Chapter 5.

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El abrazo se alargó por unos minutos, en los que pude disfrutar de la calidez que desprendía su cuerpo y de su embriagador olor. Me sentía como una niña pequeña, pero me sentía segura con él. Unos pasos nos distrajeron, levantamos la mirada y vimos a un hombre, de aproximadamente cincuenta años vestido con un traje blanco son los bajos de su pantalón estaban manchados con la sangre que estaba derramada por las calles.

Con una sonrisa aguda nos saludó con la mano mientras se acercaba hasta nosotros.

    —Muchachos. —Algo en su tono de voz no me gustaba, me daba escalofríos. En un movimiento rápido Liu me puso detrás de él, mientras que con su brazo bueno me seguía abrazando—. Tranquilo, no os voy a hacer daño. ¿Alguno de vosotros ha perdido un perro?

    —Sí, yo. —Conseguí asomar la cabeza por encima del hombro de Liu.

    —Pues hay un perro, ¿un Husky?

    —No, es un mestizo. Es una mezcla entre Husky y lobo.

    —Sí, ya decía yo que era un perro muy raro. Date prisa niña porque ese perro no deja de asaltar a los soldados. —Mientras hablaba no dejaba de mirar a Liu.

No entendía por qué ese hombre me creaba tanta repulsión, pero por un momento creí ver cómo despiezaba con la mirada a Liu.

    —Gracias... Liu, vámonos.

Él asintió, y mientras nos marchábamos no dejamos de lanzar miradas furtivas al hombre que estaba aún frente al lago.

    —Eso ha sido muy extraño. —Sonaba enfadado y molesto, le observé mientras nos alejábamos con paso apresurado.

    —Sí, no me ha gustado nada. Te miraba... como si te estuviera despiezando con la mirada.

    —No seas idiota... Pero, sí que daba grimita el tío. 

Continuamos andando, hasta que encontramos un corrillo de hombres. Un gran perro, con el pelaje marrón mezclado con negro, mordía la mano inerte de un cuerpo familiar. Nos acercamos, y los soldados comenzaron a mirarnos.

    —¿Qué hacéis vosotros aquí? Deberíais estar con el resto de civiles.

Entre los rostros desconocidos, uno me llamó la atención. Pelo negro, ojos grises, Levi.

    —¿Qué hacéis aquí? —Su voz era tajante y fría, e hizo que nos empezaran a temblar las piernas a ambos.

El gran perro levantó la cabeza y soltó la mano que estaba mordiendo. Con pasos amenazantes Levi se acercó a nosotros, a lo que el gran perro comenzó a gruñir y erizar el pelo de su lomo. Los soldados comenzaron a retroceder. El perro era enorme, posado sobre sus cuatro patas, su cabeza llegaba hasta mi tripa. Si se posaba sobre sólo dos de sus patas traseras, era casi tan alto como un soldado promedio.

Enseñó los dientes de forma feroz, mientras miraba a Levi.

    —¡Tyrion! Sienta.

El perro obedeció. Podría ser todo lo fiero que quisiera, pero en realidad era un perro mimoso y juguetón. Me acerqué a él, y acaricié su gran cabeza, mientras intentaba lamer mi mano con esa lengua enorme y llena de babas. Comenzó a oler mi ropa y mis zapatos, levantándose luego para oler a Liu, que estaba a mi lado completamente tieso, sin saber si moverse era una buena opción.

    —Es un perro bueno, sólo estaba asustado. En realidad es muy cariñoso y sabe obedecer órdenes.

    —¿Cuáles? —La voz de Liu sonaba temblorosa.

    —Saber sentarse, dar la pata, sabe buscar cosas a partir del olor, atacar... Realmente este perro fue entrenado para proteger una finca bastante grande, pero los dueños no lo querían porque es un cagón. Lo iban a sacrificar y nosotros nos quedamos con él. 

Shingeky no kyojin. El despertar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora