El Sol se escondía tras una pequeña montaña mientras unas nubes de colores púrpura coronaban el cielo. Las calles estaban desiertas, a excepción de un grupo de descerebrados que escuchaban música alta en un parque cercano.
Sin demasiada preocupación pasé enfrente de ellos, esperando a que mi perro terminase de oler la dichosa farola. Esperaba, mientras pensaba en mis cosas, las notas de la escuela, lo harta que estaba de suspender, y las ganas que tenía de que fuera verano cuando una voz rota me desconcentró.
—¡Eh guapa! ¿Por qué no vienes con nosotros a pasar un buen rato—Uno de los descerebrados comenzó a hablarme. Opté por ignorarlo, era lo mejor—. Eh guapa, que te estoy hablando.
Seguí ignorándolo, cerciorándome por el rabillo del ojo que se quedaban donde estaban. Él y uno de sus amigos se levantaron y se acercaron a mí. Intenté moverme y alejarme de ellos, pero mi perro seguía empeñado en oler esa dichosa farola y se agarró con las uñas al asfalto.
—Te estamos hablando, ¿estás sorda?
Tenía muchas respuesta para él, como que no me interesaba lo que decía o que para hablar primero se sacase la polla de la boca, pero decidí que a lo mejor no era buena idea comenzar una pelea estando yo en desventaja. Los observé, con cara de no querer hacer amigos y en mis ojos escrito, "Id a que os la pique un pollo".
Acortaron distancias, y un nudo en el estómago comenzó a molestarme. Puto perro, seguía oliendo la jodida farola. A punto de darle una patada a mi perro, un temblor nos sobresaltó. Las copas de los árboles comenzaron a moverse y el suelo vibraba tanto que comenzó a hacerse difícil mantener el equilibrio.
Un estallido, y una casa cercana salió volando repartiendo sus escombros por las cercanías del parque. De entre el polvo y los escombros pudimos divisar una figura. Una figura humana, pero algo extraño había en ella. Media, ¿seis metros? Joder, medía seis metros. Un hombre, completamente desnudo, con cara deformada en una siniestra sonrisa apareció entre los escombros. ¿Un hombre? No, aquello no era humano. ¿Qué coño era aquello? Una sucesión de imágenes abordó mi cabeza. Todo aquello lo había visto en algún lugar, ¿pero dónde? Mi mente comenzó a trabajar a toda máquina, sabía que aquellas cosas las había visto en algún sitio. ¿Un libro? No, ¿o sí? ¿Una serie? ¿Por qué era incapaz de acordarme de dónde coño había visto aquella cosa?
Solté la correa del perro, y me escondí tras un arbusto cercano. Ese ser se acercó a nosotros. Con una mano cogió a uno de los chicos, se lo llevó a la boca y pronto una lluvia de sangre bañó al resto de chicos. Todos comenzaron a gritar y correr, alguno huyeron, otros se enfrentaron al titán.
Yo por mi parte corrí, no pensaba ayudarlos. Aproveché que el titán se daba un festín con ellos y escapé. Por fin esos chicos serían útiles para algo, aun que solo fuera por una vez.
Corrí en dirección a mi casa, pero pronto unas pisadas descomunales hicieron que el suelo se desestabilizara y me fuera difícil correr. Miré arriba y pude ver unas sombras moverse por los techos de las casas. Dios mío, esto era demasiado familiar. Torcí la esquina y el espectáculo era aterrador. La calle estaba sembrada de cadáveres. Algunos de ellos despedazados, sin cabeza, sin brazos, o con medio cuerpo devorado. El asfalto estaba decorado con grandes charcos de sangre, sobre los que deambulaban más de esas criaturas. Di media vuelta y comencé a correr.
«¿Peo qué demonios está pasando? ¿De dónde mierdas han salido estas cosas? ¿Dónde está la policía? ¿Y los bomberos?», en medio del caos mi cabeza no paraba de hacerme preguntas a las que no tenía ninguna respuesta. Para más inri sentía que algo le pasaba a mi cabeza. Me invadía la misma sensación de impotencia que cuando estabas en un examen, y sabías la localización exacta de la información que te pedían en el examen. Podías visualizar perfectamente el párrafo en el que estaba, pero eras incapaz de saber qué información contenía. Me pasaba lo mismo, pero al revés. Sabía la información, pero no sabía de dónde coño la había sacado.
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Shingeky no kyojin. El despertar.
FanfictionLas Tropas de Reconocimiento bailan constantemente con la muerte. Pero, ¿cómo llevarían la existencia de los titanes personas que ni siquiera sabían que existían? Únete a Prot, Liu, Livanni, Vista y Mark en una aventura para descubrir la verdad tras...