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14. Él volvió

14. Él volvió

En un abrir y cerrar de ojos, sentí una patada por detrás de mis rodillas, lo que hizo que yo y el demonio que llevaba dentro perdiéramos el equilibrio de mi cuerpo y cayéramos al suelo. Sobre mí cayó alguien, pero como caí bocabajo no podía ver quién era, pero tenía una fuerza impresionante.

—¿Qué acaso estás loca?—esa voz..

Con un intento desesperado en mi interior, logré retomar el control de mi cuerpo y así girarme 180º.

Sus ojos celestes me llenaron por completo y me sentí feliz al instante. Louis, mi guardián.

—¡Louis!—grité emocionada mientras me abracé a él con una ferocidad indescriptible.

Al principio él no respondía, se encontraba rígido bajo mis brazos. Pero, a los segundos, me levantó del suelo sin soltarme del abrazo. Una vez de pie, sus brazos me rodearon con fuerzas y me apretujaron contra su cuerpo. Mi corazón latía desenfrenadamente. ¡Era Louis!

—¿Me extrañaste?—preguntó con su voz sensual a mi oído, mientras que yo me alejaba unos centímetros para ver su rostro.

—La verdad, no—intenté parecer seria, pero a los segundos me largué a reír y me abracé con más fuerzas a su cuerpo.

—Yo si—dijo casi inaudible, pero logré escucharlo.

Era lo mejor que me había pasado en estos días, era mi primer abrazo con Louis por mi propia voluntad y me encantaba como había sido su respuesta. Pero había un gran e importante detalle. Liam.

—Va a sobrevivir—comentó Louis al terminar de examinar su estado—Conmigo fue peor, víbora roba vidas—dijo con humor. Pero, su frase me dolió, ya que me hizo acordar de todo lo que había pasado aquel día.

—No quise hacerlo, te lo juro—le dije triste mientras él se ponía de pie del lado de Liam.

—Te creo, pero ese demonio que llevas dentro es temible—dijo seriamente a la vez que se acercaba a mí y ponía su mano sobre mi mejilla, para acunarla en una suave y tierna caricia. Nunca ningún hombre o lo que fuese Louis, me había tratado así. Era algo tan mágico, tan dulce y cálido.

La última vez que un hombre del pueblo puso su mano en mi mejilla, fue para abofetearme ya que no cumplí una de sus órdenes. Lo más vergonzoso fue que lo hizo frente a casi todo el pueblo y nadie pudo apoyarme, pues siempre el hombre tenía la razón.

Ante aquel recuerdo, no pude evitar comenzar a llorar. Yo no quería llorar frente a mi guardián, no quería mostrarme débil. Pero ante tal recuerdo no puedo evitarlo, es algo que vive tan nítido en mí, como si hubiera ocurrido ayer.

—No llores, Rose—dijo a la vez que su brazo derecho rodeaba mi cintura y su mano izquierda acomodaba un mechón de pelo tras mi oreja, y así aprovechar de secar las lágrimas que comenzaba a escurrir desde mis ojos.

—Mi pasado fue tan aterrador, Louis—dije sufriendo ante los recuerdos que me abordaban uno tras otro. No pude evitar comenzar a tiritar entre sus brazos.

—¿Qué te hicieron?—me pregunto al mismo tiempo que su cuerpo se ponía rígido ante la sospecha.

No quería seguir recordándolo, quería librarme de todos mis problemas del pasado. Quería pensar que este era mi presente y futuro, junto a Louis.

—Nada, no te preocupes—le dije a la vez que intentaba frenar mi llanto, lo cual era una misión más difícil que llegar a la luna.

—Rose...—me alejó un poco de su cuerpo, apoyo su mano derecha en mi hombro, mientras con la izquierda me hizo subir la mirada hasta sus ojos y luego la poso en mi otro hombro. Era tan magnífico tenerlo aquí, tan cerca de mí.

—¿Qué ocurre?—pregunté.

—¿Qué quieres hacer?—su rostro se tensó un poco. ¿A qué se refería? ¿Hacer con que?

—No entiendo—dije tras unos segundos de pensar.

—¿Quieres quedarte en mi casa?—no pude evitar sonreír y romper la distancia que nos separaba, en un desesperado abrazo de mi parte—¡Qué forma tan original de responder!—exclamó divertido mientras era presa de mi abrazo.

—Por favor, llévame contigo, a donde quiera que vayas, yo te sigo—lo sé, estaba desesperada. Pero recién ahora me vengo a dar cuenta de lo que siento por mi guardián y no quería que se alejara de mí nuevamente.

Me estaba enamorando.

No recuerdo que ocurrió después de eso.

Todo se vio reducido al despertar en casa de Louis y Harry.

Mi nuevo hogar.

—Huelo algo asqueroso—escuché la voz de Harry acercándose a mi habitación—¡Rose!—exclamó al verme.

—Gracias por el cumplido—dije irónica a la vez que me cruzaba de brazos sobre mi cama y veía como Harry se acercaba a mí.

—No miento, hueles asqueroso—su cara me afirmaba lo que decía—¿Qué te dieron de beber en aquella casa? Hueles a una mezcla de hierbas podridas—era cierto, en casa del abuelo Casel, yo tomaba cada dos horas un té de hierbas que preparaban.

—Es verbena—dijo Louis mientras se nos unía en la habitación. Estaba radiante, con un traje negro, muy característico de él.

—Malditos campesinos, ¿cuántos de ellos saben de las propiedades de la verbena?—le preguntó a Louis, mientras que yo los miraba confundida. No tenía ni la menor idea de que era la 'Verbena'.

—Casel y su nieto están repartiendo este té desde hace unas horas en todo el pueblo—vi la cara de Harry que se ponía rígida—Creo que están decidiendo cumplir la leyenda con sus propias manos—me miró y yo no supe que cara poner, estaba confundida entre si esto era bueno o malo.

—¿No mataste al nieto anoche para rescatarla?—preguntó Harry a la vez que mi piel se ponía de gallina.

—Casi lo mata ella—me miró de reojo y luego, continúo:—Pero, ambos sabemos que no sería feliz si lo matara, en el fondo de su alma le tiene cariño—por más que lo sentía, él tenía razón.

Me encanta este reencuentro, me sentí a mi misma abrazando a Louis *-*

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