Dos hombres, el primero de unos veintisiete años, aproximadamente, y otro de unos diecinueve, salieron de uno de los arbustos con sonrisas superficiales en sus caras.
Lexy agarra fuertemente mi brazo y me aprieta contra si. Creo que está por tener un ataque de pánico.
-¿Quieren jugar a algo preciosas?- pregunta el joven.
-No tienes que preguntar, Mason, ellas no querrán jugar, ¿No es cierto?- nos pregunta a nosotras. Trago saliva con miedo y no me atrevo a responder.
No tienes que demostrar miedo, Katy, eso les muestra una debilidad. Podrán jugar contigo si les ofreces tu miedo.
Las palabras de mi padre resuenan en mi cabeza. Él me entrenó durante un par de años porque creía que todas las mujeres debíamos saber defendernos en caso de emergencia. Me pareció una estupidez enorme, pero ahora entiendo de qué puede llegar a servir ese tiempo que creía perdido.
-Jugar es para niños- respondo confiada.
-¿Crees que todos los juegos son para niños?- pregunta el más grande.
-No creo que todos los juegos son para niños. Sólo los suyos.
-Ya verás que estos juegos no son nada apropiados para niños. ¿Quieres comprobarlo por ti misma?- dice el tal Mason confiado y con una sonrisa en su estupido rostro.
Es apuesto, sí, pero su estupidez es mayor que su hermosura.
-Ni en sueños voy a jugar contigo a algo- digo.
-Ya basta, no vinimos aquí a jugar. Tu te vienes con nosotros- me dice el mas grande cuyo nombre desconozco. Luego mira detrás de mi espalda a mi amiga-. Y tú... Hmm... Me gustan las morenas. Podríamos jugar nosotros a algo, ¿No crees?
Mi amiga niega rapidamente con la cabeza asustada incapaz de hablar así que la intento ayudar.
-Ninguna de las dos va a ir contigo a ningún lado, así que pueden hacer como el sol y alejarse muchos miles de metros de nosotras antes de que rompa sus narices de ancianos.
-¿Nos ha llamado ancianos, hermano?- le pregunta Mason juguetón al otro hombre.
-Yo creo que sí. Merece un correctivo, ¿No es cierto?
-Pues claro- dice su compañero.
-¿Quieres jugar? Pues juguemos- dice el hombre.
Unos segundos después pasa algo muy extraño. El mas viejo de los tipos mueve una de sus manos y una piedra vuela en dirección a mi cabeza. Me agacho para esquivarla pero una rama de un árbol se mueve a toda prisa para quedar frente a mis piernas y provocar que tropezara y cayera de cara al piso. Mi brazo izquierdo golpea muy fuertemente el piso haciendo que las ganas de llorar aparezcan en mi sistema.
-¿Que mierda...?- se escucha el susurro alterado de Lexy mientras que yo estoy en una especie de trance. Supongo que ella también está en uno.
Las piedras no se mueven, las ramas no se mueven, es sólo otra puta pesadilla, Katy. Una pesadilla muy real...
Pellizco mi brazo para salir del trance e intento levantarme del suelo, pero una corriente de aire me empuja con fuerza al piso haciendo que mi cabeza golpee en el lugar en el que tenía el reciente moratón.
Suelto un quejido y escucho las fuertes risotadas de los hombres.
Laxy sale de su shock y corre disponiéndose a ir hacia mi para levantarme, fracasando en el intento porque dos enredaderas salen del suelo y se ajustan en sus tobillos. Las intenta desatar desesperada sin éxito. Mi amiga le empieza a gritar maldiciones e insultos a nuestros atacantes. Muy rara vez ella insulta a alguien así...
Despierta, despierta, despierta...
Repito una y otra vez esa palabra en mi mente intentando salir de esta pesadilla que parece tan real...
El hombre mayor hace un movimiento con su mano creando una línea de fuego sobre la tierra que me separa definitivamente de mi amiga.
Já, como si pudiésemos movernos.Intento ponerme de pie otra vez sin poder cumplir mi proposito. Mi boca se llena de agua de un momento a otro y comienzo a toser y toser escupiendo toda la posible. No tiene caso, por casa milímetro que expulso, este se recupera tres veces más grande en mi boca, pulmones, estómago y garganta. Empiezo a retorcerme muy desesperadamente por la falta de aire.
Lucho hasta que me quedo sin fuerzas.
Si voy a morir, lo voy a hacer mirando algo lindo y con dignidad, así que me volteo quedando con mi espalda sobre el piso ignorando el hecho de estar ahogandome. Miro al cielo.
La Luna ya salió reflejandose en la oscuridad de la noche. Un perfecto círculo blanco aparece en mi campo de visión nublada.
Imagino el color de la imagen que me rodea con tonos violetas para hacerme creer que es una pesadilla pero aunque puedo hacerlo, no me creo que es una pesadilla, esto es real.
No es una pesadilla, la Luna no es lila como la estas imaginando, las hojas no son violetas. Sólo es tu imaginación y desesperación por querer creer que esto no es real....
Mis ojos se empiezan a cerrar ignorando los desesperados y locos gritos de Lexy.
Mi boca deja de llenarse de agua y yo me trago a duras penas lo que queda en ella. Mi estómago está lleno de agua como si me hubiese tragado un río entero. Es la sensación más fea que se fue de imaginar.
¿Nunca estuvieron nadando en una pileta por lo profundo hasta quedarse con el aire justo y sufiente como para salir a la superficie y cuando lo intentas te chocas con algo y no lo puedes sacar de encima? ¿Nunca les pasó estar buscando desesperadamente un poco, sólo un poquito, de aire? ¿Nunca les pasó que estuvieron desesperados por sobrevivir? Bueno, así me siento yo actualmente. Indefensa y desesperada.
No se porque detuvieron su ataque ni me interesa. Tal vez ya me dieron por muerta o tal vez son tan imbeciles que me dejaron una muerte lenta y dolorosa.
Estoy tan cansada que si podría pararme, no duraría ni medio segundo en pie...
No tengo ni idea de qué es lo que está pasando ni quienes son estos tipos, tampoco creo que algun día lo vaya a saber, así que dejo de pensar en eso y pienso en mi familia, en Lexy y hasta en... Blake. No se porqué pienso en él cuando me estoy muriendo.
Los ojos sólo me quedan abiertos dos milímetros. Sólo dos milimetros, pero los suficientes como para ver a alguien sobre mi. Lo veo pero no lo siento, no siento nada. Sólo puedo ver sus grandes manos sobre mi pecho presionándolo y luego dirigiéndose a mi boca para abrirla y... ¿Besarme?
Bien, tal vez Dios se apiadó de mi y mando a un sexy chico para darme mi último beso. Mi beso de despedida.
No, idiota, no te esta besando. Intenta salvarte y tu no estas cooperando.
Intento con todas mis fuerzas seguir con vida y consciente.
De un momento a otro, empiezo a sentir todo, las manos del desconocido chico sobre mi, los conocidos gritos y sollozos de mi amiga y también siento mis pulmones repletos de agua.
El agua sube bruscamente por mi cuerpo hasta mi boca y me incorporo un poco hacia el costado para eliminarla de mi cuerpo. Toso demasiadas veces aún con los ojos cerrados, el cansancio ni siquiera me deja abrirlos.
Suelto un suspiro y me recuesto otra vez en el suelo dejando que mi consciencia se vaya a descansar dejándome inconsciente en el suelo entre medio del bosque.
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Persiguiendo la Verdad
WerewolfÉl es un chico recóndito. Ella, una chica normal. Él sabe que la verdad siempre se descubre. Ella, que el destino es inevitable. Él oculta secretos. Ella, persigue la verdad. Nunca se sabe lo que se trae en manos el destino, a veces te sorprende...