—Voy a llamar a un doctor— advierte Blake.
—Ya te he dicho que me siento mejor— replico yo—. No hace falta— prosigo incorporándome por los codos en la cama, con un poco de esfuerzo disimulado.
—No mientas, Katy. Sabes que te escucho.
Cierto. Lo había olvidado.
El Imbécil me toma por los hombros y me vuelve a recostar sobre el colchón.
—Llamaré a un... contacto mio que tal vez tenga algo que pueda ayudarte— informa.
Cuando voy a replicar, Beth entra a la habitación de golpe.
—¡Katy! ¿Cómo te sientes?— grita preocupada al verme.
Una fuerte punzada me ataca la cabeza con el ruido.
—Estoy bien, Beth. No te preocupes— digo forzando una sonrisa.
—Beth, no hables tan alto— la regaña su hermano—. Tiene dolor de cabeza.
—¡Lo siento!— chilla. Al darse cuenta de su error, su tapa la a boca con sus manos y se corrige en susurros con otra disculpa.
—No te preocupes— fuerzo una sonrisa.
La morena dirige su mirada hacia el Imbécil y pregunta algo como "¿Ya le has dicho?", a lo que Blake responde con un leve movimiento de cabeza a forma de negación. Él se levanta del sofá en el que se encontraba y se dirige a la puerta.
—¿A dónde vas?— no puedo evitar abrir mi estúpida boca.
Una pequeña sonrisa eleva las comisuras de sus labios.
—A llamar a alguien que puede ayudarte— responde antes de salir por la puerta.
Beth se acomoda en el sofá que hace unos segundos ocupaba su hermano.
—Ahora sí. ¿Cómo te sientes?— pregunta en tono bajo.
Me siento sobre la cama para poder verla mejor. La verdad es que la cabeza me duele con cada movimiento que hago y me siento bastante débil.
—No tan bien— suelto una risita.
—Debes de haberte enfermado por todo ese frío que has pasado en el bosque— expresa.
Ladeo la cabeza.
—¿Tú también estabas allí?— pregunto confundida.
Estaba tan concentrada en Blake en el momento en el que me encontró, que ni siquiera pensé que estaría su hermana junto a él.
—Todos nosotros estábamos buscándote— informa y sonríe—. Sólo que tuviste ojos únicamente para mi hermanito— me pega un pequeño codazo juguetón provocando que mis mejillas se tornen rojizas.
—Yo... Hum...—balbuceo—. Quiero decir... Él...
Beth comienza a reír a carcajadas intentando no hacer mucho ruido para no molestar. Resoplo falsamente conteniendo una risa que quiere escapar de mi boca. Es inevitable no reír cuando estoy cerca suyo. La risa cesa poco a poco y, una vez más tranquilas, decido soltar lo que estuve conteniendo.
—¿Qué es lo que me tienen que decir?
Noto que se pone incómoda y rasca su barbilla con un gesto nervioso, antes de soltar un suspiro.
—Cuando estabas perdida, buscamos algunas de tus cosas para poder rastrearte. Pasaron como dos días, ¿sabes?
¿¡Dos días?!
—Sí, dos días. Estabas en la otra punta del país. Supongo que te durmieron con cloroformo cada vez que despertabas, por lo que el viaje te pasó desapercibido— opina—.Te llevaron a la cabaña de este hombre, al que le faltaba un diente— aclara—; el cual es, prácticamente, la segunda mano de Mason. Mis hermanos ya habían estado allí antes, y todos los datos que les diste coincidían con la cabaña.
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Persiguiendo la Verdad
WerewolfÉl es un chico recóndito. Ella, una chica normal. Él sabe que la verdad siempre se descubre. Ella, que el destino es inevitable. Él oculta secretos. Ella, persigue la verdad. Nunca se sabe lo que se trae en manos el destino, a veces te sorprende...