Capítulo 46| El perdón

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Blake's pov

Me tiro en el sofá de la sala y prendo el televisor. Sin embargo, no presto atención a nada de lo que dice el locutor del partido de béisbol.

No hablábamos desde hace una semana y tres días.

Últimamente, lo único que hago es pensar en ella. Odio que sea tan inconsciente y no se de cuenta que poniéndose en riesgo todo el tiempo no logrará nada. ¿Qué no se da cuenta de que si le pasa algo yo moriría? ¿No le demuestro lo suficiente que la amo y no puedo perderla? 

Es que ella es tan descuidada... que a veces no se da cuenta que hay personas más inteligentes que ella y que cualquier persona. Katy es muy lista, no lo niego; su forma de razonar las cosas y enfrentar los problemas es muy... peculiar. En el buen sentido, claro. Pero su problema es que cree que vivimos en un mundo inofensivo y las personas no son capaces de hacer algún daño tan grave.

Y se molesta cuando le digo que tenga más cuidado. ¡Yo soy el que tiene que estar enfadado! Ella me ocultó cosas sabiendo que eso era un problema y presiento que su extraña y repentina búsqueda no es lo único que se guarda -o guardaba- para ella. No entiendo por qué tiene la manía de ocultarme las cosas ni por qué no se da cuenta que si trabajamos juntos todo sería mejor.

En ese momento, el timbre suena y voy a abrir la puerta. Noto que Sherley está vestida con una falda más corta de lo normal y maquillada con exceso, pero decido no opinar nada y hacerme un lado en la puerta para dejarla pasar. Ella va al sofá, no sin antes plantarme un sonoro beso peligrosamente cerca de los labios pero sin llegar al límite como para que yo pueda reprocharle algo. 

— ¿Con qué quieres que empecemos?— le pregunto sentándome a cierta distancia de ella.

— Con lo que tú quieras— responde con desinterés. 

Está concentrada recorriéndome con la mirada sin disimulo y me doy cuenta que quiere que yo note ese detalle. Carraspeo incómodo para llamar su atención.

— Voy a buscar mi computadora a mi habitación para que comencemos— anuncio poniéndome de pie.

— Está bien.

Subo las escaleras de dos en dos hasta el pasillo y confirmo que no hay nadie en casa. Beth ya me dijo que estaba con su mejor amiga y Bill salió con una chica. No es nada serio, él tiene que parecer un chico como cualquier otro porque, de no ser así, la gente comenzaría a sospechar que es gay por no salir con ninguna chica de las tantas admiradoras que besan sus pies.  La siguiente habitación que está vacía es la de Brad o, como Katy le dice, Bren. Al instante en que pienso en ella, me reprendo a mí mismo y la alejo de mi cabeza.

Tomo la laptop de mi escritorio y cuando me doy vuelta, una cabellera rubia se aparece frente a mí. 

— ¿Qué haces aquí?

— Creí que sería más cómodo trabajar en tu habitación— dice.

— Bien.

Por alguna de las casualidades de la vida, la profesora de ciencias nos puso juntos en el nuevo proyecto y presiento que eso no es nada bueno. 

 Sherley's pov 

Todo está saliendo bien.

Blake está concentrado con el estúpido trabajo del que no entiendo ni la mitad de las consignas. No soy una nerd como las repugnantes del instituto que ni siquiera se gastan en retocarse un poco el cabello luego de levantarse -no entiendo cómo pueden verse al espejo-, pero tampoco soy de las que no saben nada y reprueban todas las materias porque no tengo ganas de soportar las quejas de mi madre y los reproches de mi padre. Claro, ellos tienen una reputación que sostener y no pueden permitirse tener una hija que sea un desastre. Debo ser la hija perfecta y creo que creo que cumplo muy bien mi papel.

Persiguiendo la VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora