Las horas pasaron largas y aburridas. Mientras que unos dormitaban y otros charlaban sin apenas ánimos. No acabábamos de llegar y Mark y Roger ya se habían metido en problemas. Liu dormía con la cabeza apoyada en la ventanilla, a su lado Vista pegaba pequeñas cabezadas con papel y lápiz aún en sus manos.
Tumbada en los asientos que Mark y Roger habían dejado vacíos, ya que no habían vuelto, y con la cabeza recostada entre la pared y la ventana, pasaba las páginas del libro sin realmente prestarle demasiada atención. Llevábamos cinco horas de viaje, cinco horas de agotador viaje, y de momento no éramos capaces de distinguir ninguna estructura que indicase el final del viaje. Estaba aburrida y agarrotada, necesitaba levantarme, andar y hacer algo que requiriera levantarse.
Miré a mi alrededor, todo el mundo dormía, únicamente los soldados hablaban. Encantada me hubiese unido a ellos, de no ser porque no conocía a ninguno. En varias ocasiones había intentado despertar a Liu para que hablase conmigo, pero había dejado de intentarlo en el momento en que intentó pegarme un puñetazo alegando que así yo también me dormiría y lo dejaría tranquilo. La única persona despierta que no hablaba con los soldados era el capitán Levi. Solo observaba el vagón, la verdad es que no tenía mucho trabajo.
Miré por la ventana por octava vez en ese mismo minuto, pero el paisaje era el mismo desde hacía dos horas. Llanura, llanura plagada de verde, algún que otro árbol y de vez en cuando alguna roca. Un paisaje monótono, tremendamente aburrido.
¿Cómo sería el sitio al que nos dirigimos? ¿Cómo serían las personas que allí vivían?
El paisaje comenzó a cambiar, a lo lejos fui capaz de ver una muro, un muro de altura colosal, cercano a los cincuenta metros.
¿Qué coño era eso? Jamás había visto eso. Me levanté corriendo y me asomé por una de las ventanas abiertas.
—¿Qué coño es eso? - murmuré.
—Es una muralla.
La voz del capitán hizo que me sobresaltara y casi cayera por la ventana, pero él, rápidamente me cogió por la espalda de la chaqueta y me metió dentro del vagón de nuevo.
—¿Pero cuándo han construido eso? Jamás he visto esta muralla.
Giré mi cabeza y me encontré con unos inexpresivos ojos grises. Dentro de mí, mi estómago comenzó a bullir, como si tuviera metido dentro un bicho.
—Eso lleva ahí mucho tiempo, ¿tan estúpida eres que no te diste cuenta?
—¿PERDON? —Mis mejillas comenzaron a encenderse—. Primero, no soy ninguna estúpida. Segundo, mis padres y yo hemos ido muchas veces fuera de la ciudad y hemos ido a lugares situados al otro lado del país, y jamás. Repito. Jamás hemos visto esta muralla.
—Tch, lo que tú digas.
Con eso dio por terminada la discusión y dejó de mirarme, sin embrago, no se fue. Permaneció a mi lado, mirando por la ventanilla y yo lo emulé. Al cabo de cuarenta y cinco minutos nos aproximamos los suficiente a las murallas. Éstas delimitaban la zona de la que estábamos saliendo, es decir, rodeaban todo aquello que habíamos recorrido, estando su parte convexa mirando en la dirección en la que nosotros íbamos. Estaba rota, como si se hubiese desquebrajado por un gran impacto. ¿De qué estaría hecha? Una de las partes era lo bastante baja. No parecía estar hecha ni de hormigón, ni de piedra. Era un material extraño, pero estábamos demasiado lejos para poder apreciarlo.
—¿De qué estarán hechas? —Mordiendo mi labio inferior, cómo si por mucho morderlo una idea surgiera de mi cabeza encontré una escoba, rápidamente la cogí y la saqué por la ventanilla, ante la atenta mirada del capitán. Ladeé la escoba y la alcé, una de las partes rotas de la muralla estaba lo bastante baja para poder alcanzarla con un palo largo, en este caso, la escoba.
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Shingeky no kyojin. El despertar.
FanfictionLas Tropas de Reconocimiento bailan constantemente con la muerte. Pero, ¿cómo llevarían la existencia de los titanes personas que ni siquiera sabían que existían? Únete a Prot, Liu, Livanni, Vista y Mark en una aventura para descubrir la verdad tras...