Capítulo 39|La fábrica.

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Pov Blake

La fábrica abandonada resulta estar a dos horas de viaje en auto y, antes de emprender viaje, volvemos a casa para avisarle a Beth que nos iremos. Y hasta puede que quiera unírsenos. La última vez que tuvimos una "misión" -como ella las llama- y ella no estuvo presente, nos sermoneó por tres días por no haberle avisado y otras cosas más que nosotros ignoramos. De todos modos la comprendo; somos cuatro chicos, ella es la única mujer de la familia y no tiene muchas amigas. Debe ser bastante feo.

Como era de esperar se nos une y sube al asiento trasero conmigo y Katy. Ella se ha quedado dormida sobre mi hombro luego de unos minutos de silencio mientras veníamos a casa. Miro su mano y me agarra un escalofrío al recordar lo que ese pedazo de idiota le hizo. ¿Cómo puedo estar seguro de que ella está bien si cada vez que la dejo sola él la acecha? Si le hizo eso, ¿quién dice que no puede hacerle algo peor?

La aprieto contra mi y apoyo mi mejilla en la coronilla de su cabeza. Luego de media hora termino por quedarme dormido junto a ella.

Pov Bren

A veces siento que odio mi don. 

Me siento un impostor en los sueños de los demás. Se supone que cuando duermes estas en paz contigo mismo -si no tienes pesadillas- y tu mente puede crear los sueños que desee sin preocuparse de que otros sepan qué es lo que sueñas. Pero eso no pasa cuando yo estoy cerca. No puedo evitarlo, no lo hago aposta (la mayoría de las veces), pero siempre termino viendo lo que sueñan los demás si es que están durmiendo cerca mío.

De todos modos, si alguno siente que invade la privacidad de los demás no debería de ser yo. Yo no puedo evitarlo; en cambio, Blake puede controlar muy bien a quién le lee la mente y a quién no. Aunque generalmente nos deja nuestra privacidad, siempre que se da cuenta que le ocultamos algo nos lee. 

No se le puede guardar ningún secreto. 

Por eso hay veces en las que me mantengo lejos de él. 

Todos tenemos secretos, eso te lo puedo asegurar, y en cierta manera eso forma parte de mantener la privacidad. Y cuando estoy cerca de él tengo que forzarme ocultarlos o ya no serán secretos. Si él supiera lo que es no poder tener secretos dejaría de impedir que los demás los tengan. 

Yo sé que no lo hace con mala intención, siempre piensa que si tenemos un secreto es porque estamos mal y lo quiere saber para poder ayudarnos a arreglarlo. Pero no es así.

Otras veces amo mi don.

Siempre puede ayudarme en las misiones, porque no sólo sé lo que sueñan los demás, sino que puedo controlar cada una de las cosas que se proyectan en sus mentes cuando caen en un estado de inconsciencia.

Me siento tan poderoso como Morfeo, el dios de los sueños.

Blake y Katy están dormidos en la parte de atrás del auto.

Cuando Blake duerme y estoy enojado me acerco a él y lo acecho en sueños, a modo de venganza por invadir mi privacidad. En ocasiones retuerzo su mente con mi madre, otras con Beth y últimamente lo hago con la imagen de Katy. Pero cada tanto me doy el gusto de hacerlo con mi persona, cuando la curiosidad me vence y quiero saber qué efecto tengo en él. 

Me reconforta saber que sufre cuando algo me pasa aunque sea en un sueño.

No por un acto de maldad, sino por el simple hecho de saber que le importo tanto como él a mi. 

Cuando empecé a caer en los pies de Katy y el corazón me pegaba fuertes latigazos, proyectaba imágenes de ella y yo en la mente de Blake sólo por el simple hecho de que él podía tenerla y yo no. Me moría de celos.

Persiguiendo la VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora