Chapter 3.

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Volvimos con el resto de civiles, intentando que la noche pasara lo más rápidamente posible. Pero no fue así. La noche trascurrió lenta y fría, haciéndonos recordar los horrores que habían sucedido hacía escasas horas. Los soldados aún combatían a esos seres y los supervivientes que llegaban al campamento eran cada vez menos y en peor estado. Apenas nos habían actualizado, lo único que nos habían dicho era que aquella zona era segura, y que no nos moviésemos. Pero la gente estaba muy inquieta. Llevábamos varias horas y todavía no habíamos visto a ningún policía, o a nuestro ejército. 

«¿Dónde mierda está el ejército? ¿Por qué no nos dicen algo?», mis pensamientos se aglomeraban y no me dejaban dormir. Aunque de todas formas no creía que consiguiese dormir. Estaba segura de que si cerraba los ojos volvería a ver la boca de ese titán mordiendo el brazo de Liu.

Sacudí la cabeza y me di la vuelta para no ver el estado de los heridos que llegaban. Mientras intentaba asimilar lo que había pasado. Al recordarlo me daba la sensación de que le hubiese pasado a otra persona, o que en realidad todo aquello era una sueño. Pero no, aquello había pasado. Y me había pasado a mi, a pesar de que en mi cabeza todavía no se hubiese hecho la conexión.

Por fin el alba despuntó y con él tropas masivas de soldados con la insignia de las alas o de las rosas, aparecieron en el campamento. Muchos estaban muertos, casi todos heridos. Uno de los soldados se acercó a nosotros y con una horrible voz chillona comenzó a hablar.

    —Atención. El comandante Erwin Smith quiere hablaros.

Un hombre alto y serio, de pelo rubio y con su brazo derecho cortado a la altura del hombro, se acercaba a nosotros con pasos decididos y mirada calculadora.

    —Soy Erwin Smith, comandante de la región de Reconocimiento. —Nos miró uno por uno, sin prestar realmente atención al rostro de cada uno. Llegó mi turno, y por unos instantes, que para mí parecieron eternos, nuestras mirada se cruzaron. En sus ojos había un brillo extraño, parecido a la determinación, pero no, era algo inexplicable—. Esos seres son titanes. Nosotros luchamos contra ellos, para proteger a la humanidad. Hemos sido enviados para evacuaros. 

    —¿Qué está pasando? —un hombre preguntó.

    —Todavía no lo sabemos. —Ante sus palabras la muchedumbre comenzó a murmurar.

    —¿Qué son esos titanes? ¿Por qué nos han atacado? ¿De dónde vienen? —Al escuchar las preguntas el comandante apenas varió el gesto.

    —Estos seres a los que llamamos titanes, no estamos seguros de su origen. Pero los humanos son su alimento, ese es el motivo de que atacasen.

    —¿Esto está ocurriendo en más sitios? Si tenéis que evacuarnos por qué no nos habéis sacado de aquí? —preguntó una mujer.

    —Por lo que hemos averiguado, el ataque comenzó en este pueblo, y se está extendiendo a los pueblos cercanos. En los próximos días serán evacuados a un campamento de refugiados por las Tropas de Guarnición, por el momento tenemos que crear una ruta segura por la que poder movernos. 

    —¿Qué está pasando? Nuestro ejército no lleva estos uniformes. Y esas tropas de las que nos estáis hablando no nos suenan. Es imposible que existiesen sin que ninguno de nosotros supiese nada —tras la voz de la mujer, el resto de civiles comenzó a revolverse. Todos estábamos asustados, y las explicaciones que nos daban no nos dejaban conformes.

    —Efectivamente, no pertenecemos al ejército de esta nación. Hemos sido trasladados debido a que esta amenaza no existía antes en estos territorios.

    —¿Y quién os manda entonces? ¿Cómo es posible que ninguno haya visto una de esas cosas y ahora anden libremente por las calles? —Un anciano comenzó a preguntar mientras todo su cuerpo temblaba.

Shingeky no kyojin. El despertar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora