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11. Controlada

11. Controlada

Intenté volver a quedarme dormida, pues aun era de noche y no había dormido nada en estos días. Pero, cuando comenzaba a hundirme en el sueño mi cuerpo se puso rígido y a los segundos sentí un dolor penetrante en el corazón y luego en la cabeza. No pude evitar gritar del dolor, ¿qué era este dolor tan fuerte?

—¿Qué sucede, Rose?—preguntó asustado Louis mientras me tocaba buscando respuestas. Pero, ni yo entendía que me pasaba en mi cuerpo.

De un segundo a otro, me sentí caer dentro de mi cuerpo. Podía ver y oír, pero por alguna razón no podía hablar, ni tampoco podía moverme. Pero, lo extraño fue que de un momento a otro, mi cuerpo se puso de pie y comencé a correr hacia una dirección sin quererlo. ¡Yo no estaba manejando mi cuerpo! ¿Qué sucedía?

—¡Rosalie!—gritó Louis a unos metros detrás mío.

—¡Sigámosla!—escuché ordenar a Harry.

Poco a poco me iba debilitando más dentro de mi, como si me estuvieran escondiendo en una parte de mi cuerpo y así dominarlo, sin que mi mente estorbara.

'¡Ayúdame Louis!' pedía en mi fuero interno, teniendo más que claro que mi collar de conexión no lo llevaba puesto.

—Rose, ¡detente!—Louis estaba frente a mi, sujetando mis hombros—¿Estás loca?—me movió un poco.

Yo me hubiera lanzado en ese momento a sus brazos, pero no era dueña de mi cuerpo en ese momento.

—Louis, debes dejarme ir—¡Esa voz era la mía! ¿Acaso también podía controlar lo que yo digo?

—¿Por qué?—preguntó desconcertado.

—Solo déjame—¡No, no me dejes!

—Te encuentras débil, no puedes valerte por ti sola—no podía comprender de donde salió este vampiro tan dulce.

—Claro que si puedo, soy la heredera de Claire, ¿o no? —vi como Louis comenzaba a dudar. ¡No puede dejarme ir! Esto era terrible, ¿era el mismo demonio que estaba en mi sueño él que me estaba manejando ahora?

—Lo eres...—¡No, Louis! ¡No me dejes ir!

Por dentro estaba llorando de la desesperación. Pero, por fuera me veía fuerte y con buen estado de ánimo.

—Gracias por tu ayuda—dijo mi cuerpo y pude ver como mis brazos se alargaban hacia él y lo abrazaban con suma dulzura. También pude sentir su piel chocando con mi piel, el choque eléctrico que se producía entre nosotros dos. Me habría muerto por sentir más ese abrazo, en otra circunstancia. Pero en el momento que me acerqué a su cuello, noté como mi lengua se acercaba a él. ¡El demonio quería su energía!

'¡Louis, huye!' Intenté gritarle, pero era un intento fallido.

—¡Louis, aléjate de ella!—gritó Harry a mis espaldas. Seguido a su grito sentí un golpe en mi espalda, a la altura de los pulmones, dejándome en unos segundos de ahogamiento. El dolor al principio no me dolió, pero al pasar los segundos me dolía mucho más. Louis se alejó de mí y perdí todo respaldo, por lo que caí al suelo de frente y como no podía manejar mi cuerpo, recibí todo el impacto en mi estomago y rostro, aunque no fue más doloroso que el golpe de Harry.

Me tomaron del brazo izquierdo y me hicieron girar 180º sobre el mismo suelo haciendo que mirara a Harry que estaba encima de mí como un verdadero depredador.

—¿Qué mierda estás haciendo?—preguntó furioso Louis a unos metros de donde estaba yo.

—No es ella—¡Bien, lo descubrió!

—¿A qué te refieres?—preguntó sorprendido Louis, poniéndose a mi lado y abriendo mis ojos, como para examinarlos—Es el demonio—concluyó Louis.

—Así es—confirmó Harry.

—¿Puede manejar su cuerpo?—dejó de mirar mi ojo y posó su mano sobre mi hombro. Un pequeño detalle, pero que me hacia morir de amor por dentro.

—Así parece—dijo Harry.

En el momento en que Louis me iba a poner de pie. Mi cuerpo volvió a moverse contra mi propia voluntad.

Mis brazos rodearon su cuello y se colgaron a él para rápidamente posar mi lengua sobre su cuello. Escuché una pequeña queja de su parte que fue ahogada con un suave gemido. Tenía claro que el demonio estaba robando parte de su energía, pero a medida que pasaban las milésimas de segundo, mi mente, mi yo, iban hundiéndose cada vez más.

—¡Louis!—exclamó Harry con un tono ahogado en su voz. ¡Por favor detenme, Harry! Yo no quería hacerle daño a Louis, ¡No quería!

En aquel momento, sentí unos dientes clavarse en mi cuello con una rapidez indescriptible, en la parte derecha de mi cuello. Por un segundo pensé que había sido Harry, pero cuando volví a mi cuerpo y pude voltearme apenas unos centímetros, vi como Louis me mordía. Por dentro gritaba adolorida, pero tenía claro que mis gritos no se escuchaban fuera de mí. Aun no tenía todo el control de mi cuerpo.

Lo que él estaba haciendo era justo, yo casi lo mataba, ahora él tenía que deshacerse de mí. Yo era la que tenía un demonio dentro de mí, yo era la peligrosa.

—Lo siento tanto, Louis—logré hablar, pero ya estaba demasiado débil como para poder zafarme de los brazos de Louis.

En aquel momento, mis fuerzas no daban para más y me sentí desvanecer.

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