Subí las escaleras con rabia, intentando demostrarles que realmente no iba a dejarlo. Detrás de mí podía sentir a Vista, andando casi pisándome los talones. Se la veía tranquila, me seguía y con eso ella estaba segura. Detrás estaban los dos chicos que antes habían estado molestándonos, gritándonos que les esperásemos. El tren comenzó a pitar y la sensación de vacío invadió mi estómago. No podíamos perder ese tren, teníamos que cogerlo a toda costa. Nos miramos los cuatros, las escaleras comenzaron a llenarse de personas que iban tras nosotros. Comenzamos a correr hasta el andén, temiendo que el tren se fuera sin nosotros, pero ahí seguía. La primera en llegar al andén fui yo, seguida por los dos chicos de antes, y más tarde Vista.
Estábamos medio jadeantes, pero dentro de nosotros el vacío había desaparecido. Miramos al comandante, que aunque intentaba disimular, estaba sonriendo. Subimos al ten en fila de a uno, dando nuestros nombres antes de entrar. Dentro el tren no era nada del otro mundo, me senté con Vista y los dos chicos de antes se sentaron enfrente de nosotras, dándonos la cara. Poco a poco el tren se fue llenando. Muchas de las personas que habíamos visto en la estación no subieron, dejando un total de quince personas en el tren, y Liu no había llegado todavía. Las puertas del tren comenzaron a cerrarse, y una mano desde fuera se interpuso.
«Quizás sea Liu».
Pero pronto mi ilusión se desvaneció, ya que la persona que entró por la puerta fue la chica, que momentos antes me había pedido perdón por no ser capaz de quedarse. El comandante inmediatamente me miró a mí, con un brillo enigmático en la mirada. Decepcionada porque no hubiese sido mi amigo, bajé la mirada. No iba a culpar a Liu por no venir, pero me dolía. No nos conocíamos de casi nada, pero en medio de toda la locura habíamos estado juntos y nos habíamos cuidado.
El tren comenzó a calentar motores. La gente se despedía de nosotros desde el andén, nadie que yo conociera estaba ahí para despedirse. Las lágrimas amenazaban con salir, ¿Cómo había podido dejarme sola? Por lo menos podría haberse despedido. Cerré los ojos con fuerza y tomé aire, ya no se podía hacer nada. El tren comenzó a moverse, primero con sacudidas violentas, hasta hacer su ritmo más suave y constante. Vista y yo nos miramos, mientras los otros dos chicos cuchicheaban. Con sonrisas resplandecientes se dirigieron a nosotras.
—Chicas, creemos que hemos empezado con mal pie.
—Sí, así que queremos empezar de cero, y esperar que seamos amigos, ¿qué decís? —Nos miraban, con ojos esperanzados. En realidad miraban más que nada a Vista, y la razón era obvia. Vista, inocente, pensando que no sería tan malo, asintió—. Yo me llamo Mark —dijio el chico de pelo rubio y ojos turquesa—. Y él es Roger.
—Un placer. Yo soy Vista. Y ella es mi amiga Prot.
—¿Vista? ¡Qué nombre más bonito! Y dinos Vista, ¿cómo es que una chica tan bonita como tú ha decidido alistarse?
Rodé los ojos y me levanté del asiento. Era increíble, estaban ligando con mi amiga sin miramientos y la muy tonta se dejaba. Fui hasta el siguiente compartimiento, quizás encontrase algo interesante que hacer. Abandoné el vagón mientras unos ojos grises se clavaban en mi espalda, aunque yo en ese momento no me di cuenta
En el otro compartimentos estaban algunos soldados, no reconocía a ninguno, así que pasé de largo. Abrí la siguiente puerta y encontré al comandante y a su lado, para mi sorpresa, a Liu. Tenía sentimientos encontrados. Quería abrazar a Liu, ya que no me había abandonado, pero ahí estaba el comandante. Decidí cerrar la puerta, pero justo cuando iba a hacerlo Liu me paró.
—Me alegro que os hayáis unido a nosotros. Chicos, podéis retiraros.
Asentimos y salimos.
—¿Dónde estabas?
ESTÁS LEYENDO
Shingeky no kyojin. El despertar.
FanfictionLas Tropas de Reconocimiento bailan constantemente con la muerte. Pero, ¿cómo llevarían la existencia de los titanes personas que ni siquiera sabían que existían? Únete a Prot, Liu, Livanni, Vista y Mark en una aventura para descubrir la verdad tras...