crecido!¿Que te trae por aquí?.-exclamó levantandose de su silla con lentitud y acercandose a mí lo más rápido que podía. Me sorprendió, había sido la primera en reconocerme a la vista, o quizas se debía a que la había llamado por su nombre ya que sólo Peter y yo lo haciamos.

-Me dijeron que Peter había traido aquí las crías de Campanilla y quise preguntarte, ¿sabes dónde está él?.-pregunté directamente, levantandome y fijándome en lo baja que se veía ahora a mi lado.

-Sí y no.-contestó suspirando mientras que volvía a su silla e indicandome que le imitase con la mirada.-Sé porqué se fue y con quién está, pero no dónde.-yo boquiabierta me pegué mentalmente por no haber ido a este lugar en primer lugar, aún de pie frente a la mesa miraba confundida a la directora.-Sientate hija, creo que esto se hará largo.

Obedecí y al sentarme los dos gatos saltaron a la silla y se acurrucaron en mi regazo, no lo evité, tenía cosas más importantes a la que prestar atención.

-¿Quieres tomar algo?Podemos ir al comedor y pedirle algo a Madelen si tienes hambre o...

-No, tranquila estoy bien, sólo...empieza, por favor.-la otra asintió y se acomodó respirando profundo.

-"No sé si recuerdas al profesor White.-dudé, hasta recordar que era el profesor de biología y psicologo del orfanato.-Bien, pues él cuando llegó tenía gran interés por Peter, su comportamiento inmaduro y su obsesión por no crecer.

Este hombre llegó cuando Peter tenía ocho años e insistió mucho en querer cambiar la manera de pensar del niño, aunque sabes bien lo duro de roer que era, no lo consiguió.

El profesor Patrick, al igual que yo, llegó a quererle cómo a un hijo y cuándo iba a irse a otra escuela le pidió a Peter que fuera con él, adoptandole. Obviamente se negó en rotundo, y el hombre se fué, aunque eso no quitaba que viniera de vez en cuando a visitar el orfanato y a él.

Yo tambien le insistía al niño para que aceptase, lo veía cómo una manera de avanzar para él, y justamente era eso lo que le echaba hacia atrás. Pero cada no que me decía parecía ser más dudoso que el anterior, sé que Peter también quería mucho al profesor.

Lo único que fallaba era su decisión de no crecer, pero eso con el tiempo cambió, y en su onceabo cumpleaños me confesó que quería llegar a ser un hombre respetable al que todos amen.

Poco a poco fue haciendose más obediente,y aunque sus visitas diarias no cesaban, sus notas crecían, por lo que lo ví un gran avance en él.

Fue cuando te fuiste, hija le destrozaste, él pensaba que te habías ido por su culpa, porque era demasiado infantil para una ti."

-¿Que?.-logré decir, tapaba mi boca con las dos manos sin creerlo, noté cómo mi corazón se rompía y un nudo se formaba en mi garganta, estaba comenzando a cansarme de que todo fuese mi culpa.

"-Eso le ayudó, no te preocupes.-siguió, sonriendome para que me tranquilizase.-Un día me dijo que estaba listo para crecer, y que mejor forma que con una familia, por lo que llamó al profesor y le dijo que quería estar a su lado. Se firmaron los papeles y estuvo todo listo, aunque Peter me pidió que nadie se enterase, no le gustaban las despedidas.

Me dijo que quería celebrar un último día cómo niño inmaduro y malcriado, fué cuando viajó hasta Londres a por ti; y cuando iba a dejarte me pidió que llevase sus cosas a la estación, sin que nadie me viese.

El resto a estas alturas creo que lo sabes, se fué a vivir con el señor White y a penas llegó hace un año para dejarme una camada de seis gatos, no me dió explicaciones, ni una referencia, ni un lugar. Lo único que sé con certeza es que ya no es Peter Pan, si no Peter White Anders."

Pasé las manos por mi cabeza, no veía sentido a lo que acababa de contarme por una simple razón.

-Pero, ¿porqué Peter quería crecer?,¿porque sin decir nada a nadie?.-pregunté intentando ver la razón, aunque no podía, eran demasiadas respuestas completas y nuevas preguntas sin respuesta.

-¿No lo sabes?.-dijo con diversión, a lo que negué.-Por tí niña, quería ser un hombre digno de una chica cómo tú.

-¿Qué?¿Qué sentido tiene eso?.-contesté notando cómo mi corazón quería salirse de su lugar.-¿Cómo quiere crecer por mí si no puedo encontrarle?

-Puede que no quiera que le encuentres por el momento o quizás él tambien te esté buscando, ¿quien sabe en que piensa ese chico?.-añadió riendo la mujer, yo no veía la gracia, me parecía tan confuso y bonito a la vez que quería que mi cabeza explotase en ese mismo momento.

****

-Has llegado temprano.-dijo Curly al verme entrar a la gran habitación masculina, asentí sentandome a su lado y dandole vueltas a lo hablado en el despacho de la directora; no podía decirselo a él, ¿pero con quien podría comentarlo?-Tierra llamando a Wendy.-siguió mientras movía una mano delante de mis ojos.

-Perdón, ¿que decías?.-contesté, parpadeando varias veces para apartar esos pensamientos, en ese momento tenía otra cosa que contarle a James.

-Te he preguntado si te pasa algo, pensaba que estarías más emocionada.-respondió haciendo un puchero, lo que me hizo sonreir, el frotó sus manos con energía.-Ya queda menos, ¿sorprendemos al resto de la misma forma que a Thomas?

-Claro.-sonrió y empezó a prepararlo todo, obligandome a subir a la litera de arriba, mientras yo pensaba una manera de decirle que a partir del domingo dejaría de verle.-James, tengo algo que deciros a Carl y a ti...

-Dime, ya le diré al renacuajo cuando venga.-dijo asomando su cabeza sonriente por el hueco del pasillo que hacían las literas, quise abofetearme a mí misma, ya me habían costado dos despedidas.

-El domingo volveré a Londres.-susurré tirandome bocarriba, me había librado de un peso; en ese instante salté cómo si me huviese electrocutado para mirarle.-¡Pero eso no significa que perdamos el contacto!¡Quiero seguir hablando con vosotros siempre!

-Claro.-le escuché decir apagado, me dolió, comencé a bajar para buscar a Carl y acabar con eso cuanto antes, aunque James me detuvo.-Ese niño te quiere mucho, no quiero que se ponga a llorar ahora, yo se lo diré yo...Mejor ignoremos lo que has dicho, hasta el domingo.

Asentí, viendo cómo sus ojos volvían a brillar, no con tanta alegría cómo la que fingía tener.

Maratón 3/4

¿Dónde está Peter Pan?[#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora