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29. Reencuentro

29. Reencuentro

Fue tan nítida la imagen de cómo comenzaba a llegar nuevamente al inframundo.

Entre nubosidad, se iba formando la choza del inframundo y con esta, también iba distinguiendo el cuerpo de mi querido guardián oscuro.

No les puedo explicar cómo era su cara.

Demostraba una felicidad y sorpresa completa.

Apenas se completo el traslado de mi mundo, los fuertes brazos de Louis me estrecharon contra su cuerpo. A tal extremo, que sentí que me faltaba el aire.

Pero, en ese momento me importaba sentirlo nuevamente.

—¿Cómo lo has hecho?—preguntó a mi oído.

—Supongo que entendí que tenía que cumplir mi misión aquí, como también entendí que he cambiado mucho mi forma de ser y eso te lo debo a ti—le sonreí cuando separó un poco nuestros rostros.

Sus ojos celestes me abrazaron por completo y me aturdieron un poco. Pero, no lo suficiente para no prevenir que el rostro de él se acercaba al mío, para capturar mis labios con fiereza y deseo.

Cuando nuestros labios hicieron contacto, me abordaron muchas emociones distintas, como también se multiplicaron otras que ya sentía.

Amor, deseo y felicidad.

Nos separamos un poco. Al parecer ambos sentimos lo mismo y aún separados lo sentíamos.

Los colgantes nuevamente comenzaban a formar nuestra conexión.

—Pensé que jamás volvería a sentir lo lindo que es estar conectado contigo, Rose—acunó mi rostro entre sus manos y besó mi frente lentamente.

Sentí como mi cuerpo se estremecía bajo él. Pero, no era de frio ni de miedo, sino que era de placer.

Rodeé su cuello con mis brazos y me acerqué yo lo suficiente para unir nuevamente nuestros labios.

Sentía la necesidad de tocarlo, de sentir que no era una ilusión ni un sueño, si no que era la mágica realidad.

Nuestros labios se movían sincronizados y poco a poco, su miembro bucal intentaba abrirse paso entre nuestros labios, para darle una profundidad placentera a nuestro beso.

Claro que no se lo negaría, pues me encantaba todo de él.

Al separarnos, no pude evitar sonreír y esconderme en su pecho, como si fuese una niña pequeña. Pero, él rió y me abrazó por la espalda, apegándome más a su cuerpo.

—Louis, necesito ir a ver a Casel y al pueblo—le dije.

Él se separó un poco y me miró extrañado.

—Necesito cumplir la misión pronto, no quiero tardar toda una vida logrando lo que mi madre quería—él sonrió complacido y asintió con la cabeza.

Fuimos hacia las casas de los aldeanos, específicamente a la de Liam y Casel.

Necesitaba contar con su apoyo para lograr mis objetivos.

Louis abrió la puerta como si fuese suya y tiró de mi brazo para que también lo siguiera.

—Abuelo, tenemos visitas—comentó Liam fulminando con la mirada Louis.

De pronto, sus ojos se posaron en mí—¡Dios, Rosalie! ¿Sigues aquí?—recordé que desde que nos enfrentamos a los guardianes del portal que no volvía allí.. desde que él intento matarme.

—Claro que si... No moriría en manos tuyas—fui descortés. Pero, en verdad que se me había olvidado todo este episodio después de todo lo ocurrido.

—¿Qué?—exclamó Louis mirándome extrañado.

—¿Cómo crees que reaccionó él cuando decidí ir a buscarte donde estaban los guardianes del portal?—enarqué una ceja.

—¿Tú intentaste matarla?—le gruñó Louis a Liam.

—¿La ves muerta?—se defendió él.

—¡Hicimos un trato con tu abuelo! La idea era que la cuidarán, no que la intentarás matar—explotó Louis.

En cosa de milésimas Louis se encontraba acorralando a Liam contra la pared, con sus expresiones vampíricas. Lo tenía tomado desde el cuello a unos centímetros del suelo.

—¡Detente, muchacho!—intervino Casel con toda calma—Supongo que su visita no es por venganza, ¿O sí?—me miró a mí.

—Su nieto podrá ser un hijo de perra, asesino. Pero, necesito la ayuda de todos para cumplir la misión encomendada por Claire—Louis soltó a Liam, pero lo mantuvo alejado simplemente con su mirada.

Louis se acercó a mí y me abrazo por la cintura. Ambos estábamos mirando directamente a Casel, quien aceptaría o rechazaría nuestra petición.

No sé cómo, si es que estaba tan enfocada en Casel, pude notar que Liam había disparado una de sus flechas.

Me moví velozmente para quedar frente la flecha que parecía venir a un kilometro por hora, cuando alcé mi mano y proyectando un poco de energía logré que esta se detuviese y cayese al piso.

—Ni lo intentes, Liam—gruñí.

—¿Cómo has hecho eso?—preguntaron los familiares al unísono.

—¿Creen que sin poderes podría derrotar a las criaturas de la noche?—alcé una ceja, mientras sonreía complacida. En realidad, no tenía idea de como había hecho eso.

—Estás totalmente transformada en una alta sacerdotisa—me elogió Casel.

—Gracias, Casel. Pero, si vuelve tu nieto a atentar contra la vida de Louis, no dudaré en usar estos poderes contra él—volteé un poco la cabeza para dedicarle una mirada envenenada al chico.

—Pensé que el guardián debía protegerte a ti, no al revés—contraatacó el involucrado de manera descortés y molesta.

—Ambos nos protegemos—rugió Louis dando un paso hacia mí y acercándome a él. No me había percatado que me había acercado hacia Liam.

—Mis hombres están a tu disposición, sacerdotisa Rosalie Lepierre—me sorprendí al ver como el abuelo se arrodillaba en el suelo y ponía su mano en el corazón, en forma de leal juramento.

—Muchas gracias, Casel—le sonreí.

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