21. Difícil decisión
Miré desesperada a Louis buscando una respuesta, pero el solo cerró los ojos y bajo la cabeza. Intente mirando a Harry, el cual tenía los ojos dilatados por la sorpresa y miraba desde bajo del árbol, aún no podía ponerse de pie.
No sabía a quién salvar, era una decisión muy difícil. Por un lado, Harry y Louis casi dan su vida intentando salvar a esta chica llamada Elena. Sin embargo, por otro lado tenía a Claire, mi madre biológica, la alta sacerdotisa de este pueblo. Claramente deseaba tenerla junto mí, abrazarla y poder construir una relación como debía ser una de madre e hija.
Pero, Harry...
Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y mi corazón se apretaba de la angustia. Realmente, no sabía qué hacer.
—¿No puedo salvarlas a ambas?—pregunté entre un sollozo, al cual Louis respondió abrazándome fuerte. Yo escondí la cabeza en su cuello—No sé qué hacer, Louis—sollocé.
—¿No hay alguna forma de salvarlas a ambas, Orgueil?—le preguntó Louis.
—Ninguna sola forma—respondió este y yo me aferré con más fuerzas al pecho de mi guardián.
—Lo siento, Rose—dijo Louis a mi oído—Tú debes elegir, tú lo venciste, tú decides—eso lo tenía claro, pero no podía dejar pasar lo que más deseaba Harry. La razón por la que sufrió tanto y actuó impulsivamente, demostrando que pese a tantos años sin verla, aún la amaba.
De la nada, comencé a sentirme extraña. Mis piernas no pudieron aguantar más el peso de mi cuerpo y caí, pero Louis atinó a sujetarme y así no dejarme caer. Comencé a ver toda la situación borrosamente, como grandes machas de colores que se movían. Poco a poco me fui desfalleciendo, hasta que vi todo negro y sentí mi cuerpo ligero.
—Rose, ¿Qué te ocurre?—fue lo último que escuché de parte de Louis.
Desperté al lado de una pequeña laguna, a mi derecha había un enorme árbol con hojas rosadas. El cielo estaba anaranjado, como un precioso atardecer y corría una suave brisa que hacía que las hojas de los arboles se movieran, creando un ambiente muy hermoso.
—Rosalie—esa voz suave y dulce ya la conocía, era Claire.
Me volteé rápidamente y vi que estaba ella mirándome desde unos metros con un vestido blanco que se movía al viento.
—Claire—balbuceé.
—Hija, sé que no es la mejor manera de contactarme contigo, pero necesitaba decirte algo muy importante—así que ella había provocado mi desmayo.
—Dime lo que desees—ella se acercó hacia mí con una sonrisa dibujada en su rostro de porcelana. Llevó su mano a mi mejilla y acarició de esta.
—No es necesario que me elijas a mí—mi corazón se detuvo. Se me había olvidado por completo en el contexto que me encontraba cuando caí desmayada.
Tenía que elegir.
—Pero...—no sabía cómo refutarle lo que me acababa de decir. Yo quería que ella estuviese a mi lado y poderla abrazar como cualquiera lo haría.
—Pero nada, cariño—interrumpió Claire—Yo viva o muerta siempre te amaré y siempre contarás conmigo—era cierto, ella había logrado comunicarse conmigo y lograr que yo supiera todo esto. Ella siempre estuvo ahí, nunca me dejó sola.
—Te quiero—le dije realmente con el sentimiento a flor de piel. Era algo casi inevitable de sentir.
—Yo también a ti, mi pequeña Rosalie—no lo dudé ni un segundo más y alargué mis brazos y rodeé su cintura formando un abrazo tan cariñoso y reconfortante. Claire, por su parte rodeó mi espalda con sus brazos y una de sus manos la posó en mi nuca, acunándome en su pecho.
—Es tan difícil todo esto—me quejé hundida en su pecho.
—Lo sé, pero verás que hasta el peor momento se puede hacer el mejor—sus palabras eran tan dulces, tan esperanzadoras. Me sentía tan feliz con ella.
—Ahora debo dejar que vuelvas—me alejó de su cuerpo con delicadeza, a la vez que besaba mi frente—Louis realmente está preocupado por ti—se rió en forma armónica y musical.
—Antes de irme, ¿por qué elegiste a Louis como mi guardián?—no podía seguir guardándome esa pregunta.
—Porque yo misma lo conocí, me encanto desde el primer momento que lo vi y con el tiempo me di cuenta que aunque fuera un hijo de la noche, en su alma hay un guardián, alguien que no te dejara ir sola en el camino—era cierto, tan cierto. Pero acaso, ¿ellos habían tenido un romance o algo por el estilo?—Lo quería para ti, sabía que lo enamorarías y que te protegería pese a todo—lo enamoraría, que lindo es el destino.
—Gracias por ponérmelo en el camino, es muy especial para mí—al decirle esto, su expresión se entristeció. Pero antes de poder preguntarle la razón, comencé a ver todo en ese lugar borroso.
—Rose, por favor no te vayas—escuchaba la voz de Louis acercándose cada segundo un poco más—Te necesito, no te mueras—de la nada, un golpe de emociones me invadió. Angustia, tristeza, nostalgia.
—Louis—me quejé débilmente. Me sentía tan confundida y mareada.
—¡Ay, Rose! Me tenias tan preocupado—sus emociones de tristeza desaparecieron, dándole lugar a la felicidad y el cariño.
—Lo siento tanto—poco a poco pude recuperar mi visión. Louis estaba arrodillado al lado mío, con un brazo a cada lado de mi cuello, logrando que nuestros rostros estuvieran tan cerca del otro, que su cercanía era capaz de aturdirme por completo.
—Lamento interrumpirlos otra vez, pero necesito saber a quién eliges—habló irritadamente Orgueil.
Me volteé hacia él y suspiré.
—Elige a quien tú desees, Rose—me aconsejó Louis, mientras me ayudaba a ponerme de pie.
—Ya tengo clara mi decisión—miré a Harry que aún yacía sentado bajo el árbol—Me debes una, grandulón—sus ojos brillaron excitados ante aquella esperanza que afloraba desde su interior. Me giré para enfrentar a Orgueil y dando un sonoro respiro, elegí:—Yo salvo a Elena.
—Ya no puedes arrepentirte, tu solicitud de vida ya ha sido enviada—no entendía de lo que me hablaba—Dentro de las 72 horas, Elena Gilbert volverá a la vida—miré a Harry quien sonreía de una manera tan dulce mostrando sus oyuelos, que no pude evitar largarme a correr hacia él y arrojarme entre sus brazos que me acogieron con rapidez.
—Te debo una—dijo él hundiendo su cabeza en mi cuello, ante aquel inesperado gesto, me estremecí.
—Tenía que hacerlo, pues yo no me largue a correr y quise enfrentar a estos dos tipos cuando supe que mi madre estaba muerta—me había dolido, ya que pensaba que podría seguir viva. Pero, definitivamente Harry la necesitaba más que yo.
—Eres lo mejor, pequeña Rose—me alegraba tanto oír eso de su propia boca.
—¿Te quedaras esperando a que Elena vuelva?—me giré para ver a Louis acercándose hacia nosotros.
—Supongo que sí, tengo muchas ganas de verla—era increíble la felicidad de Harry sus ojos brillosos, su sonrisa.
Realmente me sentía increíble de haber elegido a Elena.
—Bueno, yo vuelvo a casa—desvió la mirada de Harry a mí—¿Vienes conmigo?—como poder negarme a esos ojos azules que me hipnotizan cada vez que lo miro.
—No es necesario que me lo preguntes, sabes la respuesta—sonreí traviesa, a la vez que me ponía de pie con su ayuda.
—Me fascina cuando pones esa cara—dijo con voz sensual a mi oído.
—A mi me fascina ese tono de voz—le dije a su oído imitando su tono sensual.
—Dejen de hablarse en tono sensual al oído, igual puedo oírlos—ambos miramos fulminantemente—Lo siento—sonrió él inocentemente.
—Está bien—suspiró Louis, mientras que tomaba de mi mano—¿Vamos?—lo mire y me sentí tan abrazada por su mirada.
—Vamos—asentí con la cabeza.
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Light vs. Darkness © ✓
FanficHay un mundo que separa a la Tierra y al Infierno, llamado Inframundo. Donde las criaturas más espantosas existen, donde no existe la paz y donde todas nuestras pesadillas pueden hacerse realidad. Pero, existe una leyenda.. "Una hija de la Tierra vo...