Despierto con el suave traqueteo de los autos detrás de la ventana y con la respiración de Blake en mi oído. Por más ganas que tenga de ir al baño, no quiero separarme de él. Sé que al momento en el que me levante de esta cama, todo va a explotar en miles de pedazos. La burbuja de felicidad en el que estoy metida chocara con las paredes y reventará; y yo me sentiré triste otra vez. No quiero que esto acabe. Desearía que se congele el tiempo y vivir toda la eternidad en este momento; viendo el suave rostro de Blake con una sonrisa mientras duerme, acariciando su cabello y con ganas de besarlo hasta desmayarme.
Desearía que todo esto fuera un sueño, para no tener que enfrentarme a la dura pesadilla, también llamada "realidad".
La realidad en la que él no es normal, en la que quieren matarme, en la que Bren está presente atormentado mis pensamientos, en la que no soy feliz.
Mientras que yo me siento a paso de tortuga sobre la cama, otras personas están haciendo el desayuno a sus hijos, lavando sus carros o, tal vez, trabajando. Es raro pensar que todos nosotros tenemos una vida totalmente distinta, todos pensamos y tenemos problemas al tiempo en el que nuestros vecinos están paseando a sus perros o tomándose una ducha, ajenos de lo que pasa a su alrededor.
El sol se cuela entre las finas cortinas como un intruso y yo me fijo la hora. Son las 8:36 a.m. Cuando mi cuerpo me pide a gritos que necesita hacer sus necesidades, no me queda otra opción que levantarme y dejar que todo explote en un caos silencioso a mi alrededor, que la burbuja reviente y el jabón me dé de lleno en los ojos, provocando que se me salten algunas que otras lágrimas.
Voy directo al baño con las mejillas húmedas. "Es el jabón", me excuso. "No estoy llorando".
Minutos después salgo con la cara lavada y una muy leve molestia en la entrepierna gracias a la poca actividad sexual en mis 19 años. Supongo que debo acostumbrarme al casi inexistente, no va a durar mucho tiempo. Además, es un recuerdo de lo que pasó anoche. ¿Quién me garantiza que no he imaginado todo?
Estoy en una lucha interna conmigo misma: mi corazón me grita que todo es real; mi mente, que sólo es un cruel invento mío.
Me recuesto otra vez en la cama. Prefiero vivir en una feliz mentira que afrontar la triste realidad, así nunca me enteraré de lo que pase en ese mundo en el que existen seres sobrenaturales. Viviré eternamente en una habitación de cuatro paredes, abrazada a un chico normal, no a un híbrido bipolar con poderes raros.
Lágrimas siguen expulsando mis ojos. Debe ser que aún tengo jabón en ellos; ya se me pasará.
Blake se mueve y vuelve a rodearme con su brazo en sueños. Cierro mis ojos, queriendo no despertar jamás.
—Sé que estás despierta —escucho que dice.
No le hago caso y obligo a mi respiración a quedarse normal. Aprendí que los latidos de mi corazón no se pueden controlar, a pesar de que los fuerce a calmarse.
—Katy —me llama el Imbécil depositando un beso detrás de mí oreja. No es justo, sabe que es mi punto débil. Me estremezco—. ¿Estás bien?
—Bi-bien —digo en un susurro con voz ronca.
— ¿Segura? —pregunta y yo respondo con un gesto afirmativo. Miento—. Sabes que te escucho, no puedes mentirme.
Oh, cierto.
— ¿Tienes frío?
—No.
— ¿Puedo abrazarte de todos modos?— a pesar de que lo esté preguntando, no espera mi respuesta y me abraza por detrás. Mi espalda desnuda pegada a su pecho me da sensaciones tan bellas...
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Persiguiendo la Verdad
WerewolfÉl es un chico recóndito. Ella, una chica normal. Él sabe que la verdad siempre se descubre. Ella, que el destino es inevitable. Él oculta secretos. Ella, persigue la verdad. Nunca se sabe lo que se trae en manos el destino, a veces te sorprende...