Chapter 23.

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Me desperté sintiéndome observada. La luz del amanecer se colaba tenue por la ventana, tiñendo todo de dorado y naranja. Algo cálido me rodeaba y podía sentir las sábanas bajo mi pies descalzos. Pero, ¿cuándo me había descalzado para meterme en la cama? Me levanté de un salto, haciendo que mi cabeza chocase contra algo duro.

    —¡Ay! —una voz grave y conocida se quejó. Al levantar la mirada mientras me sobaba el cogote vi a Liu, que con su mano buena se presionaba la barbilla—. ¿Se puede saber qué haces?

No sabía qué contestar, no sabía qué hacía yo metida en una cama en la enfermería con Liu. ¿Cómo me había levantado sin que me diese cuenta? Miré por el rabillo del ojo hacia una silla cercana, donde descansaban mis botas y chaqueta.

    —¿Cómo... Cómo me has subido hasta aquí?

    —Estabas durmiendo en el suelo. —Me miró enfadado, incluso algo herido—. Pero si lo sé no te subo y te dejo que te quedes en el suelo.

Fruncí el ceño, quizás sus heridas sí se hubiesen curado pero su mal genio no. Puse los ojos en blanco y me bajé de la cama, calzándome las botas para salir de allí.

    —¡Ey! ¡Espera! —Liu intentó salir de la cama con paso apresurado.  Me giré y vi cómo salía de la cama a trompicones.

    —¿Qué pasa ahora? —Y casi sin dejarme terminar de hablar Liu estampó su puño en el marco de la puerta cercana. Horrorizada la miré con los ojos como platos.

    —¡¿Qué coño estás haciendo?!

    —¡¿Éso debería preguntártelo yo?! —La vena de su cuello comenzaba a hincharse mientras movía el puño que había clavado en la madera, su puño bueno, hasta el cuello de mi camisa y lo apretaba—. ¡¿En qué coño estabas pensando?! ¡¿Me come un titan y tú en lo único que piensas es en dejar que te coma a ti también?! —Sus gritos eran tan fuertes que por poco me deja sorda. Estaba tan enfadado que hasta se podían escuchar los ruidos de los compañeros que se acercaban a curiosear.

    —¡¿Qué querías que hiciese?! ¿Que te dejase morir?

    —¡No! ¡Pero podrías haber tenido un poco más de cabeza! Y desde luego salir corriendo detrás de mi no es tener cabeza.

    —¿Pero tú cómo coño te has enterado?

    —Eso a ti no te importa. Yo me entero de todo. —Su mano soltó mi camisa y con ambos brazos me rodeó por los hombros, acercándome a su pecho—. Así que la próxima vez que intentes matarte, seré yo mismo el que se asegure de que lo consigues. —Hundió la cara en mi pelo y pude sentir cómo sus músculos se relajaban.—.No lo vuelvas a hacer...

    —Entonces no dejen que te coman más titanes. —Correspondí a su abrazo. En realidad estaba contento de estar vivo, y yo prefería ignorar sus arranques de mal genio—. A ver si te tratas la bipolaridad de una vez, como me vuelvas a asustar así te corto la otra mano, manco de mierda. —Suspiró y me pegó ligeramente con un dedo en la nariz.

    —A este paso... No voy a ser capaz de pagarte todas las que te debo. —Dejó escapar una pequeña risa entre mi pelo, yo por mi parte sonreí.

    —Es que lo hago para que no te dejes comer y así me lo puedas pagar. —Levanté la cabeza para poder mirarle a los ojos. Sus ojos azules brillaban con luz propia frente a los reflejos naranjas que aún se colaban por la habitación. Liu no podía ni imaginarse el miedo que había pasado al verlo desaparecer entre los dientes de aquél monstruo. Él no podía imaginárselo, y prefería que no lo hiciese. Mis sentimientos hacia él habían crecido desde la primera vez que nos vimos en... ¿dónde nos vimos por primera vez? Sabía que había sido en un ataque en el que los titanes lo arrasaron todo pero, ¿dónde? Las casas y las calles permanecían nítidas en mi memoria, pero los nombres y ubicaciones se me escapaban. ¿Me había olvidado de mi pueblo? No era capaz de decir de qué parte del mundo venía. Ni siquiera estaba segura de si de verdad venía de fuera de las murallas.

Sólo me devolvió a la realidad la mano de Liu, que rozaba con ternura mi mejilla. Volví a centrar mi atención en él, lo cual no fue difícil al ver de qué forma me sonreía. Su rostro se acercaba cada vez más al mío. Podía sentir su corazón latir con fuerza bajo mis manos y también podía sentir cómo el mío iniciaba una carrera descontrolada. Nuestras narices se tocaron ligeramente, dejando que sintiésemos la respiración del otro. Me alcé ligeramente, poniéndome de puntillas para así poder alcanzar sus labios, pero antes de que lo lograse la puerta se abrió, empujándonos a ambos al suelo mientras unas voces alocadas comenzaban a escucharse con claridad.

    —¡¿Pro?! ¡Resiste! ¡No dejes que te mate!

    —¡¿Qué?! - chillé.

De detrás de la puerta aparecieron Mark y Hanji.

    —Oh... —Mark se llevó una mano a la boca y comenzó a sonreír de una forma que no me gustaba nada—. Así que la estás matando así... Ánimo Liu ¡Tú puedes!

Liu y yo nos miramos, y pronto nos dimos cuenta de que, tras el empujón, los dos habíamos quedado tirados en el suelo; yo encima de Liu.

   —Está ganando Prot. ¡Vamos, Prot! —De un solo golpe mi compañero me tiró al suelo, haciendo que me diese un terrible golpe en el culo.

    —¡¿Pero se puede saber a qué juegas?! —Lo gritos iban, obviamente, para Mark; que sabía perfectamente lo que había estado a punto de ocurrir. Mark comenzó a retroceder, agarrando su estómago con ambas manos mientras reía a carcajada limpia.

    —Chicos, parad ya. —Hanji se hizo notar, me tendió una mano para que me levantase y se cruzó de brazos—. En realidad hemos venido por algo importante.

    —¿Qué sucede?

    —Tenemos una misión súper importante. Vamos a hacer una pequeña incursión fuera del muro.


Shingeky no kyojin. El despertar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora