16. Problemas
Con cada ruido que se oía en el primer piso, tomaba con más fuerzas las frazadas y me hundía bajo ellas. Era terrible no poder ver lo que pasaba y para más no me sentía en buenas condiciones para luchar. Estaba enferma, débil y tal vez cavándome mi propia tumba.
—Louis—murmuré involuntariamente mientras mis ojos comenzaban a cristalizarse y prontamente a inundarse de lágrimas que no tardaron en deslizarse por mi cara y mojar la almohada que usaba en aquel momento—Vuelve, tengo miedo—tenía los ojos cerrados a la fuerza e intentaba concentrarme en la ilusión de que Louis volviese pronto pese a que se me hacía difícil por mi jaqueca repentina.
Imaginármelo era una gran tranquilidad para mí. Tenía claro que él era fuerte y que podría contra todo lo que se le pusiera en frente. Él era el elegido, él era mi guardián. Y tengo más que claro que Claire por algo lo eligió. Por alguna razón estaba aquí y mi razón tarde o temprano se revelaría a mis ojos.
—¡No!—escuché gritar a Harry desesperado. Saliendo de mis pensamientos, me uní a la situación, saliendo bajo las sabanas y preparándome para ir al socorro de Harry si era necesario—¡No, detente!—volvió a gritar Harry y yo, más que decida, puse mis pies en el frio piso y con dificultad me puse de pie.
Tomé un cuchillo que Louis me dio para alguna situación de emergencia y comencé a caminar hacia el pasillo que daba con las escaleras. Mientras daba cada paso me iba apoyando en las murallas, pero estas me ayudaban bastante en mi misión de llegar rápido al primer piso.
Me detuve justo al comienzo de las escaleras y escondiéndome aun tras de la muralla, asomé mi cabeza para ver que ocurría, pero no lograba ver nada aun. Tendría que bajar. Escalón tras escalón, fui bajando la escalera con bastante dificultad. Pero, yo debía hacerlo, Harry no tenía la culpa de lo que estaba pasando y no dejaría que fuera preso de este asunto por mi culpa.
Cuando quedaban alrededor de cinco peldaños, me arrodillé para mirar entre las barandillas la sala de estar, de donde parecía que venían los ruidos. Vi perfectamente como Harry yacía en el suelo de rodillas, escondiendo su rostro entre sus manos. Parecía como si estuviera llorando, lo que me apretó aun más el corazón.
Bajé con velocidad y lista para atacar al enemigo, y con cautela me uní a la habitación donde estaba él. Miré de izquierda a derecha pero no había nadie más que Harry y yo. Harry estaba arrodillado sobre el suelo sollozando como verdadero niño. También la ventana estaba abierta y las cortinas se movían por efecto del viento que entraba desde ella. Al ver el suelo, noté que uno de los floreros que había en la repisa, se había caído y dejado todo el sector lleno de tierra y pedazos de cerámica. Pero, lo que me importaba a mi era Harry.
Fui primero a cerrar la ventana y ordenar la cortina, para que no se enfriara la casa de ambos hermanos. Y tras eso, me dirigí hacia Harry, donde me arrodillé a su lado.
—¿Por qué lloras?—le pregunté poniendo mi mano sobre su espalda, en gesto de apoyo. No obstante, él se sacudió de una manera violenta y se sentó en el sofá.
—Lo que tu viste no era realmente un monstruo...—empezó a hablarme tras uno segundos largos de un silencio incomodo. Pero, justo cuando comenzó a hablarme, se escuchó como alguien entraba por la puerta y caminaba hacia nosotros. Me giré hacia la puerta y vi como se nos hacia presente Louis.
—¿Qué ocurrió aquí?—preguntó mirando todo a su alrededor y luego me miró a mí—¿Qué haces tú aquí? Deberías estar descansando—me atacó de manera molesta.
—Louis...—habló Harry con esa voz destruida con la que me había comenzado a hablar, a la vez que se ponía de pie y caminaba hacia su hermano.
—¿Por qué esa cara?—le preguntó mientras lo recibía en sus brazos—¿Qué ha ocurrido?—Harry lo abrazó con fuerza.
—La han matado... la han matado—repetía una y otra vez mientras lloraba desconsoladamente.
—Vamos, tranquilízate un poco y cuéntame cómo fue...—le dijo Louis mientras que hacía que se sentara en el sofá y él se sentó a mi lado en el suelo para escucharlo.
—Vino a avisarme uno de los guardias del portal que habían descubierto que Elena había sido convertida en uno de los nuestros y el consejo de fundadores de Mystic Falls la reconoció y dieron la orden de matarla—por más que intentaba entender, no lograba entender ni un poco. ¿Quién era Elena? ¿Qué era Mystic Falls? ¿Guardias del portal?
—¡Estos malditos humanos!—gritó molesto Louis y no pude evitar bajar la cabeza tras sentirme atacada con aquella queja, pues soy humana. Sin más palabras, como pude me puse de pie y salí de aquella sala. ¿En qué minuto fui tan tonta de ilusionarme con la idea de que él me quería tal y como era?
Llegué a la escalera y me senté allí, escondiendo mi rostro entre mis piernas y brazos, para largarme a llorar. Era un dolor tan grande el que sentía en ese momento y que crecía cada segundo que pasaba y Louis no venía a ver qué ocurría. No le importaba.
Cuanto hubiera deseado estar en mi pueblo, aunque fuera en algún otro lugar donde poder estar segura, donde pudiera escaparme de casa a pensar sin estar en peligro de que se me aparezca algún demonio.
Levanté la mirada cuando noté que ambos se venían acercando hacia donde estaba yo. Al mirar a mi izquierda, donde estaba la puerta de la sala de estar, noté que venía Harry de espaldas discutiendo con Louis.
—¿Y cómo lo harás?—preguntó Louis con los ojos en blanco.
—Ya se me ocurrirá—contestó Harry.
—Harry, no puedes ponerte así, ¡Hace casi veinte años que no la veías!—le gritó Louis a la vez que sujetaba a Harry del brazo, pero este último se soltó y desapareció en cosas de segundos.
Louis no pudo evitar desviar su mirada hacia mí, pero yo la bajé en cosa de segundos.
—¿Qué te paso a ti?—suspiró.
—Nada que te incumba—conteste molesta.
—Pues me incumbe—contestó él a la vez que se sentaba a mi lado y rodeaba mi espalda con su brazo—Rose, no me gusta verte así—mi corazón se detuvo al escuchar esas palabras.
—Soy humana...—dije entre lágrimas.
—¿Es por lo que dije?—preguntó sorprendido tras unos segundos. Yo asentí con la cabeza—Rose, tú eres diferente—puso su mano en mi mejilla y me hizo verlo a la cara. Yo acepte pese a que mi cara debe haber sido un perfecto desastre en lágrimas.
—No soy diferente, en mis venas corre sangre humana, tengo cualidades humanas, cuerpo de humana. ¡No soy como tú!—grité entre llanto y llanto y volví a esconder mi rostro entre mis piernas.
—Eres lo que eres y está bien así, no tienes por qué ser como yo—me dijo un poco irritado.
—Yo...—genial, no sabía que responderle para no parecer una perfecta idiota.
—Tú nada, Rosalie—me interrumpió—Estamos juntos para una misión y la lograremos juntos, ¿Está bien?—me preguntó.
Era cierto, mi misión aquí...
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Light vs. Darkness © ✓
Hayran KurguHay un mundo que separa a la Tierra y al Infierno, llamado Inframundo. Donde las criaturas más espantosas existen, donde no existe la paz y donde todas nuestras pesadillas pueden hacerse realidad. Pero, existe una leyenda.. "Una hija de la Tierra vo...