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31. Trampa Mortal. Parte 1

31. Trampa Mortal. Parte 1

Estuve cerca de tres días sin entrenar, ya que debía guardar mis fuerzas para la batalla que estaba por comenzar.

—Estás nerviosa—me acusó Louis.

—Lo estoy—fui sincera.

—¿Por la batalla?—puso sus manos en mis hombros y quedó frente a mí, mirándome con esos ojos claros que me mataban.

Yo asentí con la cabeza.

—¿Qué te parece si vamos a dar un paseo?—sentí un hormigueo en mi interior y me fue imposible no sonreír.

—¿Solos los dos?—ya había pasado varios días desde que no estaba a solas con Louis en un ambiente romántico. Si mal no recuerdo, esta es la primera vez que tendríamos algo parecido a una "cita".

—Nadie más que tú y yo—me sonrió.

—Encantada—le respondí.

Salimos de su casa y nos dirigimos hacia el bosque.

Íbamos caminado uno al lado del otro, hasta que su mano capturo la mía y entrelazo nuestros dedos. Lo miré sonriente y él me imitó.

Me sentía plena y feliz a su lado, como si fuésemos dos personas normales enamoradas.

Me sorprendía notar el bosque tan tranquilo, no había ningún aura maligna que me previniera de un posible ataque.

—Me agrada esto—le comenté mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.

Él por instinto soltó mi mano izquierda y rodeó mi espalda con aquel brazo y luego tomó mi mano derecha.

Íbamos mejorando cada vez más en nuestro irreal amor.

—A mi también—apoyó suavemente su cabeza sobre la mía.

—Te amo—susurré.

Escuché una pequeña risita de su parte. Levanté un poco la cabeza para mirarlo y averiguar de qué se reía.

—Yo también a ti, pequeña humana—rió.

—¡Hey! - le recriminé—Sacerdotisa para ti—reí feliz.

Seguimos caminando por unos cuantos minutos, hasta que optamos por detenernos cerca del río y nos quedamos allí sentados regaloneándonos.

—Luz y oscuridad—susurré mientras veía el agua del rio correr a gran velocidad.

Era algo maravilloso como había un mundo tan similar y a la vez tan distinto al mío, y del cual muy pocos sabían la existencia.

—Tú eres luz, yo soy la oscuridad—comentó.

—Somos totalmente opuestos, Louis—me burlé.

—Por lo menos, antes de venirnos a este mundo, en la Tierra se decía "Los opuestos se atraen"—no pude evitar reír.

—Aún lo dicen—le conté.

—¿Cómo son las cosas ahora en la Tierra?—lo mire curiosa mientras él jugaba con los dedos de mi mano.

—Yo vivo lejos de la civilización, mi vida en la Tierra es muy diferente a la que tuviste tú en los antiguos tiempos—le comenté.

—¿Nunca has ido a una ciudad?—preguntó.

—Nunca me han dejado—le respondí.

—¿Por qué?

—Por Andrew, él me quitó todos los privilegios de mayoría de edad en mi pueblo—gruñí.