Perseguida

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Empecé mi último año en Hogwarts. Cuando termine quiero ser auror.
Hay una nueva profesora, Umbrige, que no nos deja usar magia. Ósea, no. Por Melin, estamos en Hogwarts, hay que usar magia. La cuestión es que esta desagradable señora, es la nueva directora. Si, Dumbeldore se fue. Y es imposible llevarse bien con ella.
A él lo despidieron ya que Harry nos estuvo enseñando a defendernos y formamos un grupo llamado El ejército de Dumbeldore, del cual Potter era nuestro profesor. Entonces la cara de sapo nos descubrió practicando en la sala de menesteres y le echó la culpa a Dumbeldore, y él se hizo cargo.
Desapareció.
Sin más.

Estaba en la sala comun, faltaban dos horas para cenar y se me acerca un prefecto de Hufflepuff y me dice que Umbrige quiere verme.
-Buenas tardes directora.
-Buenas tardes señorita Lusk. Quería hablar con usted.
-La escucho.- dije, no creo que sea algo bueno.
-Lamentablemente, usted no puede seguir viviendo en Hogwarts.
Me quede petrificada. Estuve así un minuto. No sabía que decir, hasta que encontré mi voz.
-Diculpe profesora. ¿Estoy expulsada?
-Correcto señorita.- dice con una sonrisita tonta.
-Pero... ¿Por qué? No entiendo.
-No se aceptan Krillyanals en Hogwarts.
Abrí los ojos como platos. Sabía que ella sabía.
-Pero también soy una bruja. No puede expulsarme. Yo... yo tengo buenas notas, no soy problemática.
-Pero eres una Krillyanal.
-¡No es justo! Estoy segura de que hay otra razón.
Cuando termino de decir eso salen tres personas de la chimenea de la oficina. Eran magos.
-___, te necesitamos en el ministerio. -dijo uno de los hombres.
Me estaba asustando.
-No. No. Yo estudio en Hogwarts.
¿Para que me quieren?
-Investigar tu poder.
En cámara lenta vi como sacaban sus varias, y pronunciaban un hechizo. Afortunadamente lo bloquee con un bloque de hielo. Saque mi varita de mi bota y seguí bloqueando más hechizos, con la ayuda de mi poder y la magia. Antes de abrir la puerta y salir corriendo, forme una pared de picos de hielo.
Estaba corriendo, buscando un lugar en donde pensar para poder escapar. De lejos se escuchaban los pasos de los tres magos que me perseguían.
¡Que hago!¡Que hago! Mierda.
Cuando ya los tuve bastante lejos, pensé que sería mejor ir a la biblioteca.
Estaba un poco lejos pero nunca me alcanzaron, de vez en cuando lanzaban algunos hechizos y yo los evitaba. En un momento deje una fina capa de hielo y los tres magos de resbalaron. Ahí gane muchísimo tiempo.
Estaba tan concentrada en escapar, que no me puse a pensar en por qué llegue a esta situación. Sólo sabía que me expulsaron y me querían atrapar para mantenerme encerrada e investigarme.
Doblé varias veces y cuando llegue a la biblioteca no escuchaba a nadie y tampoco había nadie.
Busqué por todas las estanterías libros que tuvieran que ver con transportarse o aparecerce, etc.
Junté todos los que pude y los tire sobre una mesa que estaba entre dos estanterías y contra una pared. No sabía como aparecerme, no había hecho bien mi examen. Además no se puede aparecer ni desaparecer se de Hogwarts.
Estaba desesperada, no queria que me llevaran y me encerraran. Mi respiración era agitada, y se empezaba sentir el clima frío.
Escuche pasos de una sola personas que entraba a la biblioteca. Entonces hice varios muros de hielo y al final uno de tierra en la única entrada a mi lugar.
Unas lágrimas empezaban a salir de mi rostro, si no averiguaba como salir de esta...
Seguí buscando desesperadamente.
-¡Esta aquí!- gritó unos de los hombres. Ya lo sabían. Entraron corriendo a la biblioteca y se detuvieron ante el muro de hielo duro. Intentaban romperlo con hechizos, pero sólo lograban quitarle unos pedacitos. Sólo un hechizo muy fuerte lo rompería.
-¡Bombarda!- grito uno. Rompió el primer muro. *¡Mierda!*
Yo seguía buscando y ellos seguían rompiendo.
En un momento me quede mirando fijamente la pared de tierra. ¡Claro! Las perlas de Dumbeldore. Si. Si.
Busque en los bolsillos de mi uniforme y las encontre.
¿Como funcionaban ?
Si, ya me acuerdo.
Se seguían escuchando explosiones. Pero en un momento se detienen. Llegaron al muro de piedra. Pensé que se habían ido. Escucho unos zapatos con tacones que se acercan. Umbrige.
-Inútiles.-dice.- Bombarda Máxima.
*Grimmauld Place Numero 12*
Y justo antés de que explote el muro, tiro con todas mis fuerzas la perla, se rompe contra el piso, un humo plateado inunda en pequeño lugar.

Aparecí.
Suelto mi varita y la otra perla. Mirando una pared de ladrillo. Todo estaba en silencio. Y mi cabeza también. No podía creerlo.
-¿___?- dice una voz.
Yo seguía desorientada. Mirando fijamente la pared. Y luego llegan todo tipo de emociones. Empieza el llanto. Camino hacia atrás buscando algo para sostenerme, antes de derrumbarme. Encuentro la pared, apoyo mi espalda y me deslizo hacia abajo, abrazo mis rodillas. Me atrevo a mirar hacia el costado. Sirius y Remus estaban parados mirándome atónitos.
Cuando reaccionan, los dos corren hacia mi. Remus se arrodilla a mi lado y Sirius levanta la perla y la examina.
-¿Que paso?¿Estas bien?¿Como...?
Pero ya no lo escuchaba. Me sentía mal, mi corazón latía a mil, sentia que me faltaba el aire.
Lo único que hice fue cerrar los ojos y desmayarme.

No Me Importa Lo Demás (Remus Lupin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora