Él es un chico recóndito.
Ella, una chica normal.
Él sabe que la verdad siempre se descubre.
Ella, que el destino es inevitable.
Él oculta secretos.
Ella, persigue la verdad.
Nunca se sabe lo que se trae en manos el destino, a veces te sorprende...
-¿Y tú que mierda haces aquí?- le espeto al Imbécil.
-Que linda bienvenida- dice sarcástico.
-¿Qué haces aquí?- repito.
-¿Que no puedo venir a ver a un amigo?
-No soy tu amiga y nunca lo seré.
-No hablaba de ti- dice. Me sonrojo de vergüenza.
Pues claro que no habla de ti. ¿Que te crees el centro del mundo? Estúpida Katy.
-Ah- es lo único que sale de mi boca.
Mi hermano se acerca a Blake y le pasa un brazo sobre los hombros.
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Lexy se mantiene en silencio a mi lado. No creo que pueda hablar mucho sin decir estupideces con mi hermano presente en la sala.
-¿Lo conoces?- me pregunta Ryan.
-Cómo no conocer a este Imbecil, ¿no, Blake?- contesto con los dientes apretados.
-Pues claro que la conozco. Va a mi clase y aparte, tuvimos que hacer un trabajo práctico por su culpa- me hecha la culpa el Imbécil.
-¿Mi culpa? ¡¿Mi culpa?!- subo un poco mi volumen enojada.
-Yo no tengo la culpa de que no te resistas a mi, Gatita- dice tranquilo.
Ryan, mi hermano, saca su brazo de los hombros de Blake y le pega levemente en la nuca a este.
-¿Y eso por qué?
-Con mi hermana no- advierte él y yo sonrío con suficiencia-. Y tu deja de coquetearle a él- me dice y mi sonrisa se me va de la cara.
-¡Yo no le coqueteo!- le digo.
-Bien, digamos que decido creerte porque eres mi hermana...
-¿Como se conocen?- les pregunto.
-Somos amigos desde hace tiempo pero dejamos de contactarnos cuando él empezó la universidad. Hoy otra vez nos encontramos en el Smoke-Bar y aquí estamos...- explica Ryan.
- Ah, mira que hermosa coincidencia la que tenemos aquí- digo con sarcasmo-. Estoy taaan feliz de que sean amigos y de que él esté en mi casa, pero ahora mismo queremos ver una película, ¿No es cierto, Lexy?- la miro.
-S-si- tartamudea ella.
¿Algun día va a dejar de actuar como estúpida?
Ryan ensancha su engreída sonrisa al escucharla.
-Bien, sólo les dejo la tele porque el partido acaba de terminar. Y me lo perdí por su culpa.
Ellos suben a su habitación y nos quedamos con Lexy viendo Bajo la Misma Estrella y comiendo dos kilos de helado. Voy a terminar como un jugador chino de Sumo al acabar el año si sigo así.
