Chapter 24.

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Tras explicarnos en qué consistiría la expedición Hanji abandonó la sala, dejándonos a todos en shock. Nunca habíamos hecho una expedición que requiriera salir de las murallas y el ambiente estaba tenso. Según Hanji, debíamos revisar la parte externa más cercana al muro para observar a los titanes. Pero, ¿cómo íbamos a observar a los titanes si éstos querían comernos?

    —Chicos, ya sabíamos a lo que veníamos cuando nos quedamos en las Tropas de Reconocimiento. —Livanni habló desde una de las paredes, apoyada en ella con los brazos cruzados—. Ahora no nos lamentemos.

Todos la miramos con algo de ansiedad. En su habitual actitud Livanni no ayudaba en nada a que los nervios se calmasen, pero razón no le faltaba.

    —Tienes razón.  —Mark se incorporó mientras me abrazaba por los hombros con un solo brazo—. Será nuestra oportunidad para hacer honor a la memoria de Roger. —Asentí, no muy convencida. Si nuestra misión era observarlos... ¿No tendríamos que pasar desapercibidos? Comencé a fruncir el ceño sin darme cuenta. Pero alguien en la sala sí que se dio cuenta entre el murmullo constante de mis compañeros.

    —¿Qué te pasa? —Una voz comenzó a susurrar a mi izquierda.

    —Liu... Es que, esto me da mala espina.

    —¿Por qué?

    —No sabría explicarlo, pero... Pero tengo un mal presentimiento. —Liu comenzó a acariciar mi espalda y sonrió.

    —Venga, no me digas que ahora te da miedo enfrentarte a un titan.

    —No es eso —dije empezando a sentirme enfadada. ¿Tanto costaba entender que tuviese un mal presentimiento? No eran imaginaciones mías. Algo oprimía mi pecho mientras que una voz interior susurraba cosas horribles.


Apenas pasó una semana desde que Hanji nos anunció la siguiente expedición cuando nos preparamos para partir. La tensión estaba a flor de piel y por mucho que lo intentase no podía ser positiva. Durante casi toda la semana había tenido que convivir con esa horrible sensación de opresión. Cada vez que veía a mis amigos o Liu se me cortaba la respiración, como si hubiese visto un fantasma.

Nos montamos en los caballos y comenzamos la caminata. En los últimos días había intentado entrenar más para asegurarme que lo que pasó en la última pelea con los titanes no sucediera. Recordaba perfectamente la bronca que me había echado el capitán Levi; el cual se situaba cerca de mi, observándome con sus incisivos y gélidos ojos como advirtiéndome. Pero estaba segura de una cosa, no iba a permitir que más seres queridos cayesen. Con esa determinación alcé la cabeza, dándome así cuenta de que tanto Vista como Livanni me observaban con interés.

    —Tranquila Prot... Todo va a estar bien. Sólo es una expedición para observarlos. No tiene que pasar nada, ¿verdad? —La miré irónica. A veces Vista era demasiado dulce e inocente. Por toda respuesta obtuvo el carraspeo de Livanni.

    —Si permanecemos unidas todo irá bien.

    —¿Y yo qué? —Mark se metió en la conversación. Llevaba todo el rato atento y nos miró con un falso reproche en los labios—. Yo también quiero ser una de vosotras.

Era imposible no reírse con Mark haciendo el idiota; empezamos a reírnos por lo bajo, intentando no montar mucho escándalo.

    —¿Ves? No hay de qué preocuparse. —Vista al fin habló, mirándome sonriente.

    —No somos nosotros lo que me preocupa...

    —¿Entonces? —Eché una ligera mirada a Liu, que permanecía cerca de Klaus y su grupo. Montaba el caballo con gesto serio e imperturbable. Parecía muy borde y frío como para relacionarse con el resto de su tropa; pero en realidad era demasiado tímido como para hacerlo. Todos miraron en mi dirección.

    —Oh, venga. Liu se las sabe apañar solito. —Mark comenzó a hablar de nuevo—. ¿O será por que nuestra pequeña Prot empieza a sentir mariposillas en el estómago?

    —No es eso, palurdo. —Le eché un rápido vistazo a Mark fingiendo enfado y devolví mi atención a Liu—. Es...  —¿Debía contárselo también a Mark y Vista? No confiaba en Klaus; tramaba algo, algo que tenía que ver con Liu. Cada día estaba más seguro de ello, al menos eso explicaba por qué él, como líder de escuadrón, no había movido un dedo para ayudar a Liu.

Éste se dio cuenta de las miradas que le dirigíamos y nos observó, curioso.

Mark comenzó a lanzarle besos mientras Vista se reía. Livanni miró al frente; y yo, demasiado preocupada como para reírme de las payasadas de Mark, la imité.

Liu debió devolverle los besos que le lanzaba, porque Mark, satisfecho, paró. Así proseguimos nuestra marcha; mientras dentro de mi se libraba una batalla.


Shingeky no kyojin. El despertar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora