Agarró mi mano y me arrastró al despacho de la directora, diciendome que era mi nombre, por lo tanto, tambien mi culpa. A la profesora no le molestó y por el camino me estrañó ver lo tranquilo que estaba Peter, yo sólo pensar que era en parte culpable me formaba un enorme nudo.
La profesora tocó la puerta con suavidad, pidiendo permiso para entrar, y se escuchó un "adelante" del interior.Me temí lo peor.
Abrió la puerta y Peter me empujó agarrando mi mano, por lo que entré con la cabeza agachada. Escuchaba cómo la maestra decía nuestro delito, y yo tenía miedo de la sentencia.
-Ya me encargo yo de ellos, puede señorita Garcia.-eso me sorprendió, escuché cómo la profesora se marchaba sin pedir más explicaciones, cerrando la puerta tras de sí y me obligué a mirar a la portadora de esa voz.
Una mujer de aproximadamente cincuenta años nos miraba expectante tras su escitorio, con la cabeza apollada en sus dos manos y los papeles desperdigados por la mesa. Parecía amable, con el pelo corto anaranjado, los ojos almendrados y una estatura bajita, nos sonreía.
-Peter Pan, ¿no puedes empezar a obedecer?.-preguntó y a pesar de que era la directora, su tono no infundía temor, si no bienestar.
-Si obedeciese no te visitaría tan a menudo y yo sé que me extrañas Amanda.-contestó soltando mi mano y acercandose a la mujer con la misma sonrisa, me chocó que huviese tanta informalidad.
-¿Quien es tu amiga?.-siguió esta, mirandome con curiosidad; yo me sentía avergonzada y jugueteaba con los dedos, no me veía capaz de responder.
-¡Es verdad!.-exclamó el chico, casi cómo si recordara que me había arrastrado con él.-Ella es Wendy, Wendy, ella es Amanda.-Fue señalando mientras nos presentaba, la directora me sonreía y yo sólo me sonrojaba más, queriendo que algo me sacase de esa extraña situación.
-Ella es la niña de la que me hablaste el otro día, ¿no?.-el chico asintió,moviendo algunos de sus rizos, eso me hizo enrojecer aún más, si eso era posible, nunca imaginé que Peter y la directora de su orfanato hablasen ; y menos de mí.-Es muy bonita.
-Ya, pero tienes que verla sonreír.-añadió el otro colocando sus brazos a ambos lados de su cadera, orgulloso de exponerme.-¿Y Campanilla?
-Está bajo la mesa, durmiendo, mejor no la molestes.-contestó, haciendo su silla hacía atrás para que el niño pudiese ver a su gata, me pregunté que hacía Campanilla ahí.-Wendy, ¿sabes que no se puede entrar al orfanato a menos que sea horario de visita?
-No, yo...lo siento.-dije agachando de nuevo mi cabeza, la directora se acercó a mi y me la levantó, diciendome que salieramos fuera y dejando en su despacho a Peter y su gata.
-Sabes, puedo hacer la vista gorda contigo.-me relajé al escuchaer eso, y vi cómo sus ojos brillaban.-Pero a cambio quiero que me hagas un favor.
-Claro, ¿que favor?.-pregunté más contenta, sabiendo que si lo cumplía, no importaría a que hora estuviese rondando por el lugar.
-Peter va a repetir curso si sigue así, y creo que a tí te prestará más caso que a los profesores, por lo que, ¿podrías ayudarle a estudiar?.-me susurró, intentando que su voz resonara lo menos posible por los pasillos.
-¿Tan tonto es?.-pregunté repentinamente, asombrada, lo que hizo que la mujer riera.
-Para nada, es muy inteligente, inteligente y cabezón, por lo que hay veces que incluso suspende a proposito para demostrar que no aprende.
-¿Porqué hace eso?.-susurré apenada, la otra se encogió de hombros y suspiró.
-Según él aprender significa crecer, y no quiere eso.-contestó mirando al fondo del pasillo, perdida en su mundo, luego me miró con esperanza.-Creo que tú podrás hacerle cambiar de opinión, ¿lo harás?
Asentí con energía, no iba a permitir que el chico se quedase atrás, costara lo que costara.
****
-¿¡Cómo es posible que lo tengas mal si acabo de explicártelo!?.-pregunté molesta mientras corregía su libreta con un bolígrafo rojo, me sentía cómo una maestra, una maestra enfurecida ante la estupidez de su alumno.
Se acercaban los exámenes finales, y durante el tiempo anterior había quedado todas las tardes con Peter para estudiar. Los niños perdidos también se unieron a mis clases, decían que gracias a mí era muy sencillo aprender las cosas y me ayudaban a explicarle lo que más me costaba.
Llegó un momento en el que todos habíamos aprendido unos de otros, a Nibs se le daba mejor el manejo del ordenador, Mattew literatura, Asher idiomas, Curly ciencias, Tootles biología y yo con matemáticas. Slightly era demasiado pequeño para saber explicar algo de nuestro curso, aún así consiguió aprender y encabezar la mejor calificación en su clase, mientras que Peter se reusaba a aprender.
Con a penas dos semanas para terminar diciembre y seguíamos en las mismas.
-¿Y que quieres que haga? Sí no sé, pues no sé y punto.-dijo con indiferencia mientras pintaba su mesa, yo estaba cansada de su actitud y no veía cómo podía ayudarle, miré mi reloj y vi lo tarde que se había hecho.
-Adiós Peter.-dije recogiendo mis cosas y metiéndolas a mi mochila con estampado de flores, dispuesta a ir al recreo y despedirme del resto, ya que ellos se habían ido, cansados de ver cómo no lograba nada, pero algo me retuvo por el brazo.
-¡Nunca digas adios, por que adiós significa irse lejos, e irse lejos significa olvidar!.-exclamó preocupado, me sorprendí al ver que le daba tanta importancia a algo cómo eso.-¡Y yo no quiero que me olvides!
Mi corazón se derritió, pero no le presté atención, había algo que podía utilizar para que aprobase.
-Si suspendes algún examen en lo que queda de trimestre...me iré lejos, y te olvidaré.-dije muy seria, quería que viera que lo decía de verdad, aunque yo tenía claro que nada haría que me separase de él y me sentaba mal jugar con algo que le importaba, pero no veía otra opción.
-Mentira, no lo dices enserio.-dijo sonriendo para convencerse a sí mismo, aunque noté que me agarraba más fuerte, mi expresión no cambió.
-Si crees que es mentira, arriésgate.-sus ojos se abrieron cómo platos, nunca antes había visto a Peter Pan asombrado, pero seguí siendo una piedra.-Hasta mañana Peter.
Salí de la clase, dejando al chico sentado encima de la mesa del profesor pensativo, deseé que mis palabras hubieran llegado a su cabeza.
Llegué al recreo, donde los niños perdidos jugaban con el resto, pero me sorprendió ver a Tootles sentado, él solía jugar al baloncesto con Asher sin importar que lloviera, nevase o se muriese de calor.
-Hey, ¿qué haces?.-le pregunté sentándome a su lado, el me miró con tristeza y volvió a concentrarse en sus pies.
-Estaba pensando...¿este año vas a ir a Paris?.-preguntó aún con la mirada agachada , negué, yo todas las navidades las pasaba con mis primos allí, aunque lamentablemente ese año mi padre y su hermano se enfadaron y no habría viaje.-¿Sabías que el uno de enero es el cumple de Peter?
-¿Si?, ¡Podríamos hacerle una fiesta!¡Con una tarta enorme y luces de colores!.-dije emocionada, aunque el otro no parecía entusiasmarse, al contrario.
-A mi me gustaría hacerle algo, pero no le gusta celebrar su cumpleaños, le recuerdan que tiene que crecer.-aclaró y vi que por eso estaba triste, por Peter.
-Eres un buen amigo, Max.-le dije revolviéndole el pelo y sonriendo, consiguiendo que él aceptase las condiciones del líder.
Maraton 2/4
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¿Dónde está Peter Pan?[#1]
Teen Fiction"¡Nunca cierres la ventana! Si lo haces, ¿cómo te encontraré? " "No llores Wendy, sonríe, me encanta cuando lo haces de corazón" "¡No quiero crecer! Si lo hago seré igual que ellos y...¡no quiero dejar nunca jamás!" Esas eran algunas de las frases...