-Me voy.-susurre al terminar de comer, levantándome.
-¿Dónde vas?.-me preguntó Michael con la boca llena, al parecer el sí me había escuchado.
-He quedado con un amigo, ¿quieres venir?.-ignoré el atraganto de mi padre, observando cómo mi hermano subía rápidamente las escaleras para ponerse ropa de calle y acompañarme.- Jhon, ¿te vienes?
No se dignó a contestarme, me miró con mala cara y siguió comiendo mientras estudiaba una forma de hacer revivir mi móvil, por lo que supe la respuesta.
Me despedí de mis padres, de los cuales Georges me miraba, casi como si sus ojos pudieran decirme que no iba a matarme a preguntas al llegar por el simple motivo de que iba con mi hermano.
Cerré la puerta escuchando un "ya hablaremos" al aire, lo ignoré.
Guié a Michael por el pueblo, explicándole dónde solía jugar, que había en cierta calle y viendo lo mucho que se parecía a mí. También tenía los ojos azules y el cabello castaño claro que nos identificaba a mi madre, Michael y a mí, pero el parecido más obvio no era ni más ni menos que la curiosidad que le comía por dentro, haciéndole preguntar todo lo que no sabía y pidiendo explicación.
Él nació aquí, pero era tan pequeño al mudarnos que apenas recuerda un par de cosas; y lo que más me sorprende es que la ciudad le haya afectado menos que a Jhon.
Finalmente llegamos al puerto, dónde la brisa era más salada y los barcos estaban amarrados, aunque faltaba uno de ellos. Cierta casa barco en la que me solía colar para hacer fastidiar a su viejo capitán, ya no se encontraba dónde una vez lo estuvo, dando lugar a un vacío más no sólo en el puerto.
-¿Estas buscando algo Wen?.- me pregunto mi acompañante al verme dar vueltas al puerto apresurada.
-No es nada, solo que...ahí había antes una casa barco en la que solía jugar, pero ya no está.-respondí señalando el hueco vacío, el otro se rasco la cabeza intentando recordar sin éxito.
-¿Quién vivía allí?.-siguió, sentándose en un banco cercano con vistas al océano.
-Un hombre algo mayor, algunos decían que tenía esquizofrenia, otros que era peligroso, pero no dudábamos en ir a jugar con él...le llamábamos el capitán Garfio.-me senté al lado suya, recordando con nostalgia todos los paseos por la tabla que llegué a dar.
-¿Porqué Garfio?
-Tenía un garfio en su mano derecha, según él había sido devorada por un cocodrilo, aunque el señor que cuidaba de él nos confesó que se la cortaron en una guerra.-expliqué mirando al cielo, al agachar mi mirada vi pasear al hombre que podría aclarar algunas de mis muchas dudas.-¡Señor Smee!
El llamado se giró, viéndome saltar del banco para acercarme. Lo único que había cambiado de él era la edad algo notable en sus fracciones, por lo demás seguía siendo barrigudo, bajito y con sus camisetas y jerséis a rayas.
Al igual que el resto de personas, tardó en reconocerme, y al hacerlo no dudó en abrazarme y preguntar por mi familia, revolviendo el pelo de Michael con simpatía y hablando por los codos.
-Señor Smee, ¿usted sabe qué pasó con el barco del señor Fry?.-añadí intentando llevar la conversación dónde quería, el otro ni se lo pensó, hablando sin parar.
-"Claro que lo sé, verás, hace dos años o así , el señor James estaba más alterado de lo normal, decía que no quería irse a dormir o de lo contrario el cocodrilo se lo comería.
Esa noche tuve que darle una pastilla para que se relajase, creo que tu sabes el problema que tenía.
Al ayudarle a acostarse en la cama, él comenzó a hacer el sonido de un reloj, tik tok, tik tok, y así todo el rato.¡No paraba el hombre!
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¿Dónde está Peter Pan?[#1]
Teen Fiction"¡Nunca cierres la ventana! Si lo haces, ¿cómo te encontraré? " "No llores Wendy, sonríe, me encanta cuando lo haces de corazón" "¡No quiero crecer! Si lo hago seré igual que ellos y...¡no quiero dejar nunca jamás!" Esas eran algunas de las frases...