Shingeky no kyojin. El despertar.

Chapter 9.

Al salir fuera de los dormitorios encontramos al mismo hombre que nos había asignado a cada fila. Andaba entre nosotros, con gesto serio y ojos fijos en nuestras caras.

    —Soy el Instructor jefe Keith Shadis. Estaréis bajo mi mando durante todo el entrenamiento. Mañana a primera hora tendréis un entrenamiento con cuerdas. Si no sois capaces de mantener el equilibrio en éstas, seréis expulsados.

Tragué saliva, jamás pensé que fuesen a hacernos una prueba de la que dependiese que entrásemos o no.

El instructor nos saludó y nosotros correspondimos a su saludo. Poco a poco la gente se fue dispersando, hacía rato que había anochecido. La asignación de filas había durado más de lo que nosotros en un principio pensábamos. El Sol se había ocultado y con las sombras el patio de entrenamientos daba un aspecto espeluznante. Seguimos a la multitud y llegamos a lo que nosotros creímos era un comedor donde encontramos sentados en una gran mesa a Mark, Roger y Liu.

Mark y Roger lucían grandes sonrisa y en cuanto nos vieron aparecer sonrieron con descaro a Vista. Puse los ojos en blanco no creyéndome que pudieran ser tan pesados. Cogimos nuestra comida y nos sentamos con ellos. Inmediatamente hicieron sitio para Vista y Livanni, dejándome a mí fuera. En seguida Liu los miró enfadado y me dejó un sitio a su lado. Vista se sentó encantada, mientras que Livanni, desconfiada, me dio un empujón, haciendo que tanto Liu como yo nos desplazáramos y ella se sentase a mi lado.

     —¿Quién es nuestra nueva compañera?

    —Me llamo Livanni.

    —Bonito nombre. —La sonrisa de Mark era enorme y realmente tenía una increíble cara de gilipollas—. Bueno guapa, dime. ¿Cómo es que conociste a Vista y a...

    —Prot, se llama Prot. Déjame en paz.

Rápidamente giró la cabeza hacia Liu y yo, intentando hablar con nosotros. El instructor entró en el comedor y comenzó a inspeccionar la zona.

    —Venga, que borde eres. Sólo queremos conocerte mejor. —Mark se acercó un poco más a ella, ante lo que ella comenzó a poner cara asqueada y soltó un gran estornudo. Me pareció el estornudo más falso de toda la historia, y lo hizo tan fuerte que hasta llamó la atención de Shadis—. ¿Estás acatarrada preciosa?  —Otro estornudo.

    —No, es que... —Volvió a estornudar, y esta vez comenzó a rascarse la nariz con fuerza—. Es que me dan alergia los gilipollas.

Mark rápidamente cambió el gesto. Toda la sala lo había escuchado, incluso Shadis lo había escuchado. La gente se ponía las manos en la boca, intentando no reírse, pero era realmente complicado. Escondí la cara en el hombro de Liu, intentando que no se notase que estaba llorando por la risa contenida. Fuimos capaces de escuchar una risa por lo bajo, giramos para ver quién se estaba riendo, y encontramos al instructor, que con una mano presionaba sus labios mientras miraba con complacencia a Livanni.  Por su parte ésta seguía rascando su nariz, comentando lo gilipollas que debía ser Mark para que le picase tanto la nariz.

La cena pasó, y Mark no dejaba de lanzar miradas asesinas a Livanni, que había dejado de lado la broma, pero ignoraba completamente a la pareja.

    —¿Qué tal en la fila tres? —La voz de Liu me sorprendió, había estado muy silencioso durante toda la comida.

    —Bien, las tres estamos juntas. ¿Tú qué tal?

    —Ohm, bueno... —Estaba preocupado, lo notaba en su voz. Sus ojos miraban hacía abajo, intentando evadir cualquier contacto visual.

    —¿Qué te preocupa?

    —Antes de llegar aquí hablé con el comandante Erwin.

    —¿De qué?